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Recorriendo América con aceite de cocina

Carola Teixidó (33) y Víctor Millán (36) comenzaron la aventura de su vida en Julio de 2013, después de haber vivido un año en Canadá. Su objetivo: llegar desde Alaska hasta la Patagonia chilena en su casa rodante que funciona con aceite vegetal usado como combustible.

Texto y Fotos: Carola Teixidó y Victor Millán

La idea de este viaje comenzó hace algunos años atrás cuando vivíamos en San Pedro de Atacama y trabajábamos para el hotel Explora como guías. Nuestra intención, en esa época, era comprarnos una van y acondicionarla como casa rodante para así poder recorrer Sudamérica en algunos meses. Pero después de un tiempo nos cambiamos de trabajo y nos fuimos a vivir a Chiloé, por lo que el sueño quedó para una «próxima oportunidad”.

Disfrutamos mucho de la isla y de nuestro trabajo por unos meses, hasta que -de un día para otro-, Víctor fue despedido y tuvimos que replantearnos nuestro futuro.  Pensamos un par de alternativas, pero rápidamente surgió nuestro sueño pendiente y aumentado… “¿Vámonos a Canadá con la Working Holiday Visa y volvemos manejando?”, “¡Yaaaaa!” le dije yo. Y de ahí surgió el nombre con el cual bautizamos nuestro viaje: UpaChalupa!

en-la-dempster-highway

Vivimos un año en Canadá trabajando como guías en ATV  en el verano, llevando grupos de turistas a recorrer unos cerros boscosos y senderos de roca de los alrededores de Whistler y luego en el invierno, trabajamos en un Lodge de Crosscountry Ski, haciendo de todo un poco y aprovechando los tiempos libres para salir a esquiar.

Una vez expirada nuestra visa de trabajo, extendimos nuestra estadía en Canadá como turistas, convertimos nuestra camioneta diesel para funcionar con aceite vegetal quemado, equipamos nuestra camper con panel solar, juntamos nuestras cosas, ¡ y partimos rumbo a Alaska!

En el camino vamos parando por restoranes que  ofrecen comida frita y pedimos que nos regalen el aceite usado, que filtramos antes de echar al tanque, dejando el aceite limpio.

Senderos del Norte

Primero visitamos el Parque Provincial Garibaldi en British Columbia, que queda entre Squamish y Whistler. La entrada al Parque por el día es gratuita, pero se debe pagar $10CAD por persona, por noche, si se quiere acampar ahí.

Sendero-hacia-Taylor-Meadows

Nosotros decidimos quedarnos 2 noches para caminar con tiempo los senderos del Parque. El primer trekking que hicimos fue hasta el camping de “Taylor Meadows”: 8 kilómetros solo ida, 915 metros de desnivel. El sendero recorre bosques de pino en una subida constante, cruza algunos riachuelos (puente) y está muy bien señalizado. Es una ruta bastante popular ya que por este mismo camino se llega a Black Tusk (2.316 msnm), que es una formación rocosa con forma de colmillo. Este fue nuestro destino el segundo día.

El Camping de Taylor Meadows conecta cada sitio con un camino de tablas. Cuenta con baños secos, dos refugios para cocinar y lavar (no está permitido cocinar en los sitios de camping por la presencia de osos), un sistema especial para colgar la comida en altura, lejos del campamento y un arroyo de donde se puede sacar agua para cocinar.

Nuestro-campamento

La caminata al día siguiente fue más corta y menos inclinada. Subimos desde el campamento, solo con mochila para el día, hasta la base de Black Tusk: 5 kilómetros, solo ida, 750 metros de desnivel, en un trayecto maravilloso donde se atraviesan terrenos planos de pasto y flores, después de bosques de pinos, al subir un poco más se logran ver las montañas, glaciares y lagos y después el terreno se vuelve rocoso y más seco al estar en mayor altura. El sendero está muy bien delimitado y cuenta con señalética.

Volvimos esa tarde para desarmar campamento, y caminar aproximadamente una hora hacia el siguiente destino, el Lago Garibaldi, por un sendero en medio del bosque. Cuando llegamos al lago nos impresionó el color del agua y el paisaje que estábamos observando: montañas, glaciares y el lago turquesa frente a nosotros. Buscamos un sitio para armar nuestra carpa con vista al lago y salimos a explorar la zona. ¡Simplemente espectacular!

