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Tag Archives: kayak

OUTOURS: Aventuras en Panguipulli y sus alrededores

En la comuna de Panguipulli y sus alrededores se puede vivir un turismo exclusivo donde el deporte y la naturaleza confluyen. En este lugar – en medio de la ruta Sietelagos – se puede vivir experiencias en kayak y rafting en sus lagos y ríos, hacer trekking y montañismo, y descansar en las termas. Panguipulli ofrece la mejor combinación, la que todos buscamos en nuestras vacaciones: aventura y relajo.

Texto Sofía Rojas / Fotos: Francisco Ibarra, André Pérez Jara

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

En la zona sur del Parque Nacional Villarrica, con los bosques más longevos de la zona. Un lugar perfecto para hacer camping y senderismo este verano.

Las rutas del Parque Nacional Villarrica

Para conocer los lugares más atractivos de Panguipulli y otras zonas menos conocidas que hay que descubrir, Turismo Chumay ofrece variados tours. El más recomendado es el Tour termal con una duración de 2 días. Éste comienza con el recorrido de las principales zonas de Panguipulli y la visita a los lagos Pullinque y Calafquen. Además en el tour se obtiene una vista de los volcanes Quetrupillan, Lanín, y Villarrica. Para finalizar la primera jornada, se llega a Coñaripe para alojar en el Hostal Chumay,  a orillas del lago Calafquen

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

El volcán Villarrica es uno de los atractivos de la zona más versátiles: ideal para hacer ascenderlo en invierno y en verano.

Al día siguiente la experiencia comienza con un trekking por los senderos del Parque Nacional Villarrica, entre bosques milenarios y selva valdiviana. Luego se hace una visita al glaciar Pichillancahue, con vista a los volcanes de la zona. El día termina con el merecido descanso en las Termas Geométricas.

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

Kayakistas disfrutando de la actividad en el Lago Pirihueico.

Otro de los reconocidos tours de Turismo Chumay es el paseo a caballo por el Cerro Mili Mili. Su ruta se adentra en los terrenos de la comunidad Mapuche Traitraico, en medio de zonas desconocidas de bosque valdiviano. Además en el recorrido se puede ver los cambios estacionales que ocurren, entre el abundante bosque siempre vender y el desierto de altura que se encuentra al borde del volcán Rucapillán.

También Turismo Chumay ofrece paseos por excelentes ruta de trekking y de Mountain bike en el Parque Nacional Villarrica y tours fotográficos. Más información en turismochumay.cl

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

Uno de los mejores tours en kayak que ofrece Raíces de la Patagonia es hacia la playa Pozo de Oro. Foto: André Pérez Jara.

Travesía en kayak hacia una playa desconocida

Una de las rutas en kayak más atractivas de la zona, que se puede realizar con Raíces de la Patagonia, es la travesía por el Lago Pirihueico llamada Pozo de Oro. Se trata de un tour de unos 40 minutso en kayak en una ruta hacia la playa Pozo de Oro, una playa virgen, donde “tenemos una privilegiada vista del volcán Mocho-Choschuenco y a sus pies la Reserva Biológica Huilo Huilo y el pueblito de Puerto Fuy, es muy fácil apreciar diversas aves como la Martín Pecador, Pato Capuccino, Patos Correntinos, Chincol, Pitíos, Loros Barranqueros, Garzas, entre otras” – detalla André Pérez a cargo del tour.

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

El Lago Pirihueico, perteneciente a la ruta Sietelagos en la comuna de Panguipulli, es un atractivo turístico imperdible de la zona.

Además en este lugar se obtiene una tranquilidad y calma absoluta con un paisaje natural desconocida, en esta playa a orillas del lago Pirehueico, con arena blanca y aguas turquesas. Además André explica que es fácil poder encontrar hermosas “esculturas” en madera que nos regala la naturaleza esculpidas en viento, agua y arena que le dan un toque paradisíaco a la playa.

Ahí los visitantes pueden bañarse, tomar sol o reponer energías con un mini snack saludable – incluido en el tour para recoger nuevamente los remos, subirse al kayak y entrar al agua para volver al punto de inicio, por detrás de una pequeña isla hacia Puerto Fuy. Este tour dura en total unas 2 a 3 horas aproximadamente.

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

En el Parque Nacional Villarrica cuenta con distintos senderos para el trekking, circuitos para paseos en bicicleta, zonas para avistamiento de aves en medio de espectaculares paisajes.

Nuestros guías tienen la misión de limpiar y recoger toda la basura que vean en el lago y playas, siempre que la capacidad de carga por kayak nos lo permita. Lo mismo se inculca a nuestros turistas. Que al mismo tiempo que podemos realizar una actividad podemos ayudar al medio ambiente y crear consciencia sobre la contaminación.” – agrega André Pérez de Raíces de la Patagonia.

Rafting en el río Fuy

El río Fuy es uno de los mejores ríos de nuestro país para el rafting; una experiencia que no puedes dejar de vivir si vas a la zona.

Rucapillán ofrece la expedición con todo el equipo necesario: puede ser medio día de rafting o el programa floating y rafting familiar.

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

Un grupo en rafting dándolo todo en los entretenidos rápidos del rio Fuy.

