El big mountain bike llegó para quedarse y está vez Patricio Goycoolea junto a Sebastián Prieto subieron por primera vez en bicicleta este emblemático volcán para lanzarse a toda velocidad desde su cumbre.
Texto: Patricio Goycoolea M. Fotos: Sebastian Prieto Donoso
El Volcán San José para mí siempre ha sido el gran guardián del Cajón del Maipo. Con sus 5.856 msnm, se impone ante las otras montañas del Cajón. Hacia el sur del San José no hay ninguna otra que lo supere en altitud, lo que la convierte en la montaña más alta del sur del continente. Es una montaña muy helada debido a que le azotan los vientos del Oeste, del Sur, del Norte y del Este sin tregua.
Con esto en mente partí el 21 de febrero rumbo a la conquista de la tercera montaña del proyecto audiovisual de #bigmountainbike que consta en subir 4 (o quizás 5) grandes montañas sagradas para los Incas. Sin saberlo, estábamos yendo a uno de los proyectos más duros que hemos hecho.
En esa ocasión invité a unirse a este gran desafío a Federico Scheuch y a James Alfaro con sus bicicletas y todo un equipo audiovisual y de apoyo logístico, nueve personas en total. En esta salida, lamentablemente, no pudimos hacer cumbre debido a una gran tormenta eléctrica y de nieve que nos agarró sorpresivamente a los 4.200 msnm dejándonos mas de 10 centímetros de nieve y nula visibilidad. Este cerro es conocido por su microclima traicionero y a nosotros nos tocó vivirlo al 100%. En el tercer día de expedición tuvimos que abandonar la misión por seguridad del equipo y por la cantidad de nieve que cayó, además, venía otro frente de mal tiempo al día siguiente. Después de tomar la decisión de descender, bajamos dejando atrás la esquiva cumbre.
Pero yo ya estaba pensando en cuando volvería, y de ser necesario, lo haría solo. El 11 de marzo, después de estar chequeando el clima por un par de semanas y sin dejar de pensar en esa dura cumbre, vi que se venía una ventana de buen tiempo. Llamé a mi compadre Sebastián Prieto y le comenté la idea de ir. Sin dudarlo, me dijo que me acompañaría. Él sería un apoyo fundamental mental y físico en esta travesía, no iría en bici pero filmaría y sacaría las fotos de esta gran hazaña. También llamé a mis compañeros del primer intento: James y Fede, pero desistieron de la invitación ya que sabían que no era nada fácil someterse a este montañón gigante y en bicicleta.
La segunda es la vencida
Partí junto a Sebastián el 11 de marzo a darlo todo por esta cumbre. Era ahora o nunca ya que el clima en estas fechas empieza a empeorar en la cordillera. Esta vez fuimos sin asistencia alguna desde que dejamos el auto en el proyecto Alto Maipo a 2000 msnm (la vez pasada porteamos los equipos pesados, comidas y carpas en caballos hasta el sector de “Las lajas” a 3.600 msnm). Esta vez cargamos más de 30 kilos en la espalda entre la bici y la mochila. Después de más de 8 horas, llegamos a nuestro primer campamento a 3.700 mnsm. Ahí descansamos y nos alimentamos antes de dormir. Las noches estrelladas en las altas montañas del Cajón del Maipo son realmente impresionantes y claras, es como estar en el Valle de Elqui.
Al día siguiente nos tocaba un duro día, tendríamos que subir por un acarreo interminable desde los 3.700 hasta los 4.500 mnsm y más de 800 metros de desnivel de acarreo de rocas gigantes.
Despertamos rodeados de gigantes paredes y una vista impresionante de los Andes centrales. Veíamos montañas de colores a más de 100 kilómetros de distancia y otras que solo se ven estando allá arriba. Veíamos Glaciares con penitentes muy grandes y la cordillera de la costa, también paredes de 500 metros de roca con cascadas de hielo colgando de mas de 200 metros. Esto nos motivó a partir con todo ese duro día.
