Interactive Coloring

drag iconDrag any color from the left toolbar to an area or text in the page. A blue outline will indicate a droppable element.

drag iconOn mobile, wait a tiny bit until you drag the color drop.

Tag Archives: Lonquimay

Esquiando por Volcanes en el Sur de Chile

Nicolás Thumm es médico traumatólogo del Hospital del Trabajador con estudios en la Universidad Católica. En dicha universidad tomó cursos de montañismo y hoy está ligado al club Andino Universitario. Uno de los deportes que más le gusta es el randonée de montaña. He complementado su formación con cursos de avalancha y de lugares remotos.  En este reportaje nos cuenta todos sobre el Randodée en los volcanes chilenos del sur.

Texto y Fotos: Nicolás Thumm

Esquiando por Volcanes en el Sur de Chile-7Antuco

Este volcán está al lado de la laguna El Laja la que se puede apreciar nítidamente desde su cumbre. Es un cono fácil de subir y no requiere de mucho conocimiento técnico. Desde la base, donde hay un centro de esquí, el trayecto hasta la cima es de alrededor de cuatro horas. En la cumbre hay un memorial para los militares que murieron en la tragedia de Antuco. El último tramo del trayecto es un poco empinado y se abre hacia una amplia ladera. Durante la tarde la bajada en esquí tiene una nieve primavera de buenísima calidad en el mes de septiembre, aunque presenta algunas áreas con hielo, nieve honda o acartonada por lo que se requiere un mínimo de técnica de esquí de montaña. Lo más destacado de este volcán son las vistas, sobre todo hacia la Sierra Velluda.


Esquiando por Volcanes en el Sur de Chile-7

Lonquimay

En su base se encuentra el centro de esquí Corralco. Para subir a la cima se pueden usar los andariveles acortando así el trayecto a dos horas. Caminando a paso tranquilo desde la base se puede tardar alrededor de cinco horas en llegar a la cumbre. Una de las gracia de subir el Lonquimay es que tiene todas las instalaciones de Corralco: un restaurante, andariveles y pistas pisadas desde la mitad del volcán. Pese esta infraestructura, igual se tiene la sensación agreste propia del esquí de montaña. Al salir del centro de esquí asombra un panorama abierto con zonas vírgenes. Se debe ir preparado para el hielo y el ultimo filo es bien expuesto al viento. Habitualmente hay hielo por lo que hay que llevar crampones y piolets. La vistas en el cráter son muy recomendables. Éste no está activo. El nivel que se requiere de esquí es más alto en este volcán. El primer tramo es más vertical y expuesto, con nieve cartón. Pero a pesar de esto lo más entretenido es que hay muchos lugares para hacer esquí randonée. Bajando al cráter Navidad hay campos para randonear tres días o más y se puede llegar hasta los bosques de araucaria..

Otro de los atractivos de Corralco es que en la base se puede practicar el snowkite. Es un lugar muy bueno y tranquilo para este deporte. Puedes tardarte unos 20 minutos subiendo el volcán con el kite. Ideal para hacer travesías rápidas.


Esquiando por Volcanes en el Sur de Chile-7

Llaima

Este volcán es muy bonito, está menos activo que hace unos años y se puede acceder desde distinto lados. Lo más común es hacerlo desde el centro de esquí Los Paraguas que es la alternativa más rápida. Otra opción es subir por el centro de esquí el Conguillio. Esta parte es menos conocida y su ladera, aunque es más vertical, es muy escénica. Desde Los Paraguas uno se tarde entre tres y cuatro horas hasta la cumbre. Se parte randoneando entre araucarias, luego se entra a una zona de lomas, ondulaciones y cornisas, y el ultimo tramo tiene hielo, por lo que hay que subir con crampones. La esquiada es de complejidad media, arriba hay zonas de hielo y después se llega a la nieve primavera.


Esquiando por Volcanes en el Sur de Chile-7

Villarica o Rukapillán

Es uno de los volcanes más subidos de la zona por su fácil acceso y por las buenas instalaciones hoteleras de Pucón. Se sube en cuatro o cinco horas. Es posible acceder al volcán desde el centro de esquí o desde la base. A mitad de camino, en el sector de La Capilla, hay una torre de andarivel antigua que fue destrozada por una erupción del volcán. Éste es un típico lugar de refugio ante cualquier problema. El último tramo tiene hielo pero con cierta habilidad se puede llegar con la pieles de los equis randoneando hasta arriba. La vista es maravillosa. Si el día está despejado se ven todos los volcanes y el lago Villarrica. Incluso se puede ver su lava ya que está activo. A pesar de que este volcán es muy accesible, se debe tomar precauciones ya que con ciertas condiciones climáticas se puede poner bastante complicado. La esquiada es sumamente agradable y se puede hacer en 45 minuto disfrutando tranquilamente. La primera parte es un poco más exigente y luego es bastante sencillo.


