Wild nos recuerda que un viaje por el desierto puede ayudar en la superación de la más miserable de las condiciones.
Wild – dirigida por el director de Dallas Buyers Club- es un viaje en solitario. Cheryl, una mujer de 26 años, decide embarcarse en una travesía con una mochila (sin tener experiencia previa en senderismo) para exorcizar sus demonios. El viaje de 1100 km que parte en California y termina en Canadá se gesta luego de un divorcio traumático y de la muerte de la madre de la protagonista. Estos hechos habían llevado a Cheryl a darse vuelta en un círculo destructivo de drogas y sexo banal. Cheryl, en un minuto de lucidez, se da cuenta que esa no era la vida que imaginaba tener cuando chica y decide partir. “Esta película definitivamente es una de las más difíciles que he hecho en toda mi vida”, dijo recientemente la actriz.
Wild no es una película sobre senderismo, viajes, aventura ni naturaleza. Es película sobre una redención donde de la angustia y la supervivencia pasan a ser las compañeras de Cheryl y el paisaje sólo pasa a ser parte el escenario.
Esta película nos muestra que hay algo verdadero y hermoso más allá de la civilización, y que si somos lo suficientemente valientes y fuertes podremos aprender lo que significa.