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Tag Archives: Aysén

Outours: Puerto Cisnes

Entre la carretera Austral Norte y el fiordo Puyuhuapi se encuentra Puerto Cisnes, un pueblo que originalmente se sustentaba de la pesca artesanal y que ahora se dedica a compartir con los turistas su bosque siempreverde, sus montañas cogeladas, su fauna indómita y sus cálidos refugios. Una pequeña, pero siempre abierta puerta a paisajes impresionantes e infinitas posibilidades para los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre.

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Kayak en La Laguna San Rafael

Dentro de toda el área entre Bahía Exploradores y la laguna San Rafael, la posibilidad de avistar aves es increíble, particularmente en la ribera de la laguna, en donde colindan varios ecosistemas, como los ríos, bosques y humedales. Aquí cintamos la historia de una expedición de la Universidad San Sebastián que salió a explorar estos lejanos confines.
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Simply Aysén: El video más Bonito de nuestra Patagonia

Mariano Peppi es el realizador de este sobrecogedor video, que muestra algunos de los principales atractivos de la región de Aysén, con un viaje que nos lleva flotando fuera de la ciudad a conocer por tierra, agua y aire la belleza natural de la Patagonia. Desde una privilegiada ubicación en Puerto Bertrand, cerca del río Baker, la sensible mirada fotográfica de Peppi nos lleva a mirar el lago general Carrera, sus Catedrales de Mármol, la Carretera Austral, los lindes de los Campos de Hielo y un sin fín de detalles simples y cautivadores de la región de Aysén. Continue reading

Kayak en los Canales Patagónicos: La Isla

Los canales de la Patagonia, en la región de Aysén son el

escenario del viaje de cinco amigos, que viajan remando a la Isla Kent. Además de tener el desafío de cambiante clima, y la dificultad que ofrece la llegada de la marea sur, se enfrentan a un cambio de paisaje: esa Patagonia prístina que esperan encontrar está dañada en los más remotos rincones por la acción del hombre, que contamina incluso en estos paradisíacos confines del sur de Chile.

La Isla from Eugenio Krumenaker on Vimeo.

Producido por Suda Outdoors 

Parque Kaikén: Volver a lo Nativo

Sintonizarse con la naturaleza no es tarea fácil. Hace falta una desconexión total del mundo al que estamos acostumbrados. Dejar atrás celulares, computadores, labores diarias, las preocupaciones que genera estar inmersos en el sistema, no ocurre de un chispazo, es algo gradual que toma tiempo, pero que finalmente termina ocurriendo por nuestra condición de seres humanos, esa que nos lleva a querer sentirnos conectados con lo nativo nuevamente. Esta es la historia de un viaje en lo profundo de la Patagonia, en la región de Aysén, que cuenta cómo puede lograrse este vínculo.

Texto y Fotos: Rodrigo Matus

La segunda semana de enero viajé a un lugar inmerso en el corazón de Aysén, prácticamente abrazado por la cordillera y lo suficientemente aislado para encontrar lo que andaba buscando: la desconexión total. El lugar en cuestión es el recientemente creado Parque Kaiken, un territorio privado de aproximadamente 1.100 hectáreas destinado a la conservación y la conexión entre las personas y la naturaleza extrema. El trayecto para llegar aquí es un regalo a los sentidos que comienza desde la ciudad de Coyhaique, recorre una fracción de la Carretera Austral (Ruta 7) y termina a las orillas del río Cisnes. Un recorrido alucinante que capea montañas, bosques, glaciares, ríos y lagos tan hipnóticos que te llaman a perderte en ellos. El portal de acceso es uno de los sellos más característicos de la zona austral: los clásicos puentes colgantes que conectan territorios separados por los fuertes afluentes australes. Con un pie al otro lado del río, ya bastaban un par de kilómetros para llegar a mi destino final.