El primero comienza desde la base de Rucapillán en Choshuenco camino al río Fuy. Luego de una instrucción técnica y de seguridad previa, se procede a ponerse el equipo necesario: el traje de neopren, contra vientos, chaleco salvavidas, cascos y botines de neopreno, comienza el descenso, por los rápidos de aguas turquesas y cristalinas que caracterizan a este río. El río Fuy es clase III-IV apto para todos los niveles sin necesidad de experiencia previa.

El rafting bajando el río es de aproximadamente de una hora y diez minutos “de pura adrenalina mezclada con la magia de ir flotando a través de un valle entre bosque nativo en uno de los mejores ríos en Chile para este deporte.” –describe Christian Labraña de Rucapillán. Según comenta el experto, esta experiencia termina con un delicioso snack donde podremos conversar sobre esta inolvidable experiencia, que se puede realizar de octubre a mayo.

Una novedosa actividad que también ofrece Rucapillán es Floating y Rafting Familiar en el Río Fuy Bajo. Esta zona del río es clase II y no se requiere experiencia para realizar el tour. Consiste en el mismo equipo que el rafting: trajes de Neopreno, corta viento, chaleco salvavidas, casco, botines de neopreno, pero se trata de un viaje por el río. Es un recorrido de 1 hora aproximada, con una vista privilegiada al Volcán Mocho Choshuenco en todo el trayecto; en el río podremos apreciar aves como el Pato Corta Corriente, el Martín Pescador, Cormoranes.

Está especialmente diseñado para grupos familiares debido a la tranquilidad de las aguas en esta expedición.

Termas geométricas

Este lugar en unos de los espacios más gratificantes de la zona. A 16 kilómetros del camino que une Coñaripe y Pucón, en medio de los bosques nativos del Parque Nacional Villarrica, se encuentran las Termas Geométricas.

Éstas son cerca de 60 fuentes de agua pura termal, de altas temperaturas (80°) que brotan de una quebrada. Para bañarse, los dueños al armar este lugar, tallaron cerca de 20 pozones dispuestos a lo largo de quebrada, en 450 metros. Todos unidos por una pasarela de madera y lo mejor de todo, en medio de una naturaleza impresionante: bosques nativos y abundantes.

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

Bañarse en una terma, tal vez sea la mejor actividad que se puede hacer al aire libre con gusto todos los días del año, porque se está en su plenitud en el frescor del bosque si es verano, o si amanece, llueve, nieva, o empieza a oscurecer.” – comenta Germán del Sol arquitecto del lugar, en la página web.

Esta pasarela permite recorrer la quebrada y los pozones según el gusto de cada uno y a la hora que uno desee. Cerca de cada pozón hay un lugar para cambiarse mirando el bosque, con lockers con candados, baños y terrazas para descansar.

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

Ubicadas medio de los bosques nativos del Parque Nacional Villarrica, las termas geometricas entregan el mejor momento de descanso.

Además cuenta con un quincho para hacer un picnic o bien comer los ricos sándwiches y kuchen que ofrecen en el lugar en un espacio con fuego abierto. Un lugar ideal para purificarse y estar en calma inmerso en la naturaleza del Parque Nacional Villarrica.


Dónde comer

Restaurant Chauquen

Este restaurante ubicado el el km. 7 de la ruta Panguipulli Lanco, cuenta con preparaciones para todos los gustos. Sin embargo, su carta se ha hecho exitosa por la variedad de platos de pescados y de maricos, además de sus famosos quesos. Hay días también en que se ofrece Tenedor Libre. Contacto: +5699434 4722.

Restaurante El Mirador

Ubicado frente al lago Panguipulli con una excelente vista al lago y los volcanes del sector, este restaurante ofrece exquisitas y novedosas preparaciones con productos de la zona elaborados con los sabores de la cocina internacional, una variada carta de tragos y un ambiente acogedor. Más información: restaurantelmirador.cl


Dónde dormir

Hotel Elizabeth de Coñaripe

Este es el único hotel que se encuentra en la ciudad de Coñaripe, en un lugar de gran belleza natural. Además está ubicado a solo 17 kms de las Termas Geometricas y otros centros termales y turísticos, del lago Calafquen y Lago Pellaifa. Cuenta con cómodas habitaciones, excelente servicio y también los mejores pasteles de la zona. Más información: hotelelizabeth.cl

Borgolafquen

Este lugar cuenta con cabañas de distitnas capacidades: de 2, 5 y 8 personas ubicadas a orillas del lago Panguipulli. Cuenta además con un muelle, sala de reuniones, quincho y lo mejor de todo, ofrecen para arrendar kayak y tablas de SUP para recorrer el lago en cualquiera de las disciplinas. Reservas: borgolafquen.com

Rucapillan

Además de contar con las mejores expediciones en Rafting, este lugar ofrece dos opciones para dormir: hotel y cabañas. Sus 13 cómodas habitaciones cuentan con vista al lago Panguipulli y sus 9 cabañas están completamente equipadas, con capacidad para 2 o 5 a 6 personas. Más información: rucapillan.cl

OUTOURS Aventuras en Panguipulli

La variedad de deportes posibles en medio de paisajes espectaculares hacen de la comuna de Panguipulli uno de los destinos predilectos del sur de Chile todo el año.

Kayak por el Maullín

Un grupo de amigos decidió cumplir un sueño de infancia: bajar por el río Maullín. Durante tres días exploraron lugares recónditos de bosques milenarios , viajaron por aguas cristalinas y también vieron cómo la contaminación empaña el paradisiaco paisaje.

