Hasta Limache llegó el experimentado Álvaro Reyes y Daniela Navarrete (primeriza en las carreras de aventuras), para participar como equipo mixto en un recorrido que incluía 15 km de kayak, 25 km de bicicleta y 17 km de trekking. Estas etapas debían realizarse en menos de ocho horas a riesgo de quedar eliminados. Gracias a la experiencia en trail de Daniela quien tuvo la capacidad de marcar el ritmo en los últimos metros, la pareja logró llegar a lo más alto del pódium aventurero.
Texto: Álvaro Reyes y Daniela Navarrete
Después de recibir y aceptar la propuesta de Álvaro Reyes para acompañarlo en el Columbia Adventure Challenge, le tomé el peso a lo que iba a hacer, soy una corredora de trail running, ñoña en bici y con cero experiencia en kayak.
Llegó el día de la carrera y ahí estaba con los nervios que siempre me invaden antes de comenzar y lista para mi primera carrera de aventura.
Llegó el minuto de tirarse de lleno a la carrera y en 3, 2, 1, estábamos en el agua del embalse, avanzado al PC1 de la etapa de kayak. Llegamos al primer punto y Álvaro se bajó a marcar ¡ahí me di cuenta de lo agotada que estaba! No llevábamos ni cinco minutos de competencia y mis brazos no daban más. Obviamente, no podía decirle eso a mí partner… Cuando regresó, traté de seguirle el ritmo lo mejor posible. Poco a poco, me empecé a sentir cómoda y logré dejar la desesperación atrás. Se veía tan fácil desde afuera. La unica experiencia en kayak que había tenido en mi vida fue en una playa del norte donde seguramente paseé un par de minutos y en círculo. Pero ahora estaba con un grande, mi compañero me transmitió calma y confianza y me dio la regularidad precisa para que avanzáramos a “buen ritmo”. Marcamos los seis puntos de control y salimos del agua.
Continuamos la carrera y vino mi más grande temor “la bicicleta”. Me cambié de ropa, tomamos las bicis y salimos. El mountainbike me parecía una película de terror, figuraba con los brazos tiesos, el cuello apretado y tenía los dientes como con cierre hermético. Finalmente, logré soltarme, me imagino que fue por cansancio. A pesar de mi deplorable desempeño, ahí estaba mi partner con una paciencia única tirándome para arriba y ahí estaba yo, tratando de responderle de la mejor manera y enfrentando mis miedos en cada bajada, pasadas de barro, rocas y pequeños senderos escarpados.
Podría resumir mi performance como “un desastre”, pero ha sido mi mejor desempeño en la vida, veía pasar a otras chicas volando y disfrutando de la carrera, mientras yo a duras penas me mantenía en esas dos ruedas con los frenos apretados como mi única salvación, pero ¡lo logramos! Encontramos todos los puntos (bueno, Álvaro encontró todos los puntos, yo estaba preocupada de sobrevivir al MTB). Regresamos al camp, me bajé de la bici y traté de mantenerme digna y parada en mis piernas de lana. Ahora comenzaba la mejor parte, el trekking.
¡Ahora sí que sí! Como corredora de trail running venía la parte en la que me sentía más cómoda. Partimos a buscar los deseados PC. Ahí estábamos entre las quebradas, subiendo, bajando, cayendo, corriendo, encontrándonos con amigos de otros equipos, avanzando… íbamos muy bien hasta que llegamos a un lugar donde no podíamos encontrar el PC. ¡Angustia! Junto a otro equipo nos pusimos a buscarlo y como una aparición divina lo encontramos en un claro de arena, fue celestial. Ya estábamos contra el tiempo tratando de avanzar y tuvimos que decidir si marcábamos el último punto. Por tiempo no alcanzamos y regresamos al camp un poco tristes por no haberlos marcado todos. Pero una vez que llegamos supimos que lo habíamos logrado y que habíamos logrado el primer lugar, ¡lo hicimos! Qué felicidad más grande… Con poco más de 7 horas y 50 minutos nos hicimos del primer lugar habiendo marcado 17 de 18 puntos de control.
No podía creer la tremenda experiencia que había tenido y con el mejor partner Alvaro Reyes, que es un corredor increíble, que me ayudò en todo momento, que confió en mí y que me regaló una carrera que jamás podré olvidar.