Voluntario de Somos Nativos preparando el suelo donde se levantaría el refugio que construiríamos en al Parque

Voluntario de Somos Nativos preparando el suelo donde se levantaría el refugio que construiríamos en al Parque

Un Parque se Levanta
Habitado hace cientos de años por los kawésqar, una cultura ancestral que dejó testimonio de su paso en lienzos de roca por toda la región, hoy recibía a sus nuevos pasantes con la mejor de las energías para experimentar la magia de este lugar. Llegar aquí con la comodidad de hoy es un privilegio. Antiguamente los gauchos viajaban días, semanas e incluso meses arriba de sus caballos para conectarse con la civilización y obtener los víveres necesarios para las extremas condiciones de este lugar.
Saber que llegaste a Kaiken, se resuelve rápido, ya que de a poco se comienza a asomar
el imponente lago Las Quemas, gran protagonista del lugar que se extiende por prácticamente todo este territorio. A orillas del lago se encuentra el primer refugio, construido hace unos 40 años por gauchos que pasaban por el lugar y que hoy -ya remodelado- es la base del proyecto de conservación y hogar de los primeros voluntarios que ayudan a levantar los cimientos de este parque.

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Un descanso para tomar aire y recibir los rayos de sol mientras cruzábamos la canoa por el bosque de lengas.

Voluntarios
Liderando esto está Somos Nativos, grupo conservacionista del que participo junto a mi amigo Cristián Fernández, y que tiene por objetivo generar un modelo de desarrollo social que posibilite vivir en contacto y armonía con la naturaleza. En esta primera etapa del proyecto, 18 voluntarios han trabajado durante lo que va corrido del verano para construir refugios, baños, accesos, junto con participar de las actividades de senderismo y trazado de las rutas que la gente podrá disfrutar en el futuro. Fue un regalo divino haber sido parte del redescubrimiento de un lugar nuevo para el resto del mundo y que por años solo había estado reservado para el paso de unos pocos que viajaban por esas montañas.

Probando suerte en uno de los pozones que se formaban en el recorrido del rio.

Probando suerte en uno de los pozones que se formaban en el recorrido del río.

Tratar de contar esto en orden cronológico pierde sentido, aquí el tiempo funciona de otra forma y los recuerdos se basan en experiencias, no en fechas. Fueron 8 días donde el trabajo se mezcló con el placer, donde las labores diarias como amasar el pan, cortar la leña para el fuego, palear la tierra, acarrear troncos o reforzar el refugio de los fuertes vientos, eran recompensados con largas jornadas de compañerismo, mates bien conversados y por supuesto el placer de practicar todo tipo de deportes en el mejor escenario que la Tierra nos podía entregar. Porque cada disciplina te obliga a darte el tiempo de observar, entender el contexto, sentir las energías y por cada satisfacción recibida, aumentar los deseos de cuidar el delicado planeta que habitamos.

Leer los Ríos
Mientras algunos practicaban Stand Up Paddle para simplemente flotar en el centro del lago y contemplar las montañas, bosques y glaciares que asomaban a nuestro alrededor, junto a otros compañeros disfruté de extensas jornadas de exploración en los alrededores. En uno de esos viajes encontramos una pequeña laguna escondida en el bosque, a unos 2 kilómetros desde nuestro refugio, un lugar alucinante que no nos conformamos con solo ver desde la orilla, por lo que decidimos volver al campamento y traer de vuelta la canoa que teníamos con nosotros, cargándola a pulso entre medio del frondoso bosque de lenga, para disfrutar como nunca el navegar por primera vez este pequeño punto en la Patagonia.

Un perfecto ejemplar de Trucha Fario, mostrándose para la cámara.

Un perfecto ejemplar de Trucha Fario, mostrándose para la cámara.

