El argentino Israel Escudero practicó por 15 años triatlón, pero desde hace solo dos se dedica al trail running. El trasandino, que vive actualmente en nuestro país, ya ha conseguido grandes resultados: fue el ganador de la maratón en la Antártica, en la que participaron 56 corredores de todas partes del mundo y en las que había temperaturas de -15 grados. Escudero es parte del equipo de The North Face.
Entrevista: Teresa Arnaboldi
¿Cómo te iniciaste en este deporte?
Siempre hice deporte, desde los 4 años acompañaba a mi papá a practicar básquetbol y fútbol. A los 13 años descubrí el triatlón y pensé dejar el colegio, pero mi madre no me dejó porque consideraba que era un deporte muy individualista así que me puse a jugar básquetbol. A los 18 retomé el triatlón. Vi una nota de una carrera, me inscribí y me encantó. Estudié Nutrición un año pero la dejé y me fui a vivir a Barcelona para dedicarme al triatlón.
Allá vivían unos tíos y me quedé 15 años en esa ciudad. Hace dos años viajé a Argentina con la idea de distribuir productos, me metí en una carrera de trail para probar y me di cuenta de que era como renovarme, me había cansado de entrenar para la triatlón y por eso lo había dejado. El trail tiene una onda más natural y relajada, eso me enganchó.
¿Cuáles son las principales diferencias entre el trail running y el triatlón?
Estos deportes de mucha resistencia e individualismo son bastantes parecidos ya que requieren de disciplina diaria. Yo venía con la cultura de entrenar, de querer superarme todo el tiempo ya que el triatlón tiene metas grandes pero las del trail son todavía mayores ya que las distancias son más largas, extremas y duras. Las diferencias están en un nivel más general, el triatlón es más urbano, el trail se da en un ambiente más natural, y eso me permitió seguir con esto, la naturaleza me enganchó.
¿Cómo llegaste a Chile?
Me vine a Santiago porque soy representante de algunas marcas y Chile era el mejor lugar para trabajar con esos productos. Además es increíble vivir en un lugar con montañas y poder correr en cerros.
Aquí te uniste al equipo de The North Face
Sí, antes de venir a vivir a Chile fui a correr a Curacautín y ahí conocí a integrantes del equipo de The North Face Running Club. Cuando me radiqué aquí comencé a entrenar con ellos, sin pensar que esto iba a ser mi profesión. En el Endurance Challenge del año pasado había una posibilidad de que participara con la marca y usaron esa carrera como medición; era mi primer ultra 80 y quedé tercero. El 1 de enero de 2013 empecé a formar parte de The North Face.
¿Cómo te preparas durante el año?
Los primeros días del año planifico las carreras que serán más importantes y creo un programa para llegar bien a esos eventos. Ocho semanas antes de la carrera realizo una preparación física y mental muy estructurada y durante el año mantengo un entrenamiento estándar. Durante esas ocho semanas me centro solo en la carrera que viene. Hago ejercicios con determinados niveles de intensidad y varias horas de entrenamiento y voy sumando horas en estos dos aspectos. Durante la primera semana hago fondo de una o dos horas y la última semana practico de 6 a 7 horas diarias.
¿Entrenas en algún lugar especial?
Voy al gimnasio pero siempre intento ir a la montaña. Mi lugar preferido es el Huinganal y el Parque Mahuida, donde me ejercito como si estuviera en una carrera. Es muy importante también entrenarse en el aspecto sicológico y para eso hay que visualizar los circuitos. Se supone que la octava semana uno debe tener la carrera metida en su disco duro. Cuanto más práctica tienes, más clara es tu película, ya la viste muchas veces, la visualizaste parte por parte, sobre todo los sentimientos y sensaciones que vas a tener el día de la carrera.
¿Sigues una dieta especial?
Nunca me he cuidado mucho con la comida, pero siempre me he alimentado bien. Desde hace dos meses me convertí en vegetariano, mi rendimiento es mucho mejor y tengo la sensación de estar más liviano. La proteína vegetal es mejor, tiene menos grasa y el cuerpo está más fino. En el aspecto que más dudaba era en la recuperación, no sabía si evitando la carne me iba a recuperar bien, pero a nivel vegetal hay mucha proteína. El primer cambio que noté fue que bajé unos tres kilos, te desgrasas pero quedas más fino. Cada vez hay más corredores de elite que están eligiendo ser vegetarianos y les va bien. Mi novia es vegana, con ella he ido aprendiendo mucho, y sobre las mezclas de alimentos para suplir las proteínas animales.
¿Cómo es el día previo a la carrera?
Las carreras de 80 K empiezan muy temprano, por lo que la noche previa es bastante complicada. Intento acostarme temprano para dormir cuatro horas pero no es fácil conciliar el sueño. En ese aspecto los días previos intento llegar con el cansancio justo. El día anterior como muchos hidratos de carbono, papas y bananas. Me despierto a las dos de la mañana, como algo y en el lugar de la carrera me muevo un poco para activar el cuerpo pero no se hace mucho para entrar en calor en este tipo de carreras.
¿Cómo planificas tus corridas?
Siempre fracciono la carrera mentalmente y la divido en tres partes, como si cada parte fuera una carrera diferente. Al fraccionarla haces que tu cabeza no piense que, por ejemplo, todavía te quedan 60 km para llegar a la meta, lo que es una tortura. Así ya sabes lo que falta y lo que hiciste. Te conoces mucho, tu cuerpo, cuánta energía te queda, si tienes que comer, parar, estirarte. Esas cosas se aprenden mucho con el entrenamiento.
¿Cómo se aproxima alguien que nunca ha corrido a las carreras de trail?
A las carreras de montaña o carreras largas hay que tenerles mucho respeto. Lo más aconsejable es realizar un entrenamiento y sumar kilómetros muy gradualmente. Es importante ponerse metas anualmente. Por ejemplo el primer año correr 5k. Con eso, se intenta que el máximo de una carrera año tras año no supere el 100 % de tu rendimiento. Si este año fuiste capaz de correr 10k el próximo no más de 20k y el siguiente no más de 40. Hay personas que se meten en este deporte sin conocimiento de su cuerpo, se exigen más de la cuenta y se lesionan. Lo ideal también es tener a una persona que haga un entrenamiento planificado y personalizado.
¿Cómo fue tu experiencia en la maratón de la Antártica?
Fue increíble, nunca tuve como sueño ni como meta ganar esa carrera, pero después de que me invitaron quedé enamorado de la Antártica. Esa maratón es distinta a cualquier otra por el frío y el entorno y en todo momento te alucinas con los paisajes. Corrimos un circuito que en cualquier otro lado hubiese sido aburrido. Tuvimos que hacer seis veces uno de 7 km, pero en la Antártica cada recta era diferente, corrías con pinguinos, veías las bases de cada país… La carrera era de 42 km pero todos hicimos una vuelta menos porque el cielo se estaba cerrando y nos dijeron que en media hora teníamos que estar en el avión así que partimos todos corriendo a subirnos. ¡Espero con muchas ganas ir el año que viene!