Quetrupillan

Es un volcán más pequeño que los anteriores y también se encuentra en la zona de Pucón. De forma mocha, cuesta verlo porque generalmente está tapado. Se encuentra en un punto medio entre el Villarrica y el Lanin. Hay varias caminatas por los bosques y es necesario llevar GPS e información de la ruta ya que es fácil perderse. Una vez que se sale del bosque, llegar es simple. Uno de mayores atractivos es la vista al Villarrica y al LLaima, así como su cráter cubierto de nieve. La caminata a la cumbre es de entre cuatro y cinco horas. El ultimo tramo tiene hielo por lo que se recomienda llevar crampones. La esquiada es fácil pero hay que tener cuidado con en el bosque para no chocar con los árboles ni perderse.


Esquiando por Volcanes en el Sur de Chile-7

Osorno

Este volcán está más al sur y el acceso más común es por el centro de esquí de su base que cuenta un par de andariveles. Si se opta por no usar los andariveles, la caminata a la cumbre es de entre seis y siete horas. El Osorno es un poco más exigente que los otros. Al estar más al sur está un poco más expuesto y tiene condiciones de alta montaña. La parte final es muy vertical y presenta muchos hongos de hielo por lo que hay que ir con crampones y piolets. La vista a los volcanes Puntiagudo y Calbuco y al lago Llanquihue es realmente sorprendente. Se debe tener precauciones con el clima ya que es muy cambiante, y con una zona de campo de grietas que en invierno están tapadas pero en primavera puede estar expuestas. La esquiada es muy escénica. Y tardas unas tres horas en bajar.


Recomendaciones

Una de las mejores épocas para esquiar los volcanes del sur es en Septiembre ya que se combina buena nieve y estabilidad de las condiciones climáticas.

Siempre hay que informarse muy bien de las rutas y condiciones del clima. Así como informar y avisar a terceros acerca de la ruta e itinerario a seguir. Idealmente contar con guías autorizados (esta condición es obligatoria en algunos volcanes como el Villarica).

→ Dentro del equipo, aparte de lo mínimo para Randonnee (ski con fijaciones de rando, pieles, bastones y casco), debe llevarse y saber usar equipo básico de avalanchas (arva, sonda y pala) y de hielo (crampones y piolet).

Debe contarse con conocimientos y entrenamiento de montañismo y esquí de montaña (elección de ruta segura, avalanchas, etcétera).

→ La mayoría son volcanes bastante “amigables” con un ascenso fácil y seguro, y un esquí muy entretenido al bajar; sin embargo las condiciones pueden cambiar drásticamente según el clima y transformarlos en cerros muy técnicos y difíciles. Hay que planificar de acorde a las condiciones particulares de cada día.

→ Se debe ir preparado para eventuales problemas o inconvenientes que puedan ocurrir: llevar linterna frontal, botiquín, ropa de abrigo adicional, comida y agua suficiente.

Volcanes

Estos volcanes los puedes hacer en el día con una buena planificación y con un buen estado físico. El tiempo promedio es de entre cinco y seis horas para subir y  dos horas aproximadas para bajar. Se recomienda llevar una mochila liviana e ir preparados para encontrar hielo en la cumbre, no es necesario asegurar con cuerdas pero si con crampones y llevar piolet.

Esquiando por Volcanes en el Sur de Chile-7

​C​elebrando con los amigos en la cumbre del Llaima, de izquierda a derecha: Pachi Ibarra, Eben Sargent, JP Meza, Seba Irarrázaval y Nico Thumm.

Trail a los pies del Lonquimay

Andesgear Corralco Challenge by Garmin es una carrera de Trail Running que recorre íntegramente la maravillosa e imponente Reserva Nacional Malalcahuello-Nalcas, en la Región de la Araucanía, en circuitos de 15, 32 y 70 kilómetros, por milenarios bosques de araucarias, a los pies del Volcán Lonquimay.