Cuando pensaba que ya nada podía superar el día anterior, el destino se encargó de lo contrario, mostrándome de cerca el mundo de la pesca con mosca. Esto gracias a Sebastián Sánchez, joven entusiasta que me enseñó todo lo necesario para comenzar mi propia historia en este deporte. Con él aprendí a “leer” los ríos, entender los flujos de agua, comprender el funcionamiento del ecosistema, cómo se alimentan las truchas, hasta incluso cómo se comportan los más pequeños insectos, a los que más tarde -con la ayuda de mi caña, hilo y mosca- tendría que emular como un experto imitador. Fueron varios días recorriendo los bosques, bordeando lagos y ríos y navegando cada extremo del lago. Ese tiempo me abrió los ojos a un deporte tan completo como la pesca y de lo afortunados que somos de contar con un país como el nuestro para disfrutarlo.



 

Una invitación
Esto fue tan solo un fracción de la experiencia Kaiken, pero me quedo tranquilo y con energías de sobra para volver y seguir avanzando como parte de este tremendo proyecto que a futuro debería ser un lugar de encuentro para todos aquellos y aquellas que quieran volver a ser y sentirse nativos. Están todos invitados a ser parte de esto y construir una historia juntos en www.somosnativos.cl

Preparar nuestro comida, parte de la rutina de todos los días en Parque Kaikén.

Preparar nuestro comida, parte de la rutina de todos los días en Parque Kaikén.

Aysen Run, en Búsqueda de la Patagonia Chilena

Mi espíritu de animador (locutor) aventurero me llevó esta vez a un lugar que hace mucho tiempo tenía pensado visitar, como un posible lugar de vacaciones. La vida se encargó de regalarme una oportunidad de  hacerlo trabajando, por medio de este maravilloso deporte que me encanta y permite conocer cada rincón de mi tierra.
Con la energía puesta en conocer lo que más pudiese, salgo a trabajar rumbo a una tierra que asombra y regocija a cualquiera, con maravillosos contrastes que pareciesen dibujados y puestos intencionalmente, a animar Aysén Run, carrera que se lleva a cabo desde el año 2014, de la mano de Francisco Vio, otro de esos soñadores que encontramos a lo largo de nuestro país, que quieren mostrar lo  mejor del lugar donde viven, incluyendo en su locura a sus alumnos de Técnico Universitario en Turismo de Naturaleza de la Universidad Austral de Chile.

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Coyhaique nos recibía
Mientras esperábamos la hora del check-in del Hotel Diego de Almagro, dos amigos fotógrafos (Felipe Mellado y Daniela Cancino, quienes me facilitaron algunas imágenes) hicieron de guías turísticos llevándome hacia el centro en busca de un buen café y anécdotas para compartir, de manera de recuperar energías después del agotador viaje, para así dirigirnos hacia el lugar de entrega de kit, donde ya se calentaba el ánimo para la jornada que se aproximaba.
Con toda la intención de salir a trotar por la ciudad me encuentro con el Café Holzer,  recomendado previamente, no pudiendo evitar el dejar pasar tal consejo, sin contar con que unos exquisitos pasteles me obligaran a desechar esa tremendas ganas de correr, porque después de comerlos no podía ni moverme.  Ya en el hotel, el sentimiento de culpa me motivó e entrenar un poco en el hotel (mientras subía fotografías captadas durante la tarde), ya que a esa hora no era recomendable correr (dada la gran cantidad de contaminación por combustión de leña existente en la ciudad) y así poder acostarme a dormir tranquilo en espera de la gran jornada.