Texto y fotos: José Cardenas Vejar

Nuestra travesía nació de una conversación entre un grupo de amigos de infancia que nos topamos con las mismas inquietudes: investigar el largo recorrido del río Maullín hasta su desembocadura en el océano pacífico y proteger ese entorno del cual nos sentimos orgullosos y conocimos desde niños.

Queríamos conocer en profundidad el lugar Río Maullín, que nace en la desembocadura del lago Llanquihue en la regíon de Los Lagos y se extiende por 85 Km. Su entorno es ideal para practicar Fly fishing.

Kayak por el Maullín

Vista de Caleta Carelmapu.

Decidimos prepararnos para descender en Kayak por el Río. El objetivo del viaje era simple: recorrer y conocer la  flora y fauna aledañas al río, ver con nuestros ojos las huellas que la historia dejó por medio de la glaciación que existió en el lugar y conocer el entorno que alguna vez habitaron los Chonos. Además teníamos antecedentes de que los antiguos habitantes del sector “Monte Verde” viajaban hasta el río Maullín a recoger algas y usarlas con fines medicinales. Vestigios de Terrazas y morrenas nos esperaban en la ruta.

Preparación

En una exploración en kayak por un río con un caudal medio de 75 m3/s se pone a prueba el estado físico de cualquiera. Consideramos entonces realizar la travesía en siete días. No queríamos competir ni hacer algo que perjudicara nuestra integridad física así que decidimos irnos con calma. Al ser una exploración debíamos ser minuciosos con todo lo que viéramos y registráramos.

Kayak por el Maullín

Descanso en sector El Gato.

Lo primero que hicimos fue estudiar la ruta y conocerla como la palma de nuestras manos. No sabíamos si ciertos sectores eran navegables debido a la baja profundidad del río y tampoco sabíamos si existían rápidos o cascadas. Recurrimos entonces a imágenes satelitales y a relatos de vecinos del sector. Rápidamente nos enteramos de que la navegación se dividiría en dos partes. La primera iría desde el lago Llanquihue hasta un sector aledaño a Nueva Braunau. Sólo las primeras 6 millas del río son navegables. Las siguientes 9 millas se ven imposibilitadas debido a la existencia de arboles que cruzan el río, cercos y alambres de los lugareños. Decidimos navegar la ruta más expedita y de mayor longitud que se sitúa desde el sector Las Quemas hasta el Maullín.

Los preparativos comenzaron tres meses antes de la exploración. Solicitamos el zarpe en la Capitanía de Puerto de Maullín. Ahí nos dieron una charla y nos entregaron un listado de los requisitos que debíamos cumplir para que nos otorgaran la autorización. Necesitábamos saber nadar, tener chalecos salvavidas, llevar agua dulce, alimento para dos días adicionales al de recalada, ropa seca, GPS, brújula, mapa, bengalas, teléfono satelital y radio VHF con banda marina. Por suerte cumplíamos a cabalidad los requerimientos. Paralelamente seguimos planificando la ruta, los sectores donde haríamos una pausa y los lugares donde acamparíamos.

Kayak por el Maullín

Descanso en sector El Gato.

La flora terrestre que rodea al río principalmente es del tipo Bosque Húmedo templado con características de Bosque Valdiviano y marcada presencia siempreverde. También, al ser bosques de renovales, todo el viaje tendríamos árboles a nuestro alrededor. Eran muy pocos los sectores donde podríamos detenernos. Además, la depresión intermedia, esta zona presenta una topografía fuertemente ondulada, esto hace que el río en algunos sectores, presente un escurrimiento meándrico con valles fluviales estrechos. Tendríamos que estar concentrados en la navegación para no golpear los árboles que se encontraban caídos a los costados del río y volcarnos.

Tuvimos que poner en pausa por un momento los planes de viaje debido a nuestros trabajos. De los que integraríamos la travesía, Ricardo, mi amigo de infancia, trabajaba en el Hospital de Maullín, y Alejandro y Francisco eran ingenieros de profesión. Ellos residen en Puerto Montt y Frutillar respectivamente. Por mi parte, Aysén Films, la productora cinematográfica científica en la que trabajo, me encomendó viajar a Coyhaique para hacer registro fotográfico de una actividad invernal.

No teníamos muchos recursos para el viaje. Los kayak fueron facilitados por amigos que creyeron  en nuestra taventura. El equipamiento para acampar también era básico. Llevamos una carpa de 4 estaciones MSR Fury, sacos de dormir -20º y linternas frontales, pilas para recambio, cocinilla con gas butano y bolsas para la basura. Solo debíamos costear la alimentación y combustible para pagar el flete que nuestro amigo Michel, quien se desempeña como Bombero y contador, nos haría desde Maullín a las Quemas.

Kayak por el Maullín

Descanso en sector El Gato.

Comienza la travesía

¡Finalmente llegó el día! El pronóstico meteorológico estaba a nuestro favor durante los días que remaríamos. Estimamos la recalada final en tres días. Michel nos dejó en el Puente Maullín Nº 4, cerca del Retén de Carabineros de las Quemas. Allí chequeamos que nuestros kayak estuvieran en óptimas condiciones y estibamos la carga.

