El Endurance Challenge es la carrera de trail running que más corredores convoca. Con cerca de 2 mil participantes, es incuestionablemente la fiesta del trail running de Chile. Estaba inscrito para los 80 K, pero una lesión me dejó fuera. Aún asà no me lo iba a perder asà que opté por ir de espectador. Mi frustración era elevada, sin embargo vivà experiencias profundas que me marcaron tanto como si hubiera participado del evento.
Texto: Tito Nazar
Me encontrĂ© con Claudia Fabbri, la pareja del corredor Enzo Ferrari, cerca de las 20 horas. Recogimos a CĂ©sar Montoya, que serĂa su pacer (se usan en las categorĂas de 160k y son personas que entregan apoyo moral a los corredores. Ellos conocen en profundidad a los competidores y les dan un apoyo sicolĂłgico y los cuidan hasta la meta). Llegamos a Antawaya, lugar donde lo atajarĂamos. Miles de veces calculamos la hora que pasarĂan los punteros. El plan era asistir a Enzo e irnos a dormir a Santiago para luego esperarlo en la meta. Las pinzas: el corredor que iba en primer lugar pasĂł a las 2:30 AM lo que hizo que tuviĂ©ramos que capear el frĂo conversando hasta no poder más, matando el tiempo mientras esperábamos Ferrari. SabĂa que la corredora Andrea LĂłpez y Loreto PĂ©rez (su pacer) estaban machacando al sendero duramente. Recuerdo que con un inmenso frĂo me dormĂ sobre una camilla de masajes de KMP. En eso se acercĂł Claudia diciĂ©ndome que Enzo se iba a bajar de la carrera, que debĂamos ir a buscarlo.

Luego de una breve charla técnica (y motivacional!), el nerviosismo y algo de ansiedad se toma el basecamp de los 160 K. No son ni las 6 AM y más de 50 competidores se alinean en el punto de partida. Foto: Claudio Vicuña
Manejamos para ir a socorrerlo. Me costĂł procesar como alguien tan sĂłlido como Enzo se hubiese bajado de la carrera. No tenĂa la pinta de un corredor demacrado con 130 KilĂłmetros acumulados en el cuerpo. Perderse en un tramo fue muy desmoralizador para Ă©l. No pudo quitarse esa espina de la cabeza, y en un trail de 160 K la mente manda por sobre el cuerpo.
Ya habĂa amanecido, y para poder obtener material para este reportaje me quedĂ© en la zona de Meta/Partida.

Diane Van Deren, la atleta estadounidense que vino a Chile y por primera vez se aventuraba a correr los 160 kilĂłmetros. CronometrĂł 35:49:17 y llegĂł a la meta en la tarde del dĂa sábado en medio de la lluvia. Foto: Claudio Vicuña.
Ya se empezaba a respirar un aire especial a la llegada de los 21K. Ver a los ganadores es interesante, pero ver al 50 por ciento más lento de las categorĂas tenĂa algo mĂstico que nunca me habĂa detenido a contemplar: pasiĂłn, voluntad meditada en cada paso y por sobre todo un sentimiento intenso de sufrimiento. Ver a las personas dar cada tranco sufriendo y alcanzando su propio nirvana, era una escena que se percibĂa cada vez más y más en la meta de la carrera.
En los 80K muchos padres llegaban al final acompañados de sus niños que los esperaban para cruzar la meta. Era ciertamente emocionante verlos trotar con esa fuerza que nace del “cumplir con lo prometido a sĂ mismos” pero a la vez detrás de las cortinas se percibĂa el orgullo de esos padres de mostrarle a su progenie cĂłmo se deben hacer las cosas en la vida.

Es tercer año en que las inmediaciones de Antawaya y sus cajones cordilleranos son parte de la The North Face Endurance Challenge.
Foto: JeremĂas Marinovic
La culminaciĂłn del Endurance Challenge era una especia de “U” con esquinas en 90 grados. Recuerdo que un competidor a dos esquinas de terminar le dio un calambre tan repentino que se cayĂł estrepitosamente al piso. La gente cercana fue corriendo a alentarlo, y Ă©l en la adrenalina, con un sufrimiento expresado crudamente en su cara, se levantĂł con una garra inquietante. Sin embargo, su mĂşsculo contraĂdo le dijo que “no” y el tipo volviĂł a caer. El corredor se parĂł sujetándose de las barandas laterales para cruzar la meta cojeando como pocas veces he presenciado.
Ya durante la tarde me acordĂ© de mis amigas Andrea y Loreto. Quise ir a buscarlas. A eso de 1K de la meta fui a mirar y a animar a los corredores. A lo lejos vi a alguien; Paola Castelvecchio. VenĂa con una banda en la rodilla izquierda, con una cojera pronunciada que sĂłlo le dejaba caminar con sus bastones, pero ella iba feliz como si todo estuviera bien. Le pedĂ permiso para seguirla a la meta. MirĂ© y no parĂ© de sorprenderme de su humor tan elevado a pesar de venir en tan paupĂ©rrimas condiciones. ÂżCĂłmo Paola podĂa estar tan positiva moviĂ©ndose de esa manera? Más cerca de la meta, más gente la acompañaba. Al llegar al final, la esperaban varios amigos, y por fin rompiĂł en lágrimas terminando sus 50 K fichando una de las llegadas más emotivas que he visto.

