Con su riqueza escénica, exquisita gastronomía, música, baile y mucha aventura, Venezuela es un lugar para todos los gustos. Su especial condición geográfica, permite saltar de la selva tropical lluviosa con formaciones rocosas milenarias, hasta la cálida costa del Caribe, caracterizada por sus aguas cristalinas, manglares y coloridos atardeceres; de allí, adentrarse sin pensarlo al llano barinés, cuyos ríos torrenciales permiten la práctica del rafting, y en sus hatos, la contemplación de aves, anacondas, caimanes, capibaras, y otras especies.
Texto y Fotos: José Manuel Jiménez y Reicni Zambrano.
En noviembre de 2014, junto a un grupo de periodistas y fotógrafos internacionales, recorrimos por quince días este país y quedamos maravillados Para quienes deseen un viaje en un destino con múltiples opciones y bajos precios , les presentamos una gama de rincones escogidos minuciosamente:
Uno de ellos es Canaima: para empezar, es necesario dimensionar el tamaño del Parque Nacional Canaima y así comprender su extensión, que es similar a la Región del Maule en Chile. Al planificar nuestro viaje debemos definir qué partes del parque queremos conocer y cuál es la forma más adecuada de ingresar; si la elección es visitar la Laguna de Canaima, la forma más simple de llegar es vía aérea, por tierra significa una travesía tan extensa y compleja que pocos se atreven a experimentar.
Lo más común es pensar que vamos a un lugar recóndito del planeta sin muchas comodidades pero contrariamente, encontramos un poblado bastante limpio y organizado que ofrece variedad de lodges donde hospedarse, excelentes instalaciones con cómodas y amplias habitaciones, comida típica, excursiones para todos los gustos y gente cordial. Durante nuestro viaje alojamos en el Campamento Venetur, cuyos precios son bastante económicos (visita www.venetur.gob.ve), pero hay opciones más cómodas por precios que para nosotros en Chile, siguen siendo muy bajos, el Campamento Waku Lodge por ejemplo, brinda atención de primera calidad (visita www.wakulodge.com).
CASCADAS QUE DAN LA BIENVENIDA
El Campamento Canaima, no sólo es famoso por el recorrido que ofrece hacia el Salto Ángel, existen otros de menor altura con su encanto único y similar belleza, como lo son: El Hacha, Wadaima, Golondrina y Ucaima; los cuales observamos al llegar al lugar como una bienvenida magistral, acompañados por los Tepuyes Nonoy (Zamuro,) Kuravaina (Venado) y Topochi (Cerbatana). Perfecta combinación que se convierte en un espectáculo para los sentidos y un adelanto a lo que se nos viene.
Para ir a los saltos más pequeños, recorrimos la laguna en curiara, una canoa larga de entre 3 y 8 metros construida por indígenas, tallada y ahuecada desde un solo árbol. Lo ideal es viajar en verano (entre diciembre y mayo), en estos meses el caudal de agua disminuye y permite la posibilidad de pasar caminando por debajo del Salto El Hacha, las cámaras contra agua son 100% recomendables, o también es buena idea llevar bolsas secas.
Luego vendría nuestra visita al Salto del Ángel. Esta cita obligada inicia antes de salir el sol (a las 4:00 am aproximadamente) por dos razones: primero, llegar hasta el mirador del Salto Ángel a tiempo para sentarse a mirar la imponente caída de agua más alta del mundo de 979 mts, la cual emerge desde lo más profundo del Auyantepuy (montaña del infierno), y en segundo lugar para estar de vuelta en el Campamento Canaima antes de que oscurezca.
Con las sábanas aún marcadas en el rostro pero motivados por la curiosidad de experimentar lo desconocido, iniciamos la aventura en Curiara contra la fuerte corