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Los Boulder de Totoralillo

Un joven escalador de la región de Valparaíso, Benjamín Ayala, nos cuenta sobre la aventura que tuvo junto a un grupo de deportistas en los bloques de la zona de Totoralillo, luego de competir en el evento de Boulder más importante de Santiago, el Master de The North Face.

Texto: Benjamín Ayala
Fotos: Matías Donoso

Como todos los años, sabía que después del Master de Boulder de The North Face se hacía un Roctrip, o sea un viaje de escalada. Había escuchado que esta vez  el destino era el Valle de Los Cóndores, en la cordillera de Talca. Un amigo de Santiago que también es escalador y había competido, León Pino,  me había comentado  sobre a dónde iban a ir, pero al final nos dijeron que el Valle estaba  nevado hasta arriba, así que no iba a poder ser ahí, sino que hacia el norte, en Totoralillo.
León me dijo que tenía solo un cupo para él en una de las camionetas del viaje  de The North Face; aún no había espacio para mí, así que le pedí a León y también a Carlos Lastra, que practicaba del equipo de coordinación, que me tuvieran considerado.

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El segundo día de viaje en la mañana me fui solo; tenía muchas ganas de escalar y el lugar estaba lleno de bloques. Me alejé del grupo con un crash pad y estuve probando abrir aquí una ruta por un rato. La roca estaba algo descompuesta y solo intenté un poco

Ya era domingo, así que volví a Valparaíso a mediodía, para llegar a almorzar con mi mamá y contarle que me había ido bien en el Master y mostrarle los premios. Había logrado salir tercero, luego de lograr un séptimo puesto el año pasado. Me sentía bien conforme con el resultado, porque había valido la pena todo el entrenamiento, había superado los nervios que tuve en la clasificatoria del año pasado, donde había estado a punto de pasar a la final. Este año había logrado escalar super tranquilo, todo se había dado bien, pensaba…
Y justo recibo la llamada. ¡Nos íbamos desde Santiago a las 6! Yo vivo en Villa Alemana, así que me tomaría un buen rato llegar; arreglé mis cosas y me fui de una. ¡Tenía toda la motivación de ir! No siempre se da la posibilidad de salir al norte, así que salí con muchas ganas. Era el viaje preciso, estaba la disposición, así que aproveché. Nos juntamos a la hora acordada en Metro Tobalaba y salimos a Totoralillo.

Solos los Boulder
Yo ya había estado en la zona hace un par de años, en septiembre de 2014. Recuerdo que fue una semanita pasándolo bien con hartos amigos, en un grupo como de 15 personas donde nos encontramos también con harta gente escalando. Ahora viajábamos a fines de abril, y a diferencia de la vez anterior, no nos encontramos a nadie: ¡estábamos solo nosotros!
Llegamos el domingo en la noche, prendimos el fuego y comimos un asado de hamburguesas, echándole de todo un poco. Armamos un domo  y nos fuimos rápido a dormir, para al otro día ir a escalar bien temprano
Al día siguiente nos juntamos con el Walo, Eduardo Muñoz, escalador de la zona que fue nuestro guía. Yo conocía ya el lugar, pero él vive en La Serena y es más local. Luego de calentar un poco con en un V8, partimos a conocer, con la idea de ir a buscar un boulder más difícil que los de la final del Master, un V10 que se llamaba Kenka, que en mi viaje anterior no había encadenado.  Le dimos y nos salió bien rápido, ¡como en 5 minutos!

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León Pino probando un boulder V5 o V6 muy entretenido; tiene ricos movimientos y harto desplazamiento por un filo, abrazando la roca

Entre los integrantes del grupo conocí a Mauricio Huerta (que había ganado el Master de 2016 y también de 2014). ¡Es un tipo bien tranquilo!  Muy buena onda, piola, me comentaba varias cosas de la escalada en México, país donde este deporte está mucho más desarrollado que en Chile; él  ha a varias Copas del Mundo y le ha ido bien, entonces conocer su experiencia era algo bien interesante.
Después de caminar un rato el Walo nos llevó un V13, un boulder que yo no conocía. Se llamaba Irreal, que al parecer es el más difícil de la zona y queda bien lejos. No lo logramos encadenar, requería mucho más tiempo. Luego de eso encontramos uno que se llamaba Primer Pegue, un V10. ¡Esta vez nos salió bien rápido! …y eso que la vez anterior tampoco me había salido

 Un aporte de los escaladores
El martes escalamos solo un poquito en la mañana y luego salió desde nosotros como grupo la idea de ponernos a limpiar el lugar: había mucha basura y estuvimos toda la tarde en eso. Botamos la basura y luego nos fuimos de vuelta. Yo creo que entre todos sacamos quizás un 10% de todo lo que había; a la zona de Totoralillo llega demasiada gente que no es escaladora y todo queda muy sucio. La sensación da rabia, porque en los mismos boulder encuentras de todo: pañales, millones de botellas de vidrio, partes de autos, en verdad es muy penca, era un basural.  Teníamos que hacerlo, teníamos que hacer nuestro aporte y ojala todos los que vayan puedan cuidar el lugar, ¡y no solo los que son escaladores! Nosotros somos muy poquitos.

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Nuestro momento antes de descansar en la noche. Preparamos asados, tacos, hamburguesas y nos reímos mucho

El lugar es super rico también para conocerlo, es muy bueno para ir con amigos y disfrutar, no solo hay boulder difíciles, hay mucha roca y nunca te vas a aburrir de
escalar. Ojalá pudieran poner más basureros y carteles eso sí, para que la gente atine.
Después del Master y este viaje, con todo esto, me convenzo cada vez más de ir este año al Mundial de Escalada. Yo ya había ido el año pasado al Mundial Juvenil, en Italia, y con los resultados y premios que conseguí en el Master estoy preparado para ir al Adulto. Ya estoy listo con los pasajes al menos, ¡Solo me falta conseguir hospedaje en Francia!


Agradecimientos
¡Agradezco a la gente de The North Face por la invitación y ojalá que se repita!

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La cantidad de basura que se junta en Totoralillo es mucha. Sin haberlo planificado decidimos hacer nuestro aporte; todos los que vienen a este lugar deberían protegerlo y no solo los escaladores que queremos estar en un lugar limpio para nuestro deporte.