Interactive Coloring

drag iconDrag any color from the left toolbar to an area or text in the page. A blue outline will indicate a droppable element.

drag iconOn mobile, wait a tiny bit until you drag the color drop.

Fjällräven Classic La Oportunidad de un Fotógrafo: Entre la Lente y el Lenguaje

“Es una oportunidad para que cualquiera pueda aprender a hacer trekking de varios días, ganando experiencia, confianza y autosuficiencia. Nosotros proporcionamos la ruta, infraestructura y alimentación; traes tu equipo, duermes en tu tienda y cocinas tu comida. Y cuando regrese a casa, nuestra esperanza es que continúe caminando con amigos y familiares, transmitiendo conocimientos a otros. Únase a nosotros para el 20.º aniversario de Fjällräven Classic en uno de los siete lugares del mundo para realizar una caminata que nunca olvidará.Camina con otras personas de todo el mundo, llevando todo lo que necesitas a tu espalda. Haga clic en una insignia para ver más de cerca cada ruta.”

Paine Grande pelicula Ilford hp5

Santiago de Chile, escusas

Octubre de 2023 marcó un hito inesperado en mi carrera. Mientras trabajaba para los Juegos Panamericanos, recibí una invitación que, en cualquier otro momento, habría sido solo otra entrada en mi agenda. Las Torres del Paine, ese paraje de la Patagonia que había Fotografiado tantas veces, me llamaba una vez más. Pero esta vez, la invitación se sintió diferente.

Un par de semanas antes de la fecha programada, un trote rutinario se convirtió en un desafío cuando mi pie entro en un hoyo de dimensiones épicas, resultando en un esguince de grado dos. Como si eso no fuera suficiente, un cálculo renal decidió hacer su presencia conocida, complicando aún más el panorama con un aumento en mi presión cardiovascular.

A pesar de las adversidades, mi compromiso con la con la aventura permanece inquebrantable. Esta invitación no era solo un llamado fotografiar, sino también a demostrar que, incluso frente a los contratiempos, podemos continuar.

Entre la Lente y el Lenguaje

Me encontraba conversando con amigos que han sido protagonistas de innumerables carreras, inmortalizados por mi cámara. Ellos, conocedores de mi trayectoria, me lanzaron un desafío: “Es tu oportunidad para aplicar todo lo que sabes, lo que has visto y retratado”.

Con una mezcla de dudas y convicción, decidí dar el paso. Me puse en contacto con la marca, y poco a poco, mi entusiasmo comenzó a crecer. Pero no solo era una prueba de habilidades fotográficas; era también un reto lingüístico. El inglés, ese idioma que había dejado de lado durante años, se convirtió en mi Everest personal. Confieso que al principio, cada conversación era un laberinto del cual parecía no encontrar salida, siempre cinco frases detrás de mis interlocutores.

            Hoy, agradezco a esos amigos que me empujaron a cruzar la línea de meta de mi propia carrera, recordándome que hay un mundo por explorar y entender, sin importar el idioma en que se cuente.

Paine Grande Lago Pehoé

La Anticipación de la Aventura

Tres días antes de partir de Santiago, los pasajes ya están en mano, y comienza la meticulosa preparación del equipo fotográfico. No es solo un viaje, es una travesía que promete capturar la esencia de cada experiencia.

Opto por lo esencial, lo más liviano, sin sacrificar nitidez. La Canon EOS M50 será mi fiel compañera, con sus tres lentes que prometen adaptarse a cualquier escenario, incluido el macro para esos detalles que a menudo pasan desapercibidos. La Xiaomi 4k, al estilo GoPro, está lista para las tomas más rudas y de mucha lluvia, y un dron para cambiar perspectivas de los escenarios, Pero, el clima es un jugador impredecible en este juego

Puerto Natales

Al llegar a Puerto Natales, la sorpresa nos aguarda con hospedaje hotel Remota, un emblema de la Patagonia.

En el corazón de la ciudad, una tienda para los amantes del aire libre: Volcánica Outdoor. Es aquí donde la marca Fjällräven hace uno de sus hogares en Chile, y donde se imparte una charla técnica que promete ser tan informativa como desafiante. El inglés se convierte en un río de martirio de términos técnicos, del cual solo logro capturar lo más fácil y menos esenciales. Afortunadamente, no estoy solo en esta travesía lingüística; me apoyo en la comprensión de Patricia y Gabriel, personas que conozco en el lugar y que se convierten en mis traductores personales.

De vuelta en el hotel, mientras organizo mi mochila. La histeria se asoma al darme cuenta de la carga que llevo. En ese momento de duda, Gabriel aparece como un faro de calma, asegurándome que tendremos la oportunidad de reorganizar nuestro equipo en los días siguientes. Sin embargo, un pequeño error se cuela entre los planes: no veremos nuestros bolsos hasta el fin del día 4

Esta anécdota, más que un contratiempo, se convierte en una lección sobre la importancia de la preparación y la adaptabilidad, un punto de partida hacia el autoconocimiento y la resiliencia. Y así, con la mochila al hombro y el espíritu listo para lo desconocido, me embarco en esta jornada.