Bien de madrugada, a los pies del cerro CarbĂłn y con Santiago de fondo, los corredores de la máxima categorĂa de la carrera –los 160 kilĂłmetros– hacen las primeras horas de la competencia sin luz. En la foto, Pablo PĂ©rez y Enzo Ferrari, ganador de la versiĂłn 2015 de la carrera. Foto: MatĂas Donoso.
En la meta con muchas cervezas en el cuerpo me topĂ© con Nicolás PĂ©rez. TenĂa una cara lĂşgubre. Me dijo que lo “cortaron” de los 80K. Me contĂł acongojado que iba corriendo y que no se sentĂa muy bien. En un momento del trayecto viĂł a un corredor en serios problemas y decidiĂł ayudarlo y lo sacaron de la carrera, ya que no llegĂł a un punto de control a tiempo. Cuando terminĂł su explicaciĂłn sus ojos estaban empapados en lágrimas, tenĂa fraccionada el alma. Nicolás habĂa entrenado fervientemente para correr sus primeros 80K, y por actuar solidariamente no pudo terminar con su cometido. Nicolás no es sĂłlo un tecnĂłlogo mĂ©dico que corre ultra distancias, sino que es un hombre de verdad.

Israel Escudero (Argentina) junto a su hija en la meta. LlegĂł a la meta luego de cronometrar 30:25:34 y quedĂł sĂ©ptimo en la general. Foto: MatĂas Donoso.
LlovĂa a chuzos y mientras esperaba a Andre, vi a Felipe Mena. Lo saludĂ© y cuando me viĂł puso cara de malestar. No supe que hacer pero elegĂ acompañarlo corriendo. Felipe iba terriblemente descarnado. Le preguntĂ© si iba bien (Felipe debĂa haber llegado a la meta hace horas) y casi de inmediato se desbordĂł contándome su travesĂa de 80K: lo mucho que se preparĂł, de los gastos del viaje desde Valdivia. Felipe estaba a la altura de la carrera. Pero unos problemas intestinales le dieron un golpe de gracia por el 30K y el muy cojonudo eligiĂł martirizarse los 50K restantes deshidratado, mal nutrido y con los mĂşsculos pulverizados por el maltrato. Estaba despedazado hasta el alma por el cansancio. Intentando consolarlo, autĂ©nticamente le dije que cuando uno se supera en el sufrimiento, el umbral del dolor es elevado y cuando se cruza por etapas duras, ya no lo serán tanto porque su cuerpo y alma han sido elevados en un nuevo nivel. Felipe viviĂł su purgatorio a elecciĂłn, ese dĂa se elevĂł en el olimpo del espĂritu.

Todo partiĂł el viernes 14 en la madrugada con la largada de la exigente categorĂa de los 160K. A las 6 am y bajo un ambiente de expectaciĂłn y simbolismo, las campanas oficiales del The North Face Endurance Challenge Tour anunciaban lo que serĂan dos dĂas plagados de emociĂłn, sorpresas y bastante barro. Foto: MatĂas Donoso
Me adentrĂ© más en el circuito esperando a Andrea y Loreto. Lejos, las vi corriendo a un ritmo sĂłlido y constante. Pasaron el Ăşltimo ascenso y sĂłlo les esperaba un falso plano para despuĂ©s bajar 1K hasta llegar a la meta. Andrea habĂa corrido muchos 160K. Era absolutamente fascinante verla tan entera, con ese humor Ăşnico que la intelectualidad de alguien como ella sĂłlo puede desarrollar. Andrea, la psicĂłloga con una biblioteca que yo sueño tener, es además una corredora de ultras amateur, porque amateur viene de amar y sin decir mucho, ella ama correr.
Endurance Challenge, la gran fiesta del trail, famosa por ser de las más duras del mundo, tiene unas historias que quiebran hasta al más rudo.

El ganador de la máxima distancia fue el chileno Oscar OlguĂn, quien durante 160 kilĂłmetros, 5 comunas de Santiago y casi 27 horas superĂł a 62 competidores de distintas partes del mundo.
Foto: Claudio Vicuña
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