Salimos cerca de las 10:00 rumbo al campamento de los 4.500 msnm. Ya pasado los 4.200 msnm era todo nuevo para nosotros, ya que la vez pasada habíamos llegado solo hasta ahí.
A eso de los 4.350 msnm nos perdimos. Nos metimos por un acarreo que no era tal y que daba directo a un glaciar lleno de grietas muy expuesto a caída de material. Tuvimos que darnos una vuelta gigante y cruzar por un nevero de hielo muy duro y expuesto a resbalones.“¡¡Sin caerse!!”, le gritaba al Seba desde el otro lado. Después de una hora y media perdidos, pudimos retomar el sendero y, por fin, después de 9 horas, llegamos a nuestro segundo lugar de campamento a los 4.500 msnm. Aquí nuevamente paramos y nos alimentamos después de un duro día. Había que descansar, ya que al día siguiente teníamos que subir al campamento alto, el último antes de la cumbre a 4.800 msnm.
El tercer día nos despertamos bien físicamente y con ánimo de seguir, el clima nos acompañaba y nos sentíamos bien. Partimos rumbo al campamento alto, un acarreo muy parado que nos hizo subir 300 metros de desnivel en menos de 2 horas. Ese día pudimos descansar bastante ya que el trayecto fue más corto de lo que pensábamos. En el campamento alto nos enfocamos en derretir nieve y cocinar (ya que no hay agua), sacar fotos y revisar el clima para el día siguiente que era el día de cumbre. Pero, para nuestra sorpresa, el clima había cambiado, venía malo, ese día en la tarde empezó el mítico viento de este volcán.
El viento es parte de este cerro y con ráfagas de más de 120 kilómetros por hora decidimos irnos a dormir y esperar a que sonara la alarma para decidir si atacábamos cumbre o no.
A las 3:00 sonó la alarma, -30 Grados Celcius marcaba el termómetro, el viento era aterrador y no habíamos podido pegar un solo ojo debido al viento que sacudía la carpa para todos lados durante toda la noche. Nos quedaba solo un paquete de arroz y frutos secos para aguantar un día más.
Decidimos quedarnos ya que el pronóstico marcaba una ventana de 10 horas sin viento para la noche siguiente. Nos quedamos un día mas esperando que el clima mejorara y nos diera la oportunidad de subir la añorada cumbre. Pasamos todo el cuarto día derritiendo nieve, hidratándonos bien, sacando fotos y contando historias astrales casi de ficción esperando a que el viento bajara. Ese día en la tarde, el viento empezó a bajar por lo que decidí portear mi bici hasta los 5.000 msnm. Así, al día siguiente, saldría de la carpa más livianito hasta los 5.000 m y pucha que lo agradecí.
¡Cumbre!
Era el quinto día de expedición, no nos quedaba más comida que un par de frutos secos y unos chocolates. Era ahora o nunca. A las 2:00 sonó la alarma, -14 marcaba el termómetro, nada de viento, ni una palabra, solo respiración y concentración.
Partímos caminando a las 2:45. Después de 45 minutos llegamos al punto donde había dejado la bici el día anterior y empezaba lo duro. A las 5:00 nos tocaba el cruce del glaciar, el hielo era muy duro así que nos pusimos nuestros crampones para cruzarlo. A las 6:40 llegábamos a los 5.400 msnm, al collao entre la cumbre principal y la cumbre norte del volcán, paso que usan algunos para cruzar al cerro Marmolejo que esta al Noreste del San José. Aún oscuro, el frío era impresionante (-18 °C), era la hora crítica de baja temperatura. Hacíamos un par de paradas, respirábamos y seguíamos. Venia el crux de la ruta (la parte más difícil) que es subir desde los 5.400 a los 5.800 msnm que es donde está el cráter del Volcán. Esta última parte (al igual que todo el cerro), se sube por la ladera Oeste la que es muy fría a esa altitud ya que no le pega el sol hasta el mediodía. Después de 6 horas y media, llegamos al fin al cráter y había sol. Cuánto se agradece la luz del sol en esos momentos… fue tanto que me llegué a emocionar. Por fin se veía por primera vez la cumbre y el inmenso cráter (más grande que el estadio nacional). Aquí descansamos un poco, comimos, nos hidratamos y partimos a la cumbre. Después de 45 minutos llegamos finalmente. Con una vista maravillosa, donde se veía el Marmolejo y hacia Argentina su cordillera, sus valles, la pampa y con -10 °C celebramos la primera conquista del San José en bicicleta. Un privilegio. Ahora venía el motivo por el cual subíamos tan alto: La bajada.
