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Pasión por el mar: Bodyboard femenino en Chile

Paloma Freyganng, bodyboarder local de Reñaca ha estado en destacadísimos eventos mundiales y se mueve cerca de las mejores 20 del ranking IBA. Pero más allá de las competencias, nos cuenta su amor y dedicación por este deporte, para el cual chile tiene olas de un nivel espectacular.

Texto: Paloma Freyganng /Fotos: Igor Sánchez

Me despierto apenas ya hay luz suficiente para ver, son las 6: 27 en mi cel, y aun no suena la alarma. He despertado sola otra vez y ya es hora de preparar café .

Las ganas de ir al agua hacen que salga disparada de la cama, aunque estoy muy cansada. Es uno de esos  días en que el mar está con todas las condiciones y surfeas 3 sesiones diarias, varios días seguidos. Son días en que una parte de mi desearía quedarse a dormir un rato más, pero no se puede, o hay algo que hace que saque energía para otro día de AM más. ¡No me quiero perder ni una sola sesión!

Empiezo a whatsappear tempranazo a mis amigos que viven frente a la playa, ¿Reporte AM? ¿Cómo está el mar? ¿Hay olas? ¿Subió el periodo? ¿Hay viento? A veces no hay respuesta, tal vez hubo carrete o están en otra. No importa, insisto, ¡mi
entras preparo mis cosas para ir!

Voy bajando la escalera que me lleva a la playa de Reñaca y veo las líneas que entran en el horizonte, ¡hay olas! Aviso a un par de amigos, un buen reporte siempre es bienvenido, ¡las olas no paran!

Mientras me pongo el traje escucho los temas motivadores, hace frío y el sol aún no llega a calentar la arena. Empiezan a llegar los primeros bodyboarders y surfers al mar, pero yo ya estoy con el traje puesto, ¡y voy pal agua! Las olas están increíbles y pasan una, dos, tres horas. Este es un día perfecto, me salgo a descansar un poco, luego viene la segunda sesión por la tarde y quién sabe si al sunset de nuevo se ponga bueno. Esos días mágicos en que el mar está perfecto todo el día, todos los bodyboarders y surfers los conocen, ¡no puedes pensar en nada más… y menos hacer trámites! El día se te pasa volando. Cuando llegas a casa solo quieres comer, una ducha y descansar. Ya llega la noche y estoy tan cansada que no puedo dormir, pero seguro que mañana igual no me la pierdo.

Red de Maravillas

Podría haber comenzado con la lata de contarles mis logros deportivos, los que son de carácter mundial, incluso dos pódiums en primer lugar de campeonatos IBA, (International Bodyboarding Assosiation), donde me enfrenté a las mejores bodyboarders del mundo y logré vencerlas, o las incontables veces que he ganado el Circuito Nacional de nuestro país, sin embargo, quise primero contarles desde mi corazón cómo vivo mi pasión y cómo nace la inquietud de profundizar en lo que el bodyboard, como deporte, me ha entregado durante mi vida.

“El mar, una vez que te embruja, te atrapa para siempre en su red de maravillas”, dijo alguna vez  Jacques Cousteau; yo al igual que él y muchas personas que conozco estoy maravillada, y no recuerdo un momento en mi vida donde el mar no estuviera presente: el agua ha sido mi respiro día a día, el elemento que me ha formado como persona. Aprendí a nadar muy pequeña, y competía en natación, poco a poco las ambiciones de mar fueron transformándose en un anhelo que se llama bodyboard. Durante muchos años fue mi sueño secreto, eran otros tiempos, no había mujeres en ese entonces que se atrevieran a incursionar esta rama, ¡se los juro que ni una sola!

Pero un día saque garra y me olvidé que no habían mujeres, no pensé en el prejuicio, ni en el miedo, sólo sentí la necesidad de ir al mar. Cliché, pero “ese día cambió mi vida”. Hoy puedo decir que he sido firme y perseverante en un deporte, que la verdad es poco conocido y apoyado, de modo que también puedo aseverar y gritar al mundo, que, ¡soy inmensamente feliz!

Una ola más
He vivido, soñado, llorado y respirado este deporte que me ha llevado a conocer el mundo y abrir la mente a experiencias que nunca imaginé, lugares, paisajes y olas llenas de magia y adrenalina a veces, de paz y relajación. Cientos de sesiones vienen a mi cabeza, momentos inolvidables en campeonatos internacionales cuando logras el éxito, pero sobre todo las sesiones de freeride, esos momentos únicos en que sientes que todo el universo está en perfecta sintonía para el tubo más profundo, la maniobra más radical. Creo que he disfrutado esta vida, viajado muchísimo, gracias al bodyboarding, mi estilo de vida ha estado alejado de las cosas materiales y más cercano a la satisfacción personal del aquí y el ahora. Vengo llegando de mi último viaje a la Isla del Encanto en Puerto Rico. ¡Este año volví al Tour Profesional de Bodyboarding femenino! Y logré acomodarme en el puesto número 21. Les explico un poco: este ranking final son tus cuatro mejores resultados, yo sólo logré competir en 3 de 6 eventos Grand Slam femeninos del Tour IBA. Con otro campeonato más podría haber estado fácilmente en el top 16 del mundo.

Actualmente, miro el cristal desde otra perspectiva, no como cuando me frustraba por la falta de apoyo para poder competir el circuito mundial. Hoy solo dejo que las cosas pasen. He demostrado que puedo estar entre las mejores riders del mundo, y la satisfacción es grandísima, por lo tanto para mí el bodyboarding es mucho más que una simple competencia. Es mi vida, mi estilo y mi felicidad: me gusta surfiar olas, y es que más allá de todo el ambiente competitivo, existe el lugar en que todo corredor de alma, quisiera estar. Olas perfectas que te desafían constantemente, líneas de olas cóncavas perdiéndose en el horizonte, una cámara captando esos momentos que no tienen comparación. Días de olas, sesiones interminables, una ola más, la última y otra más…de viajes, de encuentros, de aprendizajes. Días de cervezas con las amigas y puestas de sol. Respiro brisa marina un día en la mañana, corro por la arena mientras sale el sol, y sé que estoy viva.