1º día hacia el serrano

El amanecer en Patagonia prometía un día lleno de aventuras, con 21k de sendero que se extendían ante mí hasta el campamento. Contrario a las advertencias de lluvia y viento, el clima se mostraba excepcionalmente clemente, permitiéndome capturar con mi cámara los primeros kilómetros de un paisaje que desafiaba la previsión.

punto de partida hacia el Serrano

Pero la naturaleza tiene sus propias reglas, y pronto, el peso de una mochila de 16 kilogramos comenzó a hacerse sentir. A medida que avanzaba, el viento y la lluvia se unían en un coro feroz, no dispuestos a cesar hasta la madrugada. En un punto crucial, a unos 8 kilómetros de mi jornada, me enfrenté a la duda de cruzar un riachuelo que, aunque pequeño, representaba un obstáculo más en mi camino. Fue entonces cuando comprendí la necesidad de pausar, de alimentar el cuerpo.

La caminata se reanudó, y con cada cuesta, el viento parecía aumentar su intensidad, alcanzando velocidades que me impedían continuar con mi labor audiovisual. Los puestos de control se convirtieron en oasis donde podía cambiar mi provisión de alimentos y reabastecerme para continuar.

Al llegar al Serrano, a pesar de no poder cambiar mi ropa mojada por un malentendido lingüístico, encontré consuelo en la comida liofilizada, donde el pollo al curry, aunque picante, se convirtió en un manjar inesperado.

La noche en Patagonia es un espectáculo en sí mismo. Bajo el golpeteo constante de la lluvia sobre la carpa, me entregué al sueño, cayendo rendido en los brazos de Morfeo.

2 dia La Aventura de Secar la Ropa

Intentar secar la ropa se convirtió en una tarea gigantesca, con la lluvia como constante compañera, impidiendo cualquier progreso. Ante la adversidad, la organización tomó cartas en el asunto, ofreciendo refugio en un hotel para secar nuestras prendas y brindarnos un desayuno reconfortante mientras esperábamos una tregua del clima, que alternaba entre nevadas y lluvias.

La decisión de caminar o tomar una van hasta el embarcadero del lago Pehoé nos presentó una disyuntiva, pero la cafetería del lugar, con sus precios un tanto elevados, nos recordó que incluso las comodidades básicas son un lujo en este rincón remoto del mundo.

El viaje hacia Paine Grande nos regaló un sol radiante, revelando el macizo en todo su esplendor, un espectáculo que aproveché para capturar en mi cámara, llenando un rollo entero de película Ilford Hp5 con imágenes que contarán esta historia por años venideros.

El camping Paine Grande se reveló como un oasis de comodidad, con instalaciones que invitan al descanso y a la contemplación, a pesar de los vientos que amenazaban con llevarse todo lo que no estuviera bien asegurado. Entre agua caliente, un comedor acogedor, un restaurante y un pequeño bar, encontré un respiro en la rutina aventurera.

La noche trajo consigo la lluvia y la ventisca, elementos ya habituales en este viaje, pero también la certeza de que cada desafío superado es una victoria.

Camping Paine Grande

3 Un Viaje de Superación y Encuentro

El alba en la Patagonia es el preludio de un día de promesas y desafíos. Nos levantamos con el canto del viento, listos para emprender la ruta hacia el Campamento Italiano. La senda, conocida por su amabilidad con pendientes moderadas, se convierte en un escenario de contrastes donde el viento, el frío y la lluvia se entrelazan que arrasa por la tarde.

Los 8 kilómetros de camino se despliegan ante nosotros, interesantes pero interminables, marcados por la reaparición de una lesión en el tobillo. La fatiga se cierne sobre mí, y con ella, el temor a una nueva torcedura. Mi estado físico, lejos de ser óptimo, me ralentiza, y la lluvia se convierte en la excusa perfecta para mi incapacidad de capturar el paisaje con mi cámara.

Al aproximarnos al Italiano, un puente a medio kilómetro del. El viento, en un alarde de fuerza, mueve el puente en un ángulo imposible, mientras la lluvia y el granizo se desplazan en un inclinado 45º. La noticia de que el mirador está cerrado nos golpea con la misma fuerza que el clima; nos refugiamos junto a otros viajeros bajo los aleros de los baños, buscando un respiro antes de continuar hacia el Francés.

El Campamento Francés nos recibe con la promesa de un bosque tupido, donde las terrazas se convierten en refugio para nuestras carpas. Las construcciones cerradas para cocinar y comer, junto a las duchas calientes, son un bálsamo para el cuerpo y el espíritu.

camping Frances

Finalmente, el bar del Francés se erige como un microcosmos cosmopolita, un pequeño espacio donde el calor humano contrasta con los 20ºC menos del exterior. Es un mar de culturas y lenguas, un lugar vibrante para saciar el hambre, calmar la sed y compartir historias.

