Skydiving en India y Dubai

Poco conocemos del paracaidismo profesional en Chile: más allá del Atlántico hay todo un mundo de posibilidades y algunos compatriotas nuestros están dando qué hablar. Aquí Cluadio Troncoso, skydiver radicado en la península ibérica nos cuenta cómo es saltar en algunos de los destinos más exóticos del mundo.

Texto y Fotos: Claudio Troncoso

Hace 12 años que vivo en Europa y hace 4 años que estaba viajando a Dubai para fotografiar  el Campeonato Mundial de Paracaidismo, el evento más grande, a nivel internacional, para el deporte que más me apasiona. En esta ocasión, Bruno Brokken, un amigo belga que al igual que yo tiene a Empuriabrava –al norte de Barcelona- como su principal zona de despegue, me invitó a participar de su equipo;  él es uno de los más reconocidos camarógrafos aéreos del mundo y había sido llamado por la organización del evento  a registrar todo lo que estuviera sucediendo en los cielos. Bruno es un paracaidista con más de 30 años saltando alrededor de todo el mundo, es el camarógrafo aéreo más conocido y reputado del globo, además de un buen amigo. Que él te invite, confiando en tus capacidades y buen trabajo es un honor.

El Mundial de Dubai realmente marca la diferencia: por una cantidad mínima en términos del costo de inscripción, puedes gozar de los increíbles recursos que el emirato invierte en el evento. Tienes todo tipo de comodidades: dieta completa, alojamiento en hoteles de lujo y opción a ganar premios impresionantes, con muchos cientos de miles de dólares a repartir entre las distintas categorías. Suma a eso que, paralelamente, se celebra la Copa del Golfo Pérsico, lo que a final de cuentas  atrae cada año más y más deportistas. Es algo inimaginable y nunca visto en la historia de nuestro deporte.

Lo que pasa en el aire

Junto al equipo de camarógrafos de Bruno teníamos que hacer todas las imágenes que saldrían en los medios. Cada uno hace un trabajo diferente, ya que existe un especialista para cada área o categoría. Cubrimos todo, en el aire básicamente y algo de lo que pase en el suelo, sean disciplinas de baja velocidad, bajo el paracaídas; o de alta velocidad, en caída libre. Nuestro grupo de trabajo es de 4 personas; todos tenemos mucha experiencia y habilidad y entre todos sumamos nuestras imágenes: al final hacemos una selección de las mejores 100 fotos de cada uno y las ponemos en 2 pen drives: uno para Emirates Aviation Association y otra para el Sheik Hamdan, que es un paracaidista con mucha habilidad y hoy por hoy, el gran mecenas del deporte.

Si bien el Sheik es un personaje joven  (tiene 30 años) , muy querido y cuyo nombre e imagen está por todo Dubai, siempre te refieres a él como “Alteza” y no le das la mano si él no te la da primero. Aunque le encanta el paracaidismo, solo aparece de vez en cuando, ya que como cualquier príncipe, siempre anda muy ocupado en sus deberes protocolares.

Antes de que nos lo presentaran formalmente,  el príncipe estaba jugando volleyball en el centro de paracaidismo, rodeado por mucha gente que lo fotografiaba en los alrededores de la cancha. Uno de los chicos de su equipo tiró la pelota afuera y vino a dar a nosotros, y un amigo mío, Juan Pablo Ruiz, le dio una patada, con la intención de volverla a la cancha. Pero como lo nuestro no es el fútbol precisamente, la pelota salió volando muy lejos. Todos se  miraban y se pusieron serios, como imaginando un insulto contra el Sheik, hasta que Fazza (como le dicen popularmente) se puso a reír, y todos pudieron soltar su risa, más tranquilamente. ¡Divertida situación!

Un evento épico

En la competencia de Dubai no nos fue tan bien a los chilenos, pero queda la satisfacción de haber estado presentes y saber que se están haciendo bien las cosas. En chile es difícil practicar, se salta solo fines de semana y no se puede competir con gente que está 24/7 dándole a esto, pero poco a poco la idea es llegar a eso. En Skydiveandes es lo que se está haciendo y hay un futuro prometedor.