Se trata de una corrida de montaña que debutó exitosamente en noviembre del 2015 con la participación de más de 450 corredores, entre ellos grandes exponentes del trail nacional. Esta versión también contará con deportistas consagrados como Verónica Lobos,  Pablo Pérez y Boris Orrego, además de runners provenientes de Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, Estados Unidos y Francia. Las categorías de 32 y 70 K entregan puntos, a todos quienes completen la carrera, para el Ultra Trail del Mont Blanc, el evento más importante a nivel mundial en esta especialidad.

trail2

Este 2016 serán 700 los participantes, quienes el próximo sábado 12 de noviembre competirán en las categoría femeninas y masculinas de 18 a 29 años; 30 a 39 años; 40 a 49 años; 50 a 59 años; y 60 años y más. Del total de inscritos, 40% son mujeres.

El Director de Carrera Tomás Garcés, de AndesChimp, describe la experiencia como «una oportunidad de realizar el deporte que nos apasiona,  en un entorno de ensueño». Agrega que «hemos diseñado los circuitos, la logística y el plan de seguridad en conjunto con la Conaf, para intentar ofrecer la mejor experiencia a todos nuestros competidores».

Más información en:

www.corralcochallenge.cl

https://www.facebook.com/RutaNomadeChile

https://www.instagram.com/rutanomade

Outours Araucanía Andina

En este Outours abarcamos la zona norte de la Araucanía Andina. Acá damos a conocer las mejores experiencias en nieve de este invierno. Montañismo en volcanes, randonnée, splitboard, ski y snowboard fuera de pista y caminatas en raquetas de nieve son algunas de las posibilidades que ofrece este paradisiaco mundo invernal. Continue reading

El gran Biobío de cordillera a mar

Chile es una tierra de ríos. A lo largo de su accidentada geografía, el agua acumulada en la cordillera de los Andes fluye en forma de miles de esteros, los cuales se reúnen en ríos, lagos, lagunas y humedales, antes de culminar en el océano Pacífico. Inmerso en medio de esta tierra, existe un enorme cuerpo de agua que se extiende a lo largo de la segunda cuenca hidrográfica más grande del país. Este coloso es el río Biobío, o Butalebu, como le llamaron los pehuenches y que quiere decir río grande, el cual es y ha sido durante siglos una gran fuente de vida e historias. Su extenso borde representa la frontera histórica entre los españoles y el pueblo mapuche, siendo testigo de cruentas batallas, acuerdos y traiciones.

Texto y Fotos: Jens Benöhr y Tobias Hellwig

El río Biobío es el segundo más largo de Chile, después del casi extinto río Loa. Posee un recorrido de 380 kilómetros desde su nacimiento, en la cordillera de los Andes, hasta su desembocadura en el océano Pacífico, junto a la ciudad de Concepción. Desde pequeño he vivido en esta ciudad, donde en algún momento de mi vida comencé a preguntarme por el origen del río que silenciosamente fluía frente a mi ventana. El Biobío queda a unos pocos pasos de mi casa y antes solía a caminar en él, pues su lecho es poco profundo y puede ser recorrido a pie en ciertos sectores. En los últimos años he contemplado con tristeza la transformación de su orilla en un límite intransitable, sus bordes rellenos con toneladas de escombros y tierra infértil.

Lonquimay nos dio la bienvenida con  grandes bosques de araucarias teñidos de blanco por la nieve

Lonquimay nos dio la bienvenida con grandes bosques de araucarias teñidos de blanco por la nieve

Al mismo tiempo, hace algunos años descubrí el kayak de río. En los rápidos de Alto Biobío es donde, junto a buenos amigos, aprendí a montar olas y descubrir las líneas del río, a jugar en sus aguas con nuestros coloridos botecitos de plástico. Ya hace 3 años desde que me inicié en sus aguas y comencé a fantasear con recorrerlo desde su origen hasta su final; sentir el peso de su geografía completa sobre mi cuerpo. De esto conversé hace unos meses con Tobías, quien también soñaba con dejarse llevar por las aguas del Biobío en su kayak de travesía. No tardamos en darnos cuenta que nuestro interés era común, y en Noviembre de 2015 aterrizamos este gran sueño.

