Mi espíritu de animador (locutor) aventurero me llevó esta vez a un lugar que hace mucho tiempo tenía pensado visitar, como un posible lugar de vacaciones. La vida se encargó de regalarme una oportunidad de hacerlo trabajando, por medio de este maravilloso deporte que me encanta y permite conocer cada rincón de mi tierra.
Con la energía puesta en conocer lo que más pudiese, salgo a trabajar rumbo a una tierra que asombra y regocija a cualquiera, con maravillosos contrastes que pareciesen dibujados y puestos intencionalmente, a animar Aysén Run, carrera que se lleva a cabo desde el año 2014, de la mano de Francisco Vio, otro de esos soñadores que encontramos a lo largo de nuestro país, que quieren mostrar lo mejor del lugar donde viven, incluyendo en su locura a sus alumnos de Técnico Universitario en Turismo de Naturaleza de la Universidad Austral de Chile.
Coyhaique nos recibía
Mientras esperábamos la hora del check-in del Hotel Diego de Almagro, dos amigos fotógrafos (Felipe Mellado y Daniela Cancino, quienes me facilitaron algunas imágenes) hicieron de guías turísticos llevándome hacia el centro en busca de un buen café y anécdotas para compartir, de manera de recuperar energías después del agotador viaje, para así dirigirnos hacia el lugar de entrega de kit, donde ya se calentaba el ánimo para la jornada que se aproximaba.
Con toda la intención de salir a trotar por la ciudad me encuentro con el Café Holzer, recomendado previamente, no pudiendo evitar el dejar pasar tal consejo, sin contar con que unos exquisitos pasteles me obligaran a desechar esa tremendas ganas de correr, porque después de comerlos no podía ni moverme. Ya en el hotel, el sentimiento de culpa me motivó e entrenar un poco en el hotel (mientras subía fotografías captadas durante la tarde), ya que a esa hora no era recomendable correr (dada la gran cantidad de contaminación por combustión de leña existente en la ciudad) y así poder acostarme a dormir tranquilo en espera de la gran jornada.
El gran día
7:00 AM y el acogedor predio María Elena nos recibió desde la madrugada junto a los competidores de las distancias mayores (60 y 42km), donde nos fuimos directamente hasta el cálido quincho Don Santiago para esperar la largada mientras esperábamos los primeros tímidos rayos de sol, que no se asomarían sino hasta un rato después que los primeros valientes fueran por sus primeros km.
Las luciérnagas se alejaban por el camino, dibujando un bello escenario que se acompañaba con la silueta de un bello Lago Frio, que se dejaba ver con el paso de los minutos, proporcionando un exquisito ambiente que se complementaba con la música de fondo, “Shine on you crazy diamond”, un tremendo tema de Pink Floyd (ya que también jugué a ser DJ), que le dio aun más sazón a ese gran momento.
La partida de las distancias menores (24, 15 y 10 km) no sería hasta unas horas más tarde (desde las 10:00 AM), por lo que quedaba bastante tiempo para hacer lo que me gusta, que es correr, por cuanto sendero se cruza en el camino. Más abrigado que hijo único, paso un cerco que se encontraba a unos 100 metros de la partida y comienzo a soltar las piernas por un congelado pasto, que crujía exquisitamente con cada zancada, y que me llevaba por un bosque hacia la parte alta del monte, que me regalaría la maravillosa vista de un bello amanecer, con la postal del lago de fondo. Me detengo ante ese momento sublime y bajo rumbo hacia el Camp, porque llegaba la hora de derrochar mi energía con los corredores que llegaban a enfrentar las siguientes largadas.
Con el ánimo más que renovado vamos motivando: ¡5,4,3,2,1…largaron! (las 3 distancias restantes), ya con un clima que nos acompañaría gratamente durante todo el resto de la jornada, donde a pesar de la distancia, vi muchas caras conocidas.
Cerca de 420 competidores disfrutaron del recorrido, que coronó a dos argentinos, provenientes de Esquel, que se llevaron la distancia madre de la competencia, como son los 60 km, y estos fueron el tremendo pero sencillo Sergio Trecamán, que revalidaba su título y Claudia Ramírez, quien además llego segunda en la general.
Por su parte, los ganadores de los 42 km fueron Luis Beltrán e Isabel Currumán; en los 24 km hicieron lo suyo Pablo Araya y Kim Tierney.
La experiencia culminó con una cálida premiación en el anfiteatro de la Casa de la Cultura de Coyhaique, donde la energía trasandina se hizo sentir (cosa que envidio, porque nos falta tanto por crecer en este bello deporte), con una barra que no solo alentaba a los suyos, sino que contagiaba a todos quienes estábamos en el lugar, dejando más que marcados a quienes asistíamos por primera vez a esta competencia que sin duda no nos cansaremos de recomendar, no solo por el lugar, sino por la energía de su gente, liderada por Pancho Vio, quien junto a sus alumnos nos regalaron una historia más para contar y compartir.
Pueden ver las imágenes de la competencia en este album.
Sitio oficial: www.aysenrun.com