¿Y lo que siguió a la competencia? ¡Uf! En el tercer tiempo el ambiente es de lo mejor: la fiesta de clausura del evento fue en un centro hípico donde cantaron Usher y Katy Perry, con todos los competidores invitados a un área especial. La onda es excelente a pesar de que va mucha gente: habían más de 1500 competidores registrados, de alrededor de 40 diferentes países.

Normalmente los que coincidimos en diferentes lugares alrededor del mundo somos los mismos, ¡es bueno reencontrarse con grandes amigos y a la vez conocer gente nueva!

Luego de Dubai volví a tierras europeas, donde estuve cuidando mi casa y aproveché de ver a mis amigos. Estaba esperando un viaje a India, específicamente a una zona cerca de Bombay, donde hace tiempo se venía gestando un nuevo proyecto: el primer centro de paracaidismo de ese país.

Yo nunca había estado en India y antes de llegar estuve un par de días viajando con algunos de mis amigos del crew. Pudimos ver parte de la realidad de contrastes de esta nación: después de haber estado en la noche de Año Nuevo celebrando en la casa de Farhan Akhtar, un actor de Bolywood y buen amigo, también paracaidista, nos encontramos en el otro extremo, donde vive muchísima gente en la miseria absoluta, y sin términos medios.

La pista de despegue quedaba a 3 horas manejando desde la antes mencionada metrópolis, justo en medio de la montaña, en la zona de Aamby Valley, distrito de Pune. Con sus 1.200 metros era suficiente para el avión que operamos para saltar, un Cessna Caravan con capacidad para 16 paracaidistas.

Mi primer vuelo fue increíble: el lugar es hermoso, y se aprecia aún más desde el aire. Salté solo y abrí mi paracaídas en lo más alto, así tenía más tiempo para contemplar el paisaje, todo rodeado de montañas y muy verde.

Aquí estoy todavía, sigue siendo invierno y con 30 grados cada día; por lo general las condiciones climáticas son buenas, aunque alguno que otro día nos ha tocado niebla matinal que nos deja en el suelo, pero a lo que calienta un poco el sol se disipa.

Se estima operar 6 meses al año, o sea cuando no hay monzón, que es la época en que no para de llover y hace muchísimo calor. De momento en Aamby Valley  solo estamos haciendo saltos tandems, que son los saltos en que va el pasajero conectado con un arnés especial al instructor. Está todo en pañales aquí: no existe la aviación deportiva ni menos el paracaidismo, lo que en cierto modo es una ventaja: está todo por hacerse.

Disparar en Vuelo

Yo estoy fotografiando con una Canon 7D, aunque en Dubai probé la Mark III –también de Canon-y me dejó loco. Mis fotografías las hago tanto en caída libre como sustentado, ya bajo el paracaídas. ¡Es todo muy rápido allá arriba! Hay que estar pendiente muchas cosas en el aire y la cámara es una más. Trabajo con lentes de 8-15, 16- 35, 24- 105, 50 y 200 mm y diría que lo más desafiante es operar a altas velocidades. Salir por la puerta del avión ya es un desafío: te vas directo contra el planeta a gran velocidad. A veces te equivocas en los settings o la luz por ejemplo, o a veces en el aire no sale lo planeado y no hay vuelta atrás, ni un segundo tiempo.

Saltar en Dubai

Las condiciones con muy seguras en términos técnicos: se manejan los más altos estándares de seguridad, por la cantidad de gente que va: hay 4 aviones grandes y dos helicópteros volando todo el día. El campeonato al que asisto año a año se celebra en invierno, donde para empezar no tienes 50 grados de calor: las condiciones son buenas, aunque a veces hemos tenido que parar por viento fuerte de la costa.

La zona de salto de Dubai está construida en una isla artificial sobre el mar, al lado de la isla Palmera, por lo que además tienes que tener experiencia general para saltar y no caer en el agua.