Garibaldi-Lake

Este camping también cuenta con baños secos y refugios para cocinar, lavar y almacenar la comida. Es más popular que el camping anterior, por lo que si se visita en temporada alta (Junio – Agosto) se recomienda reservar con anticipación.

Desde este camping, el regreso al estacionamiento (9 km) es prácticamente todo de bajada, por lo que se hace fácilmente en 2,5 horas.

Los Glaciares

Luego, visitamos Alaska, que tal como lo pensábamos, es un territorio salvaje, donde habitan un poco más de 730.000 personas y donde se puede manejar un buen rato sin cruzar ningún pueblo. En nuestro paso por allá, tuvimos la suerte de conocer dos Parques Nacionales.

Regresando-a-la-base

Primero visitamos  Kenai Fjords National Park, ubicado a 212 kms. al sur de la ciudad de Anchorage, camino al pueblo de Seward y en éste hicimos un trekking por el día hacia “Exit Glacier”.

El nombre de la ruta es “Harding Icefield Trail”, son 13,2 kms ida y vuelta y un desnivel de aproximadamente 1000 mts. Hay opciones de caminatas cortas para las personas que no quieran o no puedan llegar hasta arriba y deseen ver el glaciar. Entrada gratis.

Es una caminata bastante popular y nosotros además la hicimos un día sábado y más encima estaba despejado después de una semana de lluvia sin parar!

Acercándonos-al-final-del-sendero

La ruta comienza plana por unos 500 metros y después no deja de subir hasta llegar al final. Tiene un mirador espectacular a mitad de camino desde donde se puede ver grupos de excursiones caminando sobre los hielos (tour pagado con guía). Además es una buena parada para descansar, comer algo, tomar agua, etc. Al continuar, el paisaje cambia drásticamente, comienza el viento y al acercarnos al final de la ruta la huella se hace más y más estrecha.

Llegamos al final del camino. La vista desde allá arriba es impactante! Se logra ver la tremenda extensión del glaciar en 180°. Nos sentamos en alguna roca y disfrutamos de la vista, el silencio, ¡ y un merecido y ansiado sándwich!

La bajada es más rápida pero puede ser pesada para las rodillas, ya que varios sectores del sendero son escalones de roca.

El segundo Parque Nacional, Denali, es más famoso aún por su conocida montaña Mount McKinley (6.186 msnm), la más alta de Norte América, y por la cantidad y diversidad de vida salvaje que se puede observar: alces, osos negros y pardos, zorros, lobos, entre otros.

Vamos-subiendo-y-empieza-a-correr-viento

En este Parque sí cobran entrada (USD$10 por persona), pero como nosotros recorreremos más Parques Nacionales en Estados Unidos, era más conveniente pagar el Pase Anual por USD$80 para dos personas, por un año.

Ya era principios de Septiembre, pleno otoño y los colores del paisaje eran impresionantes. No era temporada alta, pero aun así, estaba LLENO de gente.

Para visitar el Parque, se puede hacer en vehículo personal sólo hasta la milla 16 y si se quiere ir más adentro, se debe pagar un bus del Parque cuyo valor dependerá de cuán lejos se quiera llegar. (Desde USD$26 hasta USD$115 dependiendo del bus).

Nosotros optamos por visitar hasta la milla 16 (25,6 kms) y logramos ver 2 alces bastante cerca en el camino.

Además hicimos un trekking corto, pero que vale mucho la pena para personas que vayan por el día: “Alpine Savage Trail”, 6,4 kms, 400 mts. de elevación.

llegando-al-punto-más-ventoso-del-trekking

Manejamos hasta el estacionamiento de Savage Cabin y comenzamos la caminata introduciéndonos en un bosque de arbustos al lado de un río. Luego empezamos a subir por la ladera de un cerro hasta llegar al punto más alto a mitad de camino, donde es más rocoso y muy ventoso. La vista es espectacular. Luego seguimos bordeando el cerro y llegamos a una cresta bastante expuesta, para después seguir bajando por un sendero de peldaños de rocas.

Una vez en la base, esperamos el “bus verde” del parque para que nos llevara de vuelta a nuestra camioneta, que es gratuito y funciona como acercamiento.

Hasta el momento ha sido un muy buen viaje, hemos visitado lugares maravillosos y conocido gente muy generosa y acogedora en el camino. ¡Estamos ansiosos por seguir recorriendo y explorando más rincones de nuestro continente!

Al-comienzo-todo-es-uy-verde