La visita en diciembre de 2013 del escalador brasileño Raphael Nishimura y su demostración en Mall Sport fue lo que inspiró a Elvira a escalar. Ambos deportistas tienen distonía, una condición que afecta el sistema nervioso central y que genera movimientos repetitivos involuntarios. Elvira se lanzó a entrenar una disciplina que nunca había practicado y acaba de obtener una medalla de bronce en el Mundial de Paraescalada en Gijón; aquí conversamos con ella, sobre su vida y sus motivaciones en esta nueva experiencia.
¿Cómo te ayudó conocer a Raphael Nishimura?
Con la distonía, como en general uno no camina mucho, las piernas son muy débiles. Uno tiene movimientos involuntarios y es muy complicado coordinar el cuerpo para caminar. Al principio andaba en silla de ruedas y no tenía piernas, no tenía musculatura. Con la escalada y con el trekking ya soy un poquito más fuerte, y eso era lo que Raphael me decía: él hace también bicicleta, y mucho más boulder. Lo que sí, usamos top rope en el boulder, para no caer mal, con movimientos que nos pueden hacer, por ejemplo, caer de cabeza. Entrenar boulder me permite tener mayor impulso. Yo soy más chica que él, mido 1 metro 54, y él es más alto y no le cuesta dar pasos largos. Hay toda una técnica que uno tiene que adaptar a cada discapacidad.
¿Y cómo se adaptan para escalar en el mundial las personas con otras discapacidades?
En categoría visual, los competidores van con audífonos, y cuando leen la ruta, les mueven las manos como para que se memoricen la secuencia de movimientos. Les van diciendo “un poquito más allá, a la derecha, agárrala así, de lado. Para el caso de los parapléjicos, solo son los brazos. También está el caso de los amputados de brazos que tienen una técnica heavy. Amputados de piernas es más fácil, tienen prótesis y se van apoyando, como Urko Carmona que es tetracampeón. Hay muchas categorías, ¡este año eran 10!
¿Cómo te ha ayudado la escalada en temas de tu vida diaria?
Me ha ayudado mucho a caminar más, igual que a mejorar el equilibrio porque me caía mucho, y ya no tanto. Tengo más conciencia corporal y al escalar a veces siento que la distonía no está y se va. El elongar constantemente me ha ayudado, ¡antes no elongaba! Hago harta preparación física y ahora estoy buscando un kinesiólogo también, para trabajar mejor las piernas.
¿Qué cosas nuevas has podido hacer?
Me he atrevido a hacer trekking; nunca en mi vida había hecho porque me canso mucho y necesito apoyo. También he hecho escalada en roca, la gente que va conmigo me tiene que ayudar igual al acceso, llegar a la roca y puntear las vías. Pero tengo un grupo de apoyo, Maquehua, en el DAV (Club Alemán Andino) que me llevan y me ayudan. Igual a veces me da miedo hacer trekking, porque me paso el rollo de que voy a atrasar al resto; pero después saliendo con gente montañista, que va más calmada y tranquila, ando mejor. A veces también cuando estoy muy cansada me cuesta la comunicación y modular.
¿Qué deportes habías practicado antes de la escalada?
Hice equitación y tuve un buen resultado. Es un deporte donde aprendí a trabajar también las piernas, y desarrollar la musculatura, pero llega un punto en que es muy caro. Eso era cuando estaba con mis viejos, pero yo ya estoy independizada y con plata que usaría en eso me quedaría nada. En escalada como tengo auspicio ya no me cuesta tanto hacerlo. Además he hecho buceo y surf un poco, también bodyboard. Pero me quedo con los caballos y la escalada, me gusta más salir.
¿Cómo fue que partiste prácticamente de inmediato con una orientación a competir?
Cuando estuve con Raphael, que estuvo en el Mundial y me contó sobre sus experiencias como vicecampeón, todo me llamó la atención mucho. Además vi que en Chile no había paraescalada. Él llegó y me invitó a que subiera el muro; yo subí y la verdad, ¡sentí que era tan fácil! Y eso sin zapatillas, casi sin nada de equipo. Raphael me dijo después, ¡vamos! Justo coincidió con que tenía que rehabilitarme, y mi kine me dijo que hiciera pura escalada y nada más, ya que con eso trabajaba todo el cuerpo. Y eso hice, y avancé. Estaban todos muy escépticos con mi participación en el Mundial; el Diego Tapia -entrenador de Gimnasio El Muro- me decía “Si, ya, demás…” Eso hasta que saqué pasaje y le dije “¡Vámonos!”. Yo estoy también con Entrenamiento Mental (de Sergio Miranda) y me decía que no fuera a esperar medalla sino a aprender. Pero la medalla salió y además yo disfruté mucho.
¿Cómo viviste personalmente el Mundial?
Los campeones me decían que me enfocara en disfrutar la ruta y no tanto en competir, porque sino pierde el encanto y no es agradable. Lo que más le llamó la atención a todo el mundo cuando yo escalaba es cómo bajaba. Todos lo hacían frustrados cuando se caían y yo me caía feliz, porque me encantaba la ruta y tenía nuevas experiencias. Conocí a gente de paraescalada -que aquí no hay-, y todos te ayudan y todos te apoyan, porque somos tan pocos… ¡es una comunidad muy unida!
¿Te tocó conocer historias de superación interesantes?
Conocí a una británica que se cayó en roca, y escalaba de muy chica. Ella tuvo una lesión en la cuarta vértebra y quedó tetrapléjica. Recuperó su movilidad de brazos, luego de trabajarlos mucho. Es como yo: ella tiene más brazos que piernas, pero se mueve mejor que yo. Fran Brown es su nombre y si la buscan en YouTube van a encontrar todos sus videos. Ella también es baterista, hace skydiving y escalada
¿Y qué experiencias has tenido al aire libre?
Hace poco fui a San Pedro. Yo estaba rallando la papa con Socaire hace mucho tiempo, con la María Paz Krahl. Y como mi pareja también trabaja en Calama, fuimos de paseo con unos amigos de ella y con la gente de Primer Pegue. Me faltó un poco el aire, pero fue increíble. Hay que tener cuidado, porque te apunas y andas un poco cansado. Pero me encantó. Además en la roca es tu ruta; me gusta porque es más naturaleza, más montañismo. Aquí en Santiago, en general, vamos todos los sábados a roca con el grupo Maquehua, que es el de Jorge Harlowe y María Paz, que siempre me llevan y me ayudan. Jorge ha sido la raja conmigo y me ha enseñado todo lo que sabe, y me está inventando un curso para que puntee en roca. Los dos organizan salidas a roca o de trekking.