En este rincón del mundo, cada paso es una historia de superación, cada refugio un encuentro con la diversidad humana, y cada noche, una oportunidad para celebrar la vida en medio de la naturaleza indómita

Bar el Frances

4 día en menos de una hora las plumas se convertían en copos de nieve

La mañana se despliega con plumas de nieve, un preludio a la jornada que nos espera. Al levantarme, se ha transformado en un lienzo de blancura, donde los árboles, antes vestidos de verde, ahora ostentan un manto invernal. El agua, juguetona, corre por los senderos, creando la ilusión de riachuelos improvisados.

Hacia Los cuernos del Paine

Con Patricia como compañera de aventuras, nos dirigimos hacia las imponentes torres. En menos de una hora, las plumas se densifican en copos, y el paisaje cambia ante nuestros ojos, como si la naturaleza decidiera repintar sus obras maestras.

Al llegar al Camping Cuernos del Paine, el sol emerge, invitándonos a un breve descanso para comer y reorganizar nuestra ropa. Pronto nos enfrentamos a pendientes que exigen cada gramo de energía. Me detengo a reponer fuerzas, consciente de que el camino aún es largo y mi cuerpo pide clemencia.

A pesar de conocer la ruta, la familiaridad no disminuye la distancia ni la dificultad. La ansiedad por llegar me invade, y con ella, una frustración que ralentiza mis pasos, nublando mi capacidad de apreciar la belleza que me rodea.

Pendientes

Finalmente, el Camping Central nos acoge con brazos abiertos, ofreciendo comida reconfortante y un café que sabe a gloria. La ducha es un bálsamo para el alma, y al caer la noche, el sueño me vence con la misma facilidad con que la nieve cubre las cumbres. Aunque las torres me llaman, decido no subir a la bace de las torres y darme un descanso, sabiendo que la Patagonia siempre tendrá nuevas maravillas que revelar.

5 día sol rádiate posible récord

Despierto al quinto día de mi aventura en la Patagonia, y el mundo me saluda con una brisa fresca y un sol radiante que despeja el cielo. A mi alrededor, la gente se dirige hacia la base, pero yo, conocedor de esos senderos, decido disfrutar de un desayuno tranquilo, sin prisa, terminando cerca de las 10 de la mañana.

Con el día libre ante mí, la idea de superar mi propio récord de ascenso, establecido en 156 minutos, me tienta. Me visto con agilidad, seleccionando solo lo esencial para la subida, y me lanzo hacia el Campamento Chileno. La ruta, conocida por su exigencia, consume casi toda mi energía en 76 minutos, pero la satisfacción de superar cada metro de elevación me impulsa a seguir adelante.

Fin pendiente Hacia el Chileno

Al llegar al Chileno, hago algunas tomas fotográficas antes de continuar mi trote hacia la base. Sin embargo, me encuentro con un mar de gente que sube; es domingo, y los tours de un día llenan la ruta. Las últimas piedras antes de la cima me reciben a los 161 minutos, y aunque no bato mi récord. La multitud me impide capturar las imágenes que deseo, y decido emprender el descenso.

En el camino de vuelta, me uno a la gente de seguridad, siendo el último en bajar. Entre charlas amenas, siento cómo mi energía se agota, y el paso se hace lento nuevamente.

Bace Torres lleno de Gente

De regreso en el camping, me espera otra deliciosa comida. Pronto, patagones a caballo nos dan la bienvenida, añadiendo un toque acogedor al evento. Con apenas unos minutos para cambiarme, me dirijo al restaurante donde se dará por finalizado el evento, cerrando un día de emociones intensas y logros personales.

6 día Bonus track

La noche es un baúl de sorpresas, donde el sueño y la realidad se entrelazan bajo el cielo estrellado. Al acostarme, un sueño intermitente me envuelve, y en medio de la penumbra, percibo cómo la carpa tiene pequeños movimientos. Opto por el silencio, entregándome al abrazo del sueño profundo.

Al despertar, la luz del amanecer revela una escena transformada: veinte centímetros de nieve cubren el suelo, un regalo inesperado de la naturaleza. Los movimientos nocturnos no eran más que el peso de la nieve acumulada, que ahora adorna el paisaje con su pureza inmaculada.

Camping Bace Torres

Consciente del tiempo que apremia, recojo mis pertenencias con diligencia. La jornada me espera, y el camino hacia el bus y luego al aeropuerto se presenta como una carrera contra el reloj, una última aventura antes de despedirme de este rincón del mundo que, incluso en su despedida, me regala una postal inolvidable.

Texto y Fotos

Francisco Ibarra Fotógrafo Profesional revista Outdoors