El gran día
7:00 AM y el acogedor predio María Elena nos recibió desde la madrugada junto a los competidores de las distancias mayores (60 y 42km), donde nos fuimos directamente hasta el cálido quincho Don Santiago para esperar la largada mientras esperábamos los primeros tímidos rayos de sol, que no se asomarían sino hasta un rato después que los primeros valientes fueran por sus primeros km.
Las luciérnagas se alejaban por el camino, dibujando un bello escenario que se acompañaba con la silueta de un bello Lago Frio, que se dejaba ver con el paso de los minutos, proporcionando un exquisito ambiente que se complementaba con la música  de fondo, “Shine on you crazy diamond”, un tremendo tema de Pink Floyd (ya que también jugué a ser DJ), que le dio aun más sazón a ese gran momento.
La partida de las distancias menores (24, 15 y 10 km) no sería hasta unas horas más tarde (desde las 10:00 AM), por lo que quedaba bastante tiempo para hacer lo que me gusta, que es correr, por  cuanto sendero se cruza en el camino. Más abrigado que hijo único, paso un cerco que se encontraba a unos 100 metros de la partida y comienzo a soltar las piernas por un congelado pasto, que crujía exquisitamente con cada zancada, y que me llevaba por un bosque hacia la parte alta del monte, que me regalaría la maravillosa vista de un bello amanecer, con la postal del lago de fondo. Me detengo ante ese momento sublime y bajo rumbo hacia el Camp, porque llegaba la hora de derrochar mi energía con los corredores que llegaban a enfrentar las siguientes largadas.
Con el ánimo más que renovado vamos motivando: ¡5,4,3,2,1…largaron! (las 3 distancias restantes), ya con un clima que nos acompañaría gratamente durante todo el resto de la jornada, donde a pesar de la distancia, vi muchas caras conocidas.

Cerca de 420 competidores disfrutaron del recorrido, que coronó a dos argentinos, provenientes de Esquel, que se llevaron la distancia madre de la competencia, como son los 60 km, y estos fueron el tremendo pero sencillo Sergio Trecamán, que revalidaba su título y Claudia Ramírez, quien además llego segunda en la general.

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Por su parte, los ganadores de los 42 km fueron Luis Beltrán e Isabel Currumán; en los 24 km hicieron lo suyo Pablo Araya y Kim Tierney.
La experiencia culminó con una cálida premiación en el anfiteatro de la Casa de la Cultura de Coyhaique, donde la energía trasandina se hizo sentir (cosa que envidio, porque nos falta tanto por crecer en este bello deporte), con una barra que no solo alentaba a los suyos, sino que contagiaba a todos quienes estábamos en el lugar, dejando más que marcados a quienes asistíamos por primera vez a esta competencia que sin duda no nos cansaremos de recomendar, no solo por el lugar, sino por la energía de su gente, liderada por Pancho Vio, quien junto a sus alumnos nos regalaron una historia más para contar y compartir.

Pueden ver las imágenes de la competencia en este album.

Sitio oficial: www.aysenrun.com

 

Buceo en un Mundo de Mármol

Sobre el lago General Carrera y a unos 20 metros de navegación desde la localidad de Río Puerto Tranquilo se encuentra uno de los lugares más encantadores y particulares en cuanto a paisaje acuático se refiere: Las Catedrales de Mármol. Hasta allí nos dirigimos la primera semana de diciembre con la intención de investigar sobre la posibilidad de bucear y hacer algunas fotografías del lugar.

Texto: Marcos Ponce
Fotos: Sergio Massaro 

Desde la República Argentina y partiendo de Esquel en la provincia del Chubut recorrimos algunos km hasta la mítica Ruta 40 y comenzamos a adentrarnos en la estepa patagónica. Pasando por la pequeña localidad de Gobernador Costa, nos desviamos ya por ruta de ripio hasta la localidad de Río Mayo; luego de un tramo de casi 80 km, llegamos al límite con la Provincia de Santa Cruz y ya en ella nuestro camino nos llevó a Perito Moreno y Los Antiguos. Esta última y famosa localidad, celebrada por sus dulces cerezas que pudimos probar, fue la última que visitamos antes de hacer cruce internacional a Chile Chico. Luego bordeando el imponente lago, por un poco más de una hora, llegamos a Puerto Tranquilo.
Cargamos con todo nuestro equipo de fotografía y de buceo ya que por la información que no pudimos encontrar operadores de buceo locales. Puerto Río Tranquilo es un cálido caserío en el que se pueden contratar todos los servicios que el viajero requiere: alojamiento, combustible, comida y por supuesto servicios de botes y tours hacia nuestro destino, lugareños que brindan un incipiente servicio personalizado y muy recomendable.

