Vivimos en una era digital en que todo es grabado. Nada ha sido olvidado o será olvidado. Es fácil decirlo pero las implicancias a futuro pueden ser terriblemente poderosas. Todos tenemos una especie de disco duro prostático en la nube que nos acompaña donde vayamos, a cualquier hora y disponible para todo el mundo. No importa si hiciste algo errado hace treinta años. Todo será recordado en tiempo presente y juzgado como tal. Todas tus acciones serán juzgadas atemporalmente. O sea, sin existir la noción de tiempo o espacio. No habrá excusas de que fueron tiempos difíciles o de que eran momentos especiales y por eso actuaste de esa manera.
Texto: Gerardo Marin
Sin la noción de Tiempo y Espacio de donde se enmarcaron los hechos quedarás expuesto a la tiranía de la mayoría digital. Tus razones más nobles sucumbirán ante la ola digital en contra tuyo si es que la masa así lo decide por circunstancias caóticas o por algún objetivo individualista mezquino. En el otro extremo, si recuerdas un gran momento con gran emoción. Esa emoción fue especial porque fue ese momento, en ese tiempo y espacio lo que te hizo resaltar esa experiencia. Si le sacas la noción de tiempo y espacio queda reducida a datos. Algo sin sabor.
El peso de tu pasado podría ser tal que quedarás inmovilizado, no podrás actuar pensando en que lo que hiciste en el pasado siempre fue mejor y que tu legado sólo se verá ensuciado a la luz de la mayoría, porque tu como persona ya no cuentas.
Que hay de la creatividad? Sin la capacidad de olvidar no habrá reinvención. La reconstrucción interna que lleva tiempo será cada vez más escasa. El pasado te recordará los errores y todos esos fantasmas que te azotaran sin piedad desde el pasado que hoy será más presente que nunca, obligándote a no reinventarte. A no cruzar la línea y estar fuera de la zona de confort. Ahora llamada la zona de seguridad dado que estarás expuesto a la masa digital.
Desaparecerá la creatividad? Música, ideas, literatura, etc… todo será basado en el pasado? Burdas copias que, si buscas un poco en la web encontrarás la copia re enchulada, por así decirlo?
Fuiste un mal padre por diferentes razones, por situaciones de esos tiempos? Todo quedará grabado o peor aún. “Padre, donde estuviste todos esos años en que yo era chico? que no me grabaste, no me fotografiaste, no me posteaste en la web como a mis amigos… mira mira…” Tu como padre dirás: pero hijo!! .. No te acuerdas todas esas conversaciones lindas que tuvimos sobre la vida? Esas tardes inolvidables de verano en donde todos reíamos y jugábamos cartas?, Esos tiempos inolvidables de grandes momentos, el olor de mar, el sonido de las olas y ese calor de hogar? O sea, todo esos “tiempo y espacios” podrían ser olvidados y reemplazados por gigas. Tal vez tus hijos te juzguen por los gigas de legado que les dejas.
Será que los hechos más importantes en tu vida jamás debieran ser grabados? Que no debieran ser profanados para que forzosamente cada vez que recordemos ese hecho lo volvamos a pulir? A perfeccionar, a saborear? O sea, cada vez que recordemos ese hecho familiar lo vamos adornando y reconstruyendo cada vez? Con más detalle? Con más emoción al contarlo una y otra vez en familia y generación tras generación? Para que así cada uno de tus nietos se lo imagine como quiera? Se acuerdan de la Película “Danza con Lobos” en donde Kevin Costner tenía que contar una y otra vez la historia de “Tatanka” a la luz de una fogata?
Al parecer, incluso la más perfecta reproducción de una pieza de arte está falta de un elemento fundamental que la define. Es la existencia única del momento en que fue creada y en el tiempo en que fue creada.
Grabar y grabar. Cuantos megas de memoria tienes que no has editado? Cuantos años que no ves esos gigas o teras? Pero las memorias sí que las recuerdas, las tienes en tu cerebro y cuando las necesitas las ocupas. Una especie de mindfulness directo a tus ideas que te motivan, que te hacen levantarte cada mañana. Mejor preocúpate de guardar tus propias memorias, esas que atesoras desde chico. Desde esa época en que cada experiencia vivida era un proceso de imprinting inmediato sin filtro, sin excusas, directo a tu cerebelo.
Vamos un poco más profundo. Te atreverías a abrir esa puerta cerrada bajo siete llaves de recuerdos que tienes de la pubertad hacia atrás? Piensa en esa persona que te aconsejó realmente. A la cual “escuchaste”, que te guió y que tú le hiciste caso. A caso no llamas a esos recuerdos cuando tienes un problema que resolver o un momento bonito que estás viviendo y recuerdas uno del pasado? Ahhh!! Efectivamente al parecer tienes un disco duro poderoso guardado en tu cerebelo que está oculto, que está vivo y al cual realmente le crees y confías. Al parecer no necesitamos más que eso para ser felices y recordar en tiempo y espacio nuestras propias memorias?