El río Biobío
Oficialmente, el río Biobío comienza en la laguna Galletué, pero nosotros, por algún extraño y tácito acuerdo, decidimos comenzar nuestro descenso desde el estero Huillinco, principal tributario de la laguna Icalma, o Espejo de Agua ¡Y qué feliz decisión! Remar entre araucarias y coigües milenarios nos removió el espíritu. El Huillinco vierte sus aguas en la Laguna Icalma, la cual cruzamos veloces, con el viento a favor, hasta llegar al nacimiento del río Biobío. Ahí, entre gritos de euforia y alegría, comenzó el descenso de un río que desde tiempos inmemoriales ha fluido indómito a través de la estepa cordillerana de Lonquimay. Atravesamos la pampa andina, impresionados por el contraste entre la aridez de la zona y la enorme biodiversidad en constante movimiento por el Biobío, que en ese momento aún se mostraba como un pequeño curso de agua. Acampamos junto a sus orillas, arrullados en la noche por su suave murmullo y bajo el cobijo de imponentes araucarias.

El río Biobío fue conocido en todo el mundo por sus desafiantes rápidos, la mayoría desaparecidos tras la construcción de las represas

El río Biobío fue conocido en todo el mundo por sus desafiantes rápidos, la mayoría desaparecidos tras la construcción de las represas

Tras tres días de tranquila navegación, durante un impresionante atardecer, sucedió el mayor temor de un kayakista; me volqué y nadé. Seducido por una pared de rocas que parecía arder con los últimos rayos del sol, me enredé en unos sauces y caí al agua con el kayak abierto y la cámara fotográfica en la mano. Incapaz de girar mi bote bajo los sauces, nadé fuera del kayak, arrastrando a duras penas mi equipo. Alcancé la orilla sin calcetines, arrancados por la corriente, y toda mi ropa mojada, pues las bolsas de supermercado no son las mejores bolsas secas. En el borde del río me alcanzó Tobias, quien logró tranquilizar mis ánimos, agitados por el agua y la pérdida de valioso equipo fotográfico. Esa misma noche, secando la ropa en una fogata, conocimos a Mirella y Guillermo, una pareja de arrieros del valle del río Rahue. Mirella pasó a caballo junto a nuestro campamento mientras oscurecía y nos invitó a tomar mate y a conversar de la vida en la cordillera. “Dura y triste”, decía ella, pero también nos habló de las alegrías que brindan la tierra y los animales, la paz y la lentitud con que transcurre el tiempo en esas alturas. Al día siguiente nos invitaron a presenciar el esquilado de las ovejas, actividad que los arrieros realizaban con notoria destreza, conversando despreocupados entre ellos.

Al interrumpir las represas nuestro descenso por el río, nos vimos obligados a transportar por tierra los kayaks y el equipo.

Al interrumpir las represas nuestro descenso por el río, nos vimos obligados a transportar por tierra los kayaks y el equipo.

Las falsas promesas de Ralco
Tras despedirnos afectuosamente, proseguimos nuestro viaje y, a medida que avanzábamos, el río adquirió mayor fuerza y tamaño; de pronto estábamos en medio de la cordillera, recorriendo un tramo oculto para los ojos humanos. Aquí el Biobío es custodiado por cipreses, coigües, robles y ñirres, cormoranes y martines pescadores, silenciosos guardianes de los secretos que el río aún mantiene aguas arriba, aguas bravas que fluyen con fuerza, una sección aún a salvo del embate del progreso que todo lo aniquila. Este tramo significó concentración y cuidado, pues Tobías navegó valientemente en su kayak de travesía, diseñado para aguas calmas, largos trechos con rápidos de alta dificultad.
Luego llegamos al embalse Ralco, donde abruptamente se desvaneció el salvaje río, domado por la mano del hombre. Ralco es un enorme y solitario embalse, del cual la empresa Endesa hizo falsas promesas de turismo que, hoy en día, tan sólo significan derrumbes en su inestable orilla, esto producto de los grandes cambios en el nivel y superficie del embalse, el cual llega a variar alrededor de 40 metros al año.

Los árboles muertos son el triste  testimonio de la inundación del valle.

Los árboles muertos son el triste testimonio de la inundación del valle.