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Desde la superficie, las Capillas de Mármol son un espectáculo, tanto por sus formas como por el contraste que hacen con las aguas color esmeralda del General Carrera. Foto de Francisco Ibarra

Patagonia Subacuática
Era poca la información con la que contábamos respecto del buceo en el lugar. Una vez en Tranquilo vimos que no hay antecedentes registrados de la realización de buceo deportivo en el lugar, mucho menos fotografía subacuática del mismo. Existe en la memoria local un grupo de buzos que realizó seguridad para una producción extranjera de una conocida bebida energizante que grabó un corto publicitario en aguas del lago. Así que con un poco de sentimiento de pioneros ante lo que íbamos a realizar, comenzamos con los preparativos.
Alojados ya en una cálida cabaña de madera a orillas del lago y luego de requerir las autorizaciones respectivas en la Capitanía de Puerto, contratamos el servicio de embarcación que nos llevaría hacia nuestro esperado destino y realizamos la planificación del buceo.
La zona en la que se encuentra enclavado el Lago General Carrera es la característica Patagonia chilena: como marco la cordillera de los Andes que da paso a paisajes de estepa que se mezclan con bosques cordilleranos y pequeños ríos y arroyos que atraviesan el camino de manera permanente, lo que hacen de la zona un paisaje soñado. En diciembre la masiva floración de la retama amarilla y roja le da al poblado un color incomparable.
El Lago que desagua en el Océano Pacífico a través del río Baker se encuentra a algo más de 200 msnm. El origen glaciar de sus aguas, conjugado con el estado casi intacto por la mano del hombre nos promete una claridad en el agua y una transparencia que auguran no menos de 20 metros de visibilidad.

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La base de los inmensos peñones se va afinando producto de la erosión, tallando formas que parecen hongos gigantes de piedra.

El ingrávido mundo
El día elegido amaneció despejado y cálido, lo que nos anticipaba una excelente inmersión ya que el sol anunciaba que nos iba a acompañar toda la jornada.
Es indescriptible la sensación que produce el acercarse por primera vez a las Catedrales desde el agua. La claridad de líquido elemento permite que nuestra vista se pierda en la profundidad buscando el final del blanco mármol. El paso de la superficie al ingrávido mundo acuático nos deparaba muchas sorpresas: un paisaje pocas veces visto en inmersiones en lagos o mar abierto. Las formaciones de mármol que se perciben con formas de cuevas o cavernas en superficie continúan hacia abajo, y se convierte por momentos en pasajes entre dos paredes, pequeños remansos y algún que otro corto túnel a superar.
La profundidad máxima alcanzada fueron los 18 metros donde el lago presenta ya las características propias de los lagos del sur y son cada vez más esporádicas las formaciones de mármol, pero las zonas más espectaculares rondaron siempre los 3/6 metros. Como la temperatura del agua rondó siempre los 12 grados, a esa profundidad se pudo prolongar las inmersiones a casi una hora y prestar especial dedicación a la toma de fotografías con el resultado que hoy se comparte.

Estudio en Mármol
Se hace referencia de manera genérica a las “Catedrales de Mármol” pero a poco de andado el lugar vemos que los lugareños diferencian la Catedral de Mármol, La Capilla y las Cuevas de Mármol, según el tamaño de las mismas. Desde el agua, todas reúnen las mismas características. Al tratarse de formaciones minerales de carbonato de calcio, la erosión producto del viento y del agua le han dado las formas de cuevas y cavernas tan características que permiten, cuando el nivel del lago está bajo, adentrarse en las formaciones con pequeñas embarcaciones para apreciar los tonos azul celestes de que se tiñen en superficie. Bajo el agua y producto de las distintos modos en que han sido erosionadas las superficies expuestas podemos encontrar texturas que van desde una suavidad del mármol muy comparable al producido por la mejor pulidora industrial hasta lugares donde por, vaya a saber por qué capricho de la naturaleza, el mármol se presenta con incontables “pozos” que hacen una superficie muy corrugada.
El blanco del material domina hasta donde la vista nos permite llegar, salvo en algunos sectores donde se encuentran cortes de láminas de piedra incrustadas dentro del mismo mármol. Sin dudas, un paraíso para los amantes de la evolución de la Tierra.