Zarpamos y de inmediato nos impregnamos de la paz y armonía del río y sus alrededores. Navegar bajo un cielo azul, sin viento y dejarnos llevar por la corriente era un deseo que hace mucho tiempo anhelábamos. Comenzamos a ver muchos árboles que cruzaban en 45º el río.  También vimos flotando desde neumáticos y bolsas plásticas, hasta animales muertos. Incluso nos encontramos con restos de botes y remos de fibra.

Kayak por el Maullín

Navegación en Puerto Toledo.

Nuestros conocimientos de navegación indicaban que en los sectores que el caudal era más tranquilo, la profundidad era menor y se situaban bancos de arena o piedras. En muchos sectores la profundidad era de solo centímetros. En el fondo del río, lográbamos ver muchos troncos. A medida que descendíamos el río pudimos observar que el Maullín recibe varios afluentes menores, como Estero el Rosario, Río Oscuro, Río Chinchiguapi y Río El Gato.

Kayak por el Maullín

Tarde de Primavera en Muelle Maullín.

En este último sector, que es límite entre las comunas de Los Muermos y Maullín, el año 2015 se presentó un proyecto para instalar una “Central Hidroeléctrica de Pasada”. Por suerte este proyecto no se llevó a cabo, gracias a la gestión del municipio de Maullín y de un movimiento ciudadano conocido como ‘Río Maullín libre’ se logró retirar el proyecto de impacto ambiental, ya que carecía de información relevante, no incluía la línea de transmisión ni contemplaba a la comuna de Maullín dentro del área de influencia del proyecto.

En este sector nos detuvimos a descansar y dimensionar el proyecto cancelado. Pudimos evidenciar con mucha pena, la contaminación existente. Ya se nos hacían familiares en la ruta los cartones, botellas, restos de fogatas, bidones de combustible y muchos otros residuos domiciliarios de gente que no entiende la importancia del río y su entorno limpio. El primer día de navegación culminó en el sector de Puerto Toledo. Llegamos rápido. En algunos sectores la velocidad de navegación fue de 7 nudos, casi 13 km/hr. Temprano armamos campamento mientras una copiosa lluvia se dejaba caer, la que hizo el descanso mas relajante. El día siguiente comenzaría muy temprano.

Kayak por el Maullín

Tarde de Primavera en Muelle Maullín.

Segundo día

A las 7 am preparamos el zarpe. Secamos y guardamos todo para continuar nuestro viaje. En la ruta nos encontramos con un sin fin de aves. Cisnes Coscorobas, patos colorados, Taguas, Cormoranes. El sol y la tranquilidad que desde ese sector del río en adelante entrega, hacía que no dejáramos de agradecer ese regalo que recibíamos. Nos internamos en los humedales del sector de Puelpún, lugar que junto a otros, fueron incorporados a la Red Hemisférica de Aves Playeras. Es el quinto lugar en Chile. Esto demuestra la importancia que Maullín tiene para la conservación de Biodiversidad a nivel Internacional. Muchas Garzas grandes y Cucas, Playeros de Baird y Chorlos nos recibieron en el sector del ‘Bosque Sumergido’. Muy cerca de allí, frente a Río Guarne, armamos el campamento en nuestro segundo día de navegación. En ese sector existe un camping el cual aún es prácticamente desconocido para los mismos Maullinenses. Don Jorge Yañez nos recibió muy feliz y nos contó sus proyectos para ese lugar.

Después de cenar e indicar nuestras coordenadas a personal de la armada, la noche completamente estrellada nos cobijó  para el merecido descanso.

Kayak por el Maullín

Campamento en sector Puelpún.

Tercer día

Para el tercer y último día, teníamos prevista la recalada para cerca de las 18:00 hrs. También teníamos considerado que el río cambia de agua dulce a salada, además de vientos y oleaje. Y así fue. Luego de unas horas de remar llegamos al sector de Lolcura. Allí de frente nos topamos con vientos de 10 nudos, casi 20 km/hr. y olas de medio metro. Desde ese sector cruzamos el río en su totalidad para llegar a Chuyaquén donde se encuentran los restos de una antigua Salmonera. Era nuestro último descanso para finalmente llegar a casa. La marea estaba subiendo y remar los últimos 5 kilómetros hacia Maullín se hicieron eternos. Finalmente y cerca de las 20:00 hrs. recalamos en el Muelle Cariquilda. Nuestros amigos nos esperaban en ese lugar. Querían escuchar nuestras historias y ojear el registro fotográfico que habíamos hecho de toda la ruta. Un saludo y un gran abrazo con ellos selló nuestra memorable hazaña. Todo salió como lo teníamos contemplado.

Kayak por el Maullín

Comienzo de jornada en Puerto Toledo.

Bestias del Sur Salvaje

El colectivo de deportistas y exploradores Bestias del Sur Salvaje tienen la firme convicción de que el rol de los deportistas debe trascender la práctica de sus deportes y transformarse en compromiso con las personas y lugares que visitan. Su principal objetivo es ligar la comunidad de deportistas al aire libre con las comunidades donde desarrollan sus actividades y con grupos ambientalistas dedicados a la protección del territorio, los ecosistemas y paisajes. Aquí les compartimos su primer trabajo audiovisual.

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¿Qué le hemos hecho al Laja?

