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¡Mi mejor carrera de aventura!

El cierre del Columbia Adventure Challenge tuvo de todo: terrenos escarpados, quebradas, espinas, cardos, altísimas temperaturas y una díficil etapa de mountain bike, pero todo esto no fue impedimento para que la dupla conformada por Pamela Fuentes y el experimentado Álvaro Reyes dieran el máximo para alcanzar el podio.

Texto: Pamela Fuentes Appelgren Fotos: Francisco Ibarra

Embalse Convento Viejo, Chimbarongo. Final Columbia Adventure Challenge 2017.

Hace poco se cumplió un año desde que participé por primera vez en el circuito de Carreras de Aventura Columbia Challenge. Era la tercera fecha del circuito 2016, en Hacienda Los Aromos, 5ta región. Aquella vez corrí con el experimentado Álvaro Reyes, quien está acostumbrado a los podios, por lo que era un gran desafío y aumentaba la presión para mí. Si bien desde pequeña he sido muy deportista, y a pesar de que en ese momento estaba practicando trail running, aquella primera vez tenía mucho miedo, nervios, ansiedad…Finalmente hicimos una gran carrera, lo pasé de maravilla y obtuvimos el 1er lugar, lo que me motivó a seguir en este lindo deporte. El destino nuevamente nos reunió para correr juntos la fecha final del Columbia Challenge 2017, cuyo campamento se estableció en el embalse Convento Viejo en la ciudad de Chimbarongo (6ta región). Al igual que el año pasado, la carrera tenía una duración de 14 horas, incluyendo kayak, trekking y mountain bike. Esta vez me preparé muy bien en la bici, que siempre fue mi punto más débil, lo que me dió una gran confianza, por lo que el miedo desapareció, dejé de pensar que no iba a poder terminar la carrera, o que sería una carga para mi compañero. Esta vez ¡ya era una corredora de aventura!

Preparando la carrera

En el campamento había mucho movimiento, los deportistas preparaban las bicicletas, cambios de vestimentas, empacaban alimentos, ajustaban luces, etc. Fuimos a la charla técnica respectiva, donde el gran Nelson Yáñez nos dió algunas indicaciones, entre las cuales surgían bromas y risitas un poco tratando de disimular los nervios y ansiedad de todos. Nos entregaron los mapas, nos tomamos la foto de rigor por equipo y comenzamos felices la primera etapa de kayak nocturno a media noche, con una temperatura bastante agradable, pero que fue dura debido al gran viento reinante que provocaba un poco de oleaje, sin embargo pudimos apreciar la noche totalmente estrellada. Esta etapa nos resultó de maravilla, puesto que Álvaro tiene mucha experiencia en remo y a mí me acomodó bastante. Rápidamente encontramos todos los puntos, fuimos la primera dupla mixta en retornar al campamento y continuar con el trekking nocturno. Esta segunda etapa fue muy larga y desgastante físicamente, ya que los PC estaban a mucha distancia. Recorrimos terrenos escarpados, subimos cerros, bajamos hacia quebradas para después volver a subir, uff y eso sin mencionar la cantidad de ortigas, cardos, espinas, y malezas varias que hacían arder las piernas y brazos, que son parte de la aventura, así que no quedaba más que pensar que ͞no hay dolor͟. Mientras buscábamos los puntos de trekking en la oscuridad de la noche, nos encontramos con la dupla de Andrés Miller y Andrés Tagle unas verdaderas máquinas, ganadores de la carrera. Terminamos esa etapa juntos, y a pesar que incurrimos en algunos errores en la orientación, llegamos al campamento en excelente

posición, lo que nos mantuvo felices y motivados para continuar la carrera. A estas alturas había un poco de cansancio, sobre todo porque le seguimos el ritmo a ellos.