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El cementerio de Puerto Río Tranquilo. Foto de Francisco Ibarra

El buceo se inicia desde embarcaciones, lo que nos permite aproximarnos a las formaciones de mineral. A una escasa profundidad es posible bucear en túneles o callejones donde sus paredes y fondo son totalmente de mármol. Algunos de ellos desembocan en cuevas de escasa altura donde es posible salir a superficie, retirarse el regulador para apreciar el encanto de las catedrales desde adentro.
Dada la textura del material mineral, en este entorno la vegetación acuática es muy escasa, recobrando las características a la que los lagos patagónicos nos tienen acostumbrados a los 15 a 18 metros de profundidad según el lugar, donde comenzamos a notar la presencia de limo, y algunas especies verdes típicas. Luego de casi una hora en el agua, llegó el momento de volver a la embarcación para hacer un pequeño recorrido en superficie por el lugar y regresar a la cabaña.

Segundo día
Con 25 minutos de navegación ya con un poco más de viento que la ida y con las memorias de las cámaras y las retinas llenas de imagines increíbles volvimos a nuestra cabaña a cumplir con el descanso merecido.
El segundo día y ya habiendo calmado el día anterior la ansiedad propia de quien llega a un lugar tan particular por primera vez, nos permitió continuar con la sesión de fotos y recorrer en una profundidad similar al día anterior otro sector del lugar con iguales resultados. El buceo fue igual de placentero con una profundidad máxima de 15 metros y con la temperatura del agua muy similar al día anterior. Por las características del lecho en esta zona no se pudo apreciar la presencia de peces de ningún tipo, solo una huidiza trucha de mediano tamaño.
Las formaciones de mármol más atractivas a la vista, cavernas y túneles se encuentran casi a nivel superficial y hasta los 15/18 metros, más allá de eso el paisaje comienza a ser dominado por el limo y tierra, encontrando en el límite de los 18 metros, verdes plantas típicas de los lagos de cordillera y la visibilidad, gracias a la claridad del agua sigue siendo de hasta 20 metros de azul ante nuestra vista.
Cabe destacar que ambas inmersiones se efectuaron con aire comprimido y trajes del tipo semi secos ya que el tipo de buceo, profundidad, altura del lago sobre el nivel del mar, tiempo de duración y temperatura del agua así lo permitió.
Concluida la segunda inmersión, regresamos al pueblo a ordenar todos los equipos, alimentarnos y descansar para la partida el día siguiente, dejando a nuestras espaldas un lugar maravilloso que todavía tiene bajo la superficie muchas cosas por descubrir.

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Túneles, cuevas, cañadones y pequeños pasadizos, caracterizan el paisaje del fondo de este mundo de mármol.


 

El Grupo
Mariana González: Guía de buceo
Sergio Massaro: Fotografo, Instructor de buceo.
Marcos Ponce: Buzo deportivo CMAS 3* residente en Esquel (Chubut), Patagonia Argentina

Geología del Carrera
Se conoce con el nombre de Catedral o Capilla del Mármol a una serie de cavernas labradas en la roca en una península de la ribera del Lago General Carrera en su parte Suroeste labradas en mármoles pertenecientes al Paleozoico superior. La formación de las cavernas es un fenómeno más reciente, post-glacial, (menos de 15 mil años), generado por la disolución diferencial de los mármoles por el agua del Lago General Carrera (Fuente: www.sociedadgeologica.cl)