La Laguna del Laja es el cuerpo de agua más grande en la zona central de Chile. Está ubicado en la región del Biobío y su locación en medio de la cordillera de los Andes está fuertemente relacionada con la actividad del volcán Antuco. Antiguas y violentas erupciones han represado el valle con un dique natural y creado esta laguna, además de moldear el paisaje completo del valle que ha recibido grandes aludes. Continue reading

Kayak en La Laguna San Rafael

Dentro de toda el área entre Bahía Exploradores y la laguna San Rafael, la posibilidad de avistar aves es increíble, particularmente en la ribera de la laguna, en donde colindan varios ecosistemas, como los ríos, bosques y humedales. Aquí cintamos la historia de una expedición de la Universidad San Sebastián que salió a explorar estos lejanos confines.
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Kayakeando las Dunas de Namibia

Eric Walter es un kayakista con vasta experiencia en grandes cascadas, un cazador definitivo de agua. Pero dándole un giro rotundo a sus preferencias, Walter sale a descubrir un lugar inesperado: las onduladas dunas de arena de Namibia, donde armado de su bote y su pala sale a probar junto a unos amigos parapentistas toda la velocidad que se puede alcanzar en el desierto.
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Chasing Niagara: Cataratas y Kayak

El kayakista mexicano Rafa Ortiz toma la decisión de remar hacia las cataratas del Niágara, y se desencadenan una serie de acontecimientos que cobran vida propia. Para prepararse Rafa solicita la ayuda de Rush Sturges, un reconocido profesional, y de un pequeño grupo de amigos, entre los que se cuentan también Evan Garcia, Gerd Serrasolses y Aniol Serrasolses. Juntos se embarcan en un viaje de tres años a través de los bosques de México hasta llegar a los inmensos saltos de agua del lado estadounidense. El viaje concluye en Canadá, donde, tras algunos juegos con la policía local, la misión llega a su punto más álgido.

 

Apego a la Naturaleza a Través del Kayak

No es nada nuevo leer que realizar un deporte al aire libre puede causar experiencias significativas y transformaciones en las personas. En este caso practicar kayak, sin importar el grado de dificultad del río, promueve en el kayakista la concentración, el autoconocimiento y el manejo de riesgos, pero por sobre todo, inspira respeto hacia el río. Hace un tiempo tuve la suerte de dedicarme a facilitar estas experiencias en mi nuevo trabajo, que tiene el río como sala de clases.

Texto por Jane Koopman; traducción por Jens Benöhr

Enseño kayak mientras descendemos junto a una balsa de provisiones en una expedición de 10 días en el Cañón de la Desolación. Este es un cañón remoto en el río Verde, en el estado de Utah. Si bien interactuamos con otros viajeros del río durante nuestro descenso, al final de nuestro día no retornamos a un lodge o campamento base, sino que continuamos fluyendo junto al río, buscando entre los sauces y tamariscos un nuevo hogar cada noche, y cocinando nuestra cena bajo el cobijo de nudosos álamos, en las acogedoras playas del cañón. Durante toda la travesía nos encontramos inmersos en la naturaleza.

Jane enseñando hidrogeología en una de las playas del Cañón de la Desolación.  Fotografía: Kirk Rasmussen

Jane enseñando hidrogeología en una de las playas del Cañón de la Desolación.
Fotografía: Kirk Rasmussen

El Cañón de la Desolación se encuentra en medio de una de las más grandes áreas legalmente designadas como reserva natural protegida, en Estados Unidos. Provee una perfecta iniciación a las aguas blancas con el profundo cañón como espectacular escenario, donde las estrellas cubren el cielo nocturno, los carneros ágilmente trepan acantilados que parecen imposibles de escalar y el tamaño del lugar es sobrecogedor.

El significado de la naturaleza
Tras un día y medio de aguas tranquilas en el cañón, ya hemos navegado unos 50 kilómetros e introducido a los estudiantes a lo básico del kayak: salida de emergencia del bote, técnicas de remada, rotación del torso y técnicas de rescate. También les hemos introducido a como cocinar, dormir, cagar, mantener el calor y a los osos alejados, todo esto sin dejar ni un solo rastro de nuestro paso, – parte de la filosofía del NDR o “No Deje Rastro”-, en este invaluable corredor biológico.

                    Apreciando la magníficas formaciones rocosas del río Verde en su confluencia con el río Yampa. Esta sección del río podría encontrarse bajo un embalse, pero fue protegida en los años 60 por activistas del Club Sierra quienes lucharon por la libertad del río. Fotografía: Kirk Rasmussen


Apreciando la magníficas formaciones rocosas del río Verde en su confluencia con el río Yampa. Esta sección del río podría encontrarse bajo un embalse, pero fue protegida en los años 60 por activistas del Club Sierra quienes lucharon por la libertad del río.
Fotografía: Kirk Rasmussen

A medida que avanzan los días y llegamos a la cuarta jornada, introducimos a los estudiantes a la técnica de ferry, tomar eddies, scoutear rápidos y a la hidrología del río. También visitamos petroglifos dejados por el antiguo pueblo nativo de Fremont, quienes ocuparon el cañón hace 1.200 a 900 años atrás, aprendemos sobre la geología del cañón y algunos aspectos sobre la flora y fauna nativa, o sobre los bandidos y rancheros que frecuentaban las inmediaciones del cañón en los siglos anteriores. Idealmente, si el tiempo nos lo permite en este activo itinerario, nos tomamos un momento para reflexionar, para oírnos a nosotros mismos pensar sin grandes distracciones y realmente comprender dónde estamos. Las discusiones al atardecer exploran qué significa la naturaleza para nosotros, o qué hace que un lugar específico sea especial para nosotros.

