En este video el fotógrafo Paul Nicklen explicó como fue el encuentro con un leopardo marino hembra. El animal tenía la cabeza más grande que un oso grizzly y agarró su cámara y la cabeza del fotógrafo dentro de su boca. Pero en vez de hacerle daño, el animal empezó a alimentarlo. Comenzó a traerlo pingüinos, primero vivos, luego muertos, tal vez suponiendo que él era un «depredador inútil en su océano.»