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Volando parapente en Italia

Ya lo habíamos dicho hace un par de años: Bicho Carrera es un piloto de parapente acrobático de nivel mundial. Aquí nos relata parte de sus aventuras en Europa, durante el verano boreal, donde entre otras cosas, compitió en dos fechas de la Copa Mundial de su especialidad: el Acromax y Acroaria.

Texto y Fotos: Víctor Carrera

Toda esta historia de viajar a la Copa del Mundo comienza porque estaba estudiando Mecánica y la carrera no me gustó. Yo soy de hacer las cosas que me gustan y no desaprovechar mi tiempo, así que después de todo esto decidí hacer lo que más me gusta: dedicarme al parapente acrobático. Aquí en Chile no se hacen competencias de esta especialidad desde 2009, entonces la idea de poder irme a entrenar a Europa, a entrenar de verdad para poder competir en las competencias oficiales y que suman puntos para el ranking era cumplir un sueño. Era la primera vez que viajaba fuera del continente y organicé el viaje para que mi estadía calzara con la temporada de verano. Iría del 1 de julio al 30 de septiembre.

Hace unos 3 años cuando andaba volando en Iquique conocí a Francois Ragolski, que es el campeón del mundo 3 veces de Parapente Acrobático. Él viene casi todos los años a volar a esta zona de Chile, en el mes de noviembre, y nos hicimos muy buenos amigos. Y aquí viene lo divertido: cuando Francois supo que finalmente me había decidido viajar a Europa, él me invitó a hacer todo el circuito de competencias junto a él. Me dijo “Ven y tu viajas conmigo, yo te invito”. ¡Fue buenísimo porque iba a hacer todo junto el compadre más pro del momento!
La temporada de competencias en Europa es durante el mes agosto, entonces tendría todo el mes de julio para estar entrenando para lo que se venía.

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Como tomar un ascensor

Así fue como llegué a Barcelona y tomé bus para llegar a un pequeño pueblito que se llama a Orgañya. El lugar de vuelo aquí se llama la Montaña Mágica y está a la altura de su nombre: es una zona conocida mundialmente dentro del parapente y sobre todo en el mundo del parapente acrobático. Es un espacio de encuentro donde se puede volar muy alto, lo que es fundamental en esta disciplina: puedes volar a más 1500 metros sobre el suelo, con tiempos de vuelo que van desde las 2 de la tarde hasta las 9 o 10 de la noche. Al lugar le llaman la Montaña Mágica porque es muy fácil subir: partes a 200 metros sobre la tierra y luego de despegar es como tomar un ascensor. Por estar ubicado justo en medio de un valle, con una ladera perfecta de 45º, se genera una ascendente exquisita, donde el aire escapa directamente contra la pendiente. ¡Es perfecta!
Estuve practicando un mes. Orgañya es un pueblo chiquitito, no tiene más de 300 habitantes y es tan pequeño que no necesitas de auto para moverte. Caminas un poco y llegas al lugar donde los pilotos pasan con sus autos. Es cosa de andar con el equipo y ellos te ven y te pueden llevar al despegue, que está más o menos a 10 minutos del pueblo. Si bien la alternativa más barata es quedarse en camping, para estadías más largas lo que recomiendo es quedarse en un departamento. Yo arrendé con 2 amigos más: Gonzalo Blanco, un chileno que me acompañó y Matías Borba, que es de Uruguay.

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Primera Competencia

En Orgañya entrené todas las maniobras que no sabía y aproveché de pulir las que no sabía. Adquirí un nivel mayor en bastante poco tiempo: puedes volar mucho y ganar horas de vuelo en un lugar donde se concentran todo tipo de amantes del vuelo libre: aquí practican pilotos de Red Bull, aficiobados que quieren divertirse y aprovechar las condiciones y también profesionales que al igual que yo estaban entrenando para el circuito de competencias que se aproximaba.
El 3 de agosto, Francois me fue a buscar a Orgañya, acompañado de Raul “Petit” Espejo, otro piloto chileno que iba a competir en la Copa Mundial. Todos juntos partimos a Italia, concretamente al Acromax, evento que se realizaría en Gemona –Tansaghis, volando sobre el lago Tri-COmune en la provincia de Udine. En el camino pasamos a la casa de Francois en Francia, donde había que recoger algunas cosas, para partir sin mayor demora, al día siguiente.
Era mi primera vez en cualquier tipo de competencias y tenía que estar muy atento: hay quienes vienen a volar y hacen las maniobras bien y todo, pero los castigan por malos aterrizajes, por hacer una maniobra de manera peligrosa (¡te pasan tarjeta amarilla!) u otras cosas. Pero yo estaba muy bien asesorado, con alguien que tenía mucha experiencia: el mejor consejo que me dio Francois es que no hiciera nada que yo no supiera. ¡Eso fue muy importante!
La competencia propiamente se dividía en 3 días y anterior a eso teníamos una jornada de entrenamiento. Todos los días teníamos que correr dentro una manga de 3 rounds: cada cual tiene un solo vuelo diario y en un minuto lo das todo: haces tu rutina en 60 segundos y luego cuidas el aterrizaje, que te suma mucho al puntaje. No hay que repetir ninguna maniobra, sino te va restando puntos, incluso para los siguientes días.
Francois este año no gano la Copa del Mundo pero todavía sigue primero. Yo en el Acromax quedé justo bajo los pilotos que son referentes, logrando un puesto 16.