Practicando nadar rápidos en el Cañón de la Desolación. Fotografía: Kirk Rasmussen

Practicando nadar rápidos en el Cañón de la Desolación Fotografía: Kirk Rasmussen

Aprender de lo simple
Ya posterior al cuarto día, el grupo no solo aprecia las aguas blancas – y la satisfacción de una elegante entrada a un eddy, la emoción de sobrevolar una ola o la satisfacción al encontrar tu propia línea en los rápidos-, sino además se ha desarrollado un apego por los lugares que hemos visitado. Yo y mis compañeros de viaje estamos experimentando un “sentido de pertenencia”, o la idea de que el lugar es “una pieza del ambiente como un todo que ha sido reclamada por los sentimientos” (Alan Gussow).

Observando el río Verde desde la cima del Cañón de la Desolación. Fotografía: Kirk Rasmussen

Observando el río Verde desde la cima del Cañón de la Desolación.
Fotografía: Kirk Rasmussen

Cada día, a medida que descendemos por el río, aumenta la confianza de los estudiantes. Crece con cada entrada a un eddy, cada surfeo logrado, cada detalle natural enseñado, cada comida preparada y cada noche acampando bajo las estrellas. Además, mientras los estudiantes van aprendiendo y sintiéndose cómodos en el cañón, también van desarrollando un profundo cariño por el lugar. Los momentos que causan este aprecio varían de estudiante a estudiante, pero mi trabajo como instructora es facilitar estos momentos.

Un boof en el río Puesco, cerca de Curarrehue en Chile. Fotografía: Jane Koopman

Un boof en el río Puesco, cerca de Curarrehue en Chile. Fotografía: Jane Koopman

Los caminos para lograr esto son diversos; puede ser una clase de ecología sobre la interrelación que sauces, tamariscos, sedimentos y peces comparten, una caminata que de perspectiva del tamaño de nuestro pequeño campamento en comparación a las enormes paredes de rocas que nos rodean, o incluso simplemente contemplar un atardecer que tiñe el cielo e ilumina con sus tonos rojizos las rocas del cañón. Considero mi trabajo bien hecho cuando mis estudiantes finalizan las clases no solo entusiasmados con las aguas blancas, sino también cuando sienten amor por la naturaleza, por estos lugares recónditos y prístinos.

Atardecer en la salida de la sección baja del río Ñuble en San Fabián de Alico. Fotografía: Jane Koopman

Atardecer en la salida de la sección baja del río Ñuble en San Fabián de Alico. Fotografía: Jane Koopman

El Desafío
Lleva un niño a remar al río. Pero no lo lleves solo a practicar kayak. Llévalo al río y no solo lo ayudes a aprender el giro esquimal y las técnicas de remada, sino también a aprender sobre otros aspectos del río. Aprendan sobre las plantas y animales que habitan junto al río, sobre las personas que vivieron y utilizaron el río mucho antes de que flotáramos corriente abajo en nuestros pequeños y coloridos botes de plástico, sobre por qué el río actualmente está fluyendo libre, o porque fue represado camino abajo. Motiva la curiosidad y el asombro con preguntas. Explora bajo las rocas, toma tu tiempo para reflexionar, observa un atardecer, nada un rápido por diversión, mira estrellas fugaces rasgar el cielo nocturno y trabaja hasta que logres infundir un sentido de apego y pertenencia al lugar. Este desafío puede trasladarse al montañismo, la escalada, el surf, la bicicleta o cualquier otro tipo de deporte al aire libre que signifique escapar de la rutina. Inspirando este tipo de pasión profunda por la tierra donde amamos vivir, aprender y jugar, ayudaremos que los pueblos puedan continuar disfrutando de estos lugares salvajes incluso largo tiempo después de que nosotros mismos hayamos partido.
hayamos partido.


 

Sobre Jane
Jane Koopman es oriunda de California, Estados Unidos. Trabaja como instructora de kayak para NOLS y desde hace algunos años está dedicada a la educación y el activismo socioambiental. En noviembre de 2014, mientras viajaba por Chile trabajando para la ONG Futaleufú Riverkeeper, vio una desconexión entre los kayakistas que recorrían los ríos de Chile y las comunidades locales. A partir de esto inició el programa de Kayak River Stewards, proyecto que busca ligar los deportistas dedicados al río con las comunidades locales y ambientalistas. Por ello, Jane ha estado recorriendo Chile durante los últimos meses, generando redes de contacto entre kayakistas y las comunidades que habitan los variados ríos de nuestra tierra. Otra de sus propuestas es la educación ambiental a través del kayak como Instructora de NOLS, escuela de formación en técnicas de vida al aire libre y liderazgo para la protección del medio ambiente.

Kayak en los Canales Patagónicos: La Isla

Los canales de la Patagonia, en la región de Aysén son el

escenario del viaje de cinco amigos, que viajan remando a la Isla Kent. Además de tener el desafío de cambiante clima, y la dificultad que ofrece la llegada de la marea sur, se enfrentan a un cambio de paisaje: esa Patagonia prístina que esperan encontrar está dañada en los más remotos rincones por la acción del hombre, que contamina incluso en estos paradisíacos confines del sur de Chile.

