-Hace seis años atrás, a propósito de mi escuela como guía de turismo recorrí por primera vez los parajes del Alto Loa. Recuerdo haber estado con mis compañeros, bajando desde el camino que une los geysers del Tatio con el poblado de Caspana y haberme sobrecogido con la inmensidad de aquella pampa. Ese sería el comienzo de un peregrinaje que, hasta hoy, sagradamente realizo año a año.
Texto y Fotos: Juan Ignacio Marambio