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Tres maniobras

Luego fuimos a entrenar a Cortina de Ampezzo, en las Dolomitas. A diferencia de lo que habíamos vivido antes, algo muy interesante de esta gran zona de vuelo es que estábamos volando a 4.000 mnsnm y la vela reaccionaba muy rápido. La vela de Acro ya es rápida de por sí y con esta densidad del aire estábamos andando a fondo. Además de los increíbles paisajes de montaña y el frío, teníamos la posibilidad de volar a una buena altura sobre el suelo. Estuvimos en las Dolomitas por tres días y luego salimos a la siguiente parte de la Copa Mundial, Acroaria, que se celebraba en Omegna, volando sobre el lago D’Orta, en la provincia de Verbano-Cusio-Ossola.
Fue casi lo mismo que lo anterior, las condiciones eran muy similares para volar, pero aquí estábamos volando muy cerca de una ciudad, y por eso en el aterrizaje teníamos a mucho más público alentándonos. Me sentía con más confianza: sabía bien cómo funcionaba todo el sistema y la verdad eso me dio la chance de que me fuera mejor y obtuviera un mejor resultado.
Al igual que en Acromax, eran 3 días de competencia. Para que entiendan bien cómo se desarrolla una competencia así, de partida hay que saber que los jueces te exigen que hagas 3 maniobras sobre un puntaje de 1.90, que es el más alto. En mi primer día hice un Sat Rítmico, una rotación de centrifugado donde vas cambiando el ángulo de la vela hasta que pase por debajo tuy; luego lo conecté con un Antiritmic, una maniobra similar, pero donde partes en giros con la vela pasando por abajo; para rematar , después de la salida del Antiritmic hice un Joker, una maniobra muy técnica, que mezcla un tumbling -rotación vertical de una vuelta-, continuando con un Sat y luego un Helicóptero, donde la vela gira sobre un eje central como las aspas.

CORTINA DE AMPEZZO

Revelación

Al terminar las tres maniobras de puntuación alta es necesario hacer una maniobra de puntuación inferior para salir: yo hice una serie de Misty Flips, que básicamente es una sola vuelta de helicóptero, cuando la vela se encuentra en la parte más alta de un remonte. Después de eso hice el giro para aterrizar en la balsa. ¡A la gente le encanta que uno aterrice en la balsa, cerca del agua! Yo ahí estaba eufórico; sabía que lo había hecho bien y que mi plan había salido perfecto.
Los siguientes días ya no podía ocupar ninguna de las maniobras que ya había usado e hice otras cosas; yo tenía bastantes maniobras guardadas y no me quedé corto. En el día a día me mantenía entre el 15º y 16º lugar: con un rendimiento regular, finalmente me logre meter en el 15.
La verdad quedé muy contento con el resultado, sobre todo para ser mi primera vez compitiendo. Nadie se esperaba que yo saliera en un puesto así en mi primera Copa del Mundo. Lo mejor es que con esto quedé seleccionado para ir a competir a Dubai, a los World Air Games, que se realizan entre el 1 y el 12 de diciembre, con invitación del príncipe, que es un apasionado de todo lo que tiene que ver con volar.
Estoy muy feliz con todo lo que resultó del viaje, con las nuevas amistades y contactos que hice, y además porque con este logro estoy recibiendo más ayuda de Ozone, que es la marca de velas con que siempre he volado. Ahora para Dubai pretendo ir sumando experiencia; me va a llevar un par de años escalar más, pero mi aspiración es poder ser campeón del mundo y para eso tengo que seguir mejorando.

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Agradecimientos

Primero quiero agradecer a mi familia. Y también a mis amigos: a Raúl Petit y a Daniel Araya, que estuvieron siempre preocupándose de mí en este viaje. Agradezco también a mi auspiciador FLX Parapente.