La Isla from Eugenio Krumenaker on Vimeo.

Producido por Suda Outdoors 

El gran Biobío de cordillera a mar

Chile es una tierra de ríos. A lo largo de su accidentada geografía, el agua acumulada en la cordillera de los Andes fluye en forma de miles de esteros, los cuales se reúnen en ríos, lagos, lagunas y humedales, antes de culminar en el océano Pacífico. Inmerso en medio de esta tierra, existe un enorme cuerpo de agua que se extiende a lo largo de la segunda cuenca hidrográfica más grande del país. Este coloso es el río Biobío, o Butalebu, como le llamaron los pehuenches y que quiere decir río grande, el cual es y ha sido durante siglos una gran fuente de vida e historias. Su extenso borde representa la frontera histórica entre los españoles y el pueblo mapuche, siendo testigo de cruentas batallas, acuerdos y traiciones.

Texto y Fotos: Jens Benöhr y Tobias Hellwig

El río Biobío es el segundo más largo de Chile, después del casi extinto río Loa. Posee un recorrido de 380 kilómetros desde su nacimiento, en la cordillera de los Andes, hasta su desembocadura en el océano Pacífico, junto a la ciudad de Concepción. Desde pequeño he vivido en esta ciudad, donde en algún momento de mi vida comencé a preguntarme por el origen del río que silenciosamente fluía frente a mi ventana. El Biobío queda a unos pocos pasos de mi casa y antes solía a caminar en él, pues su lecho es poco profundo y puede ser recorrido a pie en ciertos sectores. En los últimos años he contemplado con tristeza la transformación de su orilla en un límite intransitable, sus bordes rellenos con toneladas de escombros y tierra infértil.

Lonquimay nos dio la bienvenida con  grandes bosques de araucarias teñidos de blanco por la nieve

Lonquimay nos dio la bienvenida con grandes bosques de araucarias teñidos de blanco por la nieve

Al mismo tiempo, hace algunos años descubrí el kayak de río. En los rápidos de Alto Biobío es donde, junto a buenos amigos, aprendí a montar olas y descubrir las líneas del río, a jugar en sus aguas con nuestros coloridos botecitos de plástico. Ya hace 3 años desde que me inicié en sus aguas y comencé a fantasear con recorrerlo desde su origen hasta su final; sentir el peso de su geografía completa sobre mi cuerpo. De esto conversé hace unos meses con Tobías, quien también soñaba con dejarse llevar por las aguas del Biobío en su kayak de travesía. No tardamos en darnos cuenta que nuestro interés era común, y en Noviembre de 2015 aterrizamos este gran sueño.

El río Biobío
Oficialmente, el río Biobío comienza en la laguna Galletué, pero nosotros, por algún extraño y tácito acuerdo, decidimos comenzar nuestro descenso desde el estero Huillinco, principal tributario de la laguna Icalma, o Espejo de Agua ¡Y qué feliz decisión! Remar entre araucarias y coigües milenarios nos removió el espíritu. El Huillinco vierte sus aguas en la Laguna Icalma, la cual cruzamos veloces, con el viento a favor, hasta llegar al nacimiento del río Biobío. Ahí, entre gritos de euforia y alegría, comenzó el descenso de un río que desde tiempos inmemoriales ha fluido indómito a través de la estepa cordillerana de Lonquimay. Atravesamos la pampa andina, impresionados por el contraste entre la aridez de la zona y la enorme biodiversidad en constante movimiento por el Biobío, que en ese momento aún se mostraba como un pequeño curso de agua. Acampamos junto a sus orillas, arrullados en la noche por su suave murmullo y bajo el cobijo de imponentes araucarias.

El río Biobío fue conocido en todo el mundo por sus desafiantes rápidos, la mayoría desaparecidos tras la construcción de las represas

El río Biobío fue conocido en todo el mundo por sus desafiantes rápidos, la mayoría desaparecidos tras la construcción de las represas

Tras tres días de tranquila navegación, durante un impresionante atardecer, sucedió el mayor temor de un kayakista; me volqué y nadé. Seducido por una pared de rocas que parecía arder con los últimos rayos del sol, me enredé en unos sauces y caí al agua con el kayak abierto y la cámara fotográfica en la mano. Incapaz de girar mi bote bajo los sauces, nadé fuera del kayak, arrastrando a duras penas mi equipo. Alcancé la orilla sin calcetines, arrancados por la corriente, y toda mi ropa mojada, pues las bolsas de supermercado no son las mejores bolsas secas. En el borde del río me alcanzó Tobias, quien logró tranquilizar mis ánimos, agitados por el agua y la pérdida de valioso equipo fotográfico. Esa misma noche, secando la ropa en una fogata, conocimos a Mirella y Guillermo, una pareja de arrieros del valle del río Rahue. Mirella pasó a caballo junto a nuestro campamento mientras oscurecía y nos invitó a tomar mate y a conversar de la vida en la cordillera. “Dura y triste”, decía ella, pero también nos habló de las alegrías que brindan la tierra y los animales, la paz y la lentitud con que transcurre el tiempo en esas alturas. Al día siguiente nos invitaron a presenciar el esquilado de las ovejas, actividad que los arrieros realizaban con notoria destreza, conversando despreocupados entre ellos.