Bajando a toda velocidad
Hay que tener claro que el San José no es el cerro ideal para andar en bici. No es como el cerro El Plomo, que se puede andar desde la cumbre hasta la curva 1 sin bajarse de la bici, lo que le da un plus tremendo a ese cerro para quien se motive a subirlo y bajarlo en bicicleta.
El Volcán San José en cambio, de los 3.850 metros de desnivel que subes desde el auto hasta su cumbre, tienes 800 metros de desnivel aproximadamente que son prácticamente inandables en bici ya que es puro acarreo de rocas gigantes. Pero la bajada desde su cumbre hasta los 4.800 msnm, que es donde está el campamento alto (+ de 1.000 m desnivel), se hace en un par de minutos. Y eso recompensa todo. Después viene un acarreo del terror, pero luego retomas cerca de los 3.700 msnm un sendero que te deja en el auto en menos de 1 hora. Es decir, cerca del 70% del cerro se puede bajar en bici y el resto debes acarrear tu bici, pero pasa rápido.
Esto no es fácil, pero es único y hermoso, es Bigmountainbike. Hace frío, y estás full abrigado y cansado por lo que la bajada no es una bajada en la cual te vas a tirar rápido y soltando todo, por lo contrario, vas más cauteloso que nunca ya que una caída arriba puede costarte caro en todo sentido. Sacarte el gorro de abrigo que llevas puesto para ponerte el casco y sacarte los mitones para agarrar el manubrio con los otros guantes hacen de la bajada algo sufrido, pero, por suerte, solo por un rato. Bajar líneas nunca antes andadas en bicicleta de pura arena y piedras chicas, hacen de la parte superior del volcán (1.000 metros de desnivel) un manjar de cerro y, de a poco, entras en calor y empiezas realmente a disfrutar de la bajada. Una bajada parada con varios swichbacks muy cerrados y un cruce de glaciar entremedio donde un solo error te puede hasta costar la vida en un resbalín de más de 1.000 metros de puro hielo. Después de un épico descenso logramos llegar al Campamento alto, desarmar todo y seguir bajando por acarreos interminables de pura roca hasta llegar a los 3.700 msnm donde empieza la diversión nuevamente. Un sendero épico rapidísimo y con pasadas muy técnicas te llevan a estar en el valle de la engorda en menos de 30 minutos. Un real privilegio.
Después de una jornada de varias horas logramos llegar al auto a eso de las 21:30 horas, sanos y salvos, muy cansados, pero felices de haber logrado el primer ascenso de este maravilloso y gran volcán en bicicleta.
Este fue otro cerro cumplido para el proyecto #bigmountainbike que además de ser un proyecto deportivo, es también un proyecto audiovisual. Las 4 montañas no fueron elegidas al azar, son montañas denominadas «Apu Wamani» por los Incas, que en español significa «Guardián del Valle». Cada una con un significado y una cosmovisión sagrada para ellos, donde ofrecían sacrificios y hacían largos trayectos para llegar a ellas.
Agradecimientos:
Gracias a Andesgear, Mall Sport y Cerveza Royal Guard por confiar y apoyar este gran y lindo proyecto.
Dirección y logística de proyecto: Inner Mountain Chile