Desde fines de los años 90, las aguas del Biobío son utilizadas intensivamente con fines energéticos. Las grandes represas de Pangue y Ralco, además de la recientemente inaugurada central Angostura, han inundado enormes superficies de bosque nativo y tierras sagradas para el pueblo pehuenche. La construcción de estas centrales hidroeléctricas en Alto Biobío tuvo una fuerte oposición por parte de comunidades pehuenches y ciudadanos chilenos, pero finalmente triunfó el modelo de desarrollo depredador de la naturaleza. Es así como luego de fluir a lo largo de un furioso río a través de las montañas, nos encontramos de pronto remando sobre enormes embalses y requiriendo de apoyo vehicular para sortear las murallas de hormigón que impedían nuestro camino hacia el mar.

Un río para conocer
Al pasar el último embalse, Angostura, acampamos junto a la orilla del río. Grande fue nuestra sorpresa cuando al atardecer, mientras cocinábamos, el río comenzó a subir. En poco menos de una hora tuvimos que reubicar nuestro campamento en tierra más alta, tan sólo quedando una fogata que resistió hasta su crepitante final. En dos horas el río presentó una crecida artificial de alrededor de 2 metros, lo cual sin duda, altera el ecosistema del río. Esto es provocado por el embalse Pangue, que produce según demanda energética, y por tanto suele liberar mayor cantidad de agua en las tardes.
Una vez dejada atrás la cordillera de los Andes y entrando en el valle central, nos encontramos con numerosas industrias que vierten sus desechos líquidos al río, contaminando las aguas que dan de beber a nuestros pueblos y ciudades. Las orillas del río lucen abandonadas, siendo los únicos habitantes las extensas plantaciones de pinos y eucaliptus que han provocado una enorme erosión de los suelos, los cuales al ser arrastrados por las lluvias de invierno van a parar a las aguas del río, que los transporta hasta el mar. Entre Negrete y Laja nos sorprendió ver varias embarcaciones navegando el río, ya sea para cruzarlo o pescar. Luego nos adentramos en la cordillera de la costa, donde definitivamente el río es abandonado a su suerte, oculto entre interminables plantaciones de pino.

Nuestro sueño fue conocer el río que fluye frente a nosotros sin ser visto, que cruzamos y no contemplamos, que bebemos y no tocamos

Nuestro sueño fue conocer el río que fluye frente a nosotros sin ser visto, que cruzamos y no contemplamos, que bebemos y no tocamos

El lento fluir del Biobío en su última sección fue un largo momento para reflexionar sobre nuestro entorno y como nuestro cómodo estilo de vida -incluido el de los autores, siempre a salvo en botes de plástico y enfundados en ropa especializada- ha generado los grandes impactos que vemos sobre el río. El tiempo navegando fluye con otro ritmo, lánguido y contemplativo, contrastante con el acelerado ritmo de la ciudad de Concepción, la cual nos dio la bienvenida con basurales y el constante ruido del tráfico, que hizo temblar nuestros oídos, acostumbrados al suave rumor del agua. El río Biobío junto a Concepción habla, pero ya no lo oímos.
Tras 10 días de intensa navegación llegamos al mar, y finalmente sentimos nuestros kayaks mecerse en las olas. En ese instante culmine sentimos la vida del río y su pena, su abandono. Pero también entendimos nuestra responsabilidad, como habitantes de sus orillas, de mirarlo, reconocerlo y respetarlo. Para nosotros nunca fue importante descender el río Biobío en su totalidad, ni nos interesamos en saber si éramos los primeros en realizarlo. Navegar el gran río Biobío de cordillera a mar fue para nosotros un pequeño y valioso testimonio, una señal de respeto hacia su milenaria memoria.

 

Randoneando en la nieve de la Araucanía

Corría la temporada de invierno 2006 cuando escuché por primera vez hablar de Malalcahuello y el centro de esquí Corralco, albergado en las faldas del volcán Lonquimay. Pocas semanas más tarde estaba sobre mis dos tablas en estas pendientes; la que hasta el día de hoy, considero la mejor nieve del sur de Chile. Continue reading

VIDEO: Cielobajozero en Corralco

El Centro de Ski Corralco se encuentra ubicado en la ladera sur-este del volcán Lonquimay, a 120 km. de Temuco, más especificamente, en la Reserva Nacional de Malalcahuello-Las Nalcas, con un desnivel vertical de 321 metros. El despegue está a los 1.960 metros de altura sobre el nivel del mar y a solo 50 metros caminando desde el final del andarivel más alto. Ahí comienza el evento Cielobajozero, un campeonato que organiza el club Vuelo Sur, y cuya trastienda puedes ver en el siguiente video. Continue reading