La dura etapa trekking-bike

Luego de comer e hidratarnos, salimos rápidamente a la etapa de mountain bike. Pronto amanecería y esto cambiaría la perspectiva de la carrera, ahora podríamos ver referencias como senderos, quebradas y cerros a plena luz del sol. Pensé que al fin tendría mi revancha en la bici, ahora estaba mejor preparada y entrenada, sin embargo, esta etapa debió llamarse trekking-bike. Fue muy poco pedaleable, subidas y descensos con demasiada pendiente o zonas de pasos de vacas y otros animales que hacían imposible pedalear. Fue un poco frustrante para mí y creo que para la mayoría, pero así es el juego, había que seguir adelante. Durante el amanecer nos maravillamos con el color amarillo anaranjado del paisaje. Esto ayudó a olvidar lo dura que estaba siendo la carrera, y en ese momento me di cuenta de que es esto lo que me mueve a ser una corredora de aventura, de ser parte de esta inmensidad, de sentirme libre, poder respirar profundo y oler la tierra, la vegetación, admirar las aves, sorprenderme con una liebre que se atraviesa en el camino…Es una experiencia única y que ojalá todos se atrevan a probarla alguna vez. Continuamos el mountain bike, marcando algunos puntos que ya habíamos visto cuando hicimos el trekking, pero ahora volver a subir al cerro con la bici era difícil y muy agotador. Durante esta etapa nos encontramos con más duplas y ahí aprovechamos de saber cómo iban. Nos dimos cuenta de que nosotros aún éramos líderes en la categoría mixta.

Un PC escurridizo

Regresamos del mountain bike al campamento cuando ya habían transcurrido alrededor de 10 horas de carrera, nos quedaban apenas cuatro horas para seguir con las demás etapas, así que salimos al trekking que solo tenía dos puntos y no se veían difíciles de ubicar. Todo iba bien, Álvaro estaba relativamente preciso en la navegación y nos sentíamos bien físicamente, pero acá la historia dio un gran vuelco. Llegamos al lugar donde podría estar el punto según el mapa, pero no pudimos encontrarlo, dimos vueltas, subíamos, bajábamos, volvíamos a recorrer el cerro una y otra vez… sumado a la alta temperatura (28°C) y al desgaste físico y mental acumulado ¡perdimos cerca de dos horas! No queríamos irnos sin haberlo encontrado, no lo podíamos creer. Después supimos que estuvimos a 100 metros, pero en ese momento nos mareamos un poco y nos pasó la cuenta. Claramente, la carrera se nos fue de las manos con este error y regresamos al campamento.

A pesar de nuestra desazón continuamos con la siguiente etapa que era nuevamente kayak y fue un alivio con tanto calor que hacía. Mi compañero se tiró al agua para refrescarse y yo aproveché de mojarme también. Logramos marcar los puntos de esta etapa y aún nos quedaban algunos minutos para hacer el mountain bike final. Decidimos salir a buscar los PC y nos fuimos con todo, marcamos el primero sin demora, pero tuvimos que dejar el segundo punto que estaba ubicado subiendo un cerro ya que no alcanzaríamos a llegar a la meta dentro del tiempo reglamentario. Si llegas un segundo después del tiempo límite, quedas con 0 puntos. Después de tanto esfuerzo, no queríamos arriesgarnos a eso. Finalmente cruzamos la meta luego de 13:50 horas de carrera, felices y satisfechos por nuestro gran desempeño. Esta fue lejos mi mejor carrera de aventura que he realizado, lo dimos todo, nos exigimos al máximo, nos apoyamos, disfrutamos, tuvimos pena y alegrías, todos los sentimientos posibles se vivieron en esta fecha final, realmente electrizante hasta el último minuto. Y nos quedamos con el tercer lugar de duplas mixtas y a pesar de los errores cometidos, nos sentimos ganadores.

Para terminar, sólo puedo agradecer y felicitar a mi compañero Álvaro Reyes, a Nelson, Javier y al equipo de Columbia Challenge, y en especial a todos los corredores, a sus familias y amigos que hacen de este circuito un imperdible cada año, cultivando una amistad de más de una década. Gracias Joel por tu legado.