Al interrumpir las represas nuestro descenso por el río, nos vimos obligados a transportar por tierra los kayaks y el equipo.

Al interrumpir las represas nuestro descenso por el río, nos vimos obligados a transportar por tierra los kayaks y el equipo.

Las falsas promesas de Ralco
Tras despedirnos afectuosamente, proseguimos nuestro viaje y, a medida que avanzábamos, el río adquirió mayor fuerza y tamaño; de pronto estábamos en medio de la cordillera, recorriendo un tramo oculto para los ojos humanos. Aquí el Biobío es custodiado por cipreses, coigües, robles y ñirres, cormoranes y martines pescadores, silenciosos guardianes de los secretos que el río aún mantiene aguas arriba, aguas bravas que fluyen con fuerza, una sección aún a salvo del embate del progreso que todo lo aniquila. Este tramo significó concentración y cuidado, pues Tobías navegó valientemente en su kayak de travesía, diseñado para aguas calmas, largos trechos con rápidos de alta dificultad.
Luego llegamos al embalse Ralco, donde abruptamente se desvaneció el salvaje río, domado por la mano del hombre. Ralco es un enorme y solitario embalse, del cual la empresa Endesa hizo falsas promesas de turismo que, hoy en día, tan sólo significan derrumbes en su inestable orilla, esto producto de los grandes cambios en el nivel y superficie del embalse, el cual llega a variar alrededor de 40 metros al año.

Los árboles muertos son el triste  testimonio de la inundación del valle.

Los árboles muertos son el triste testimonio de la inundación del valle.

Desde fines de los años 90, las aguas del Biobío son utilizadas intensivamente con fines energéticos. Las grandes represas de Pangue y Ralco, además de la recientemente inaugurada central Angostura, han inundado enormes superficies de bosque nativo y tierras sagradas para el pueblo pehuenche. La construcción de estas centrales hidroeléctricas en Alto Biobío tuvo una fuerte oposición por parte de comunidades pehuenches y ciudadanos chilenos, pero finalmente triunfó el modelo de desarrollo depredador de la naturaleza. Es así como luego de fluir a lo largo de un furioso río a través de las montañas, nos encontramos de pronto remando sobre enormes embalses y requiriendo de apoyo vehicular para sortear las murallas de hormigón que impedían nuestro camino hacia el mar.

Un río para conocer
Al pasar el último embalse, Angostura, acampamos junto a la orilla del río. Grande fue nuestra sorpresa cuando al atardecer, mientras cocinábamos, el río comenzó a subir. En poco menos de una hora tuvimos que reubicar nuestro campamento en tierra más alta, tan sólo quedando una fogata que resistió hasta su crepitante final. En dos horas el río presentó una crecida artificial de alrededor de 2 metros, lo cual sin duda, altera el ecosistema del río. Esto es provocado por el embalse Pangue, que produce según demanda energética, y por tanto suele liberar mayor cantidad de agua en las tardes.
Una vez dejada atrás la cordillera de los Andes y entrando en el valle central, nos encontramos con numerosas industrias que vierten sus desechos líquidos al río, contaminando las aguas que dan de beber a nuestros pueblos y ciudades. Las orillas del río lucen abandonadas, siendo los únicos habitantes las extensas plantaciones de pinos y eucaliptus que han provocado una enorme erosión de los suelos, los cuales al ser arrastrados por las lluvias de invierno van a parar a las aguas del río, que los transporta hasta el mar. Entre Negrete y Laja nos sorprendió ver varias embarcaciones navegando el río, ya sea para cruzarlo o pescar. Luego nos adentramos en la cordillera de la costa, donde definitivamente el río es abandonado a su suerte, oculto entre interminables plantaciones de pino.

Nuestro sueño fue conocer el río que fluye frente a nosotros sin ser visto, que cruzamos y no contemplamos, que bebemos y no tocamos

Nuestro sueño fue conocer el río que fluye frente a nosotros sin ser visto, que cruzamos y no contemplamos, que bebemos y no tocamos

El lento fluir del Biobío en su última sección fue un largo momento para reflexionar sobre nuestro entorno y como nuestro cómodo estilo de vida -incluido el de los autores, siempre a salvo en botes de plástico y enfundados en ropa especializada- ha generado los grandes impactos que vemos sobre el río. El tiempo navegando fluye con otro ritmo, lánguido y contemplativo, contrastante con el acelerado ritmo de la ciudad de Concepción, la cual nos dio la bienvenida con basurales y el constante ruido del tráfico, que hizo temblar nuestros oídos, acostumbrados al suave rumor del agua. El río Biobío junto a Concepción habla, pero ya no lo oímos.
Tras 10 días de intensa navegación llegamos al mar, y finalmente sentimos nuestros kayaks mecerse en las olas. En ese instante culmine sentimos la vida del río y su pena, su abandono. Pero también entendimos nuestra responsabilidad, como habitantes de sus orillas, de mirarlo, reconocerlo y respetarlo. Para nosotros nunca fue importante descender el río Biobío en su totalidad, ni nos interesamos en saber si éramos los primeros en realizarlo. Navegar el gran río Biobío de cordillera a mar fue para nosotros un pequeño y valioso testimonio, una señal de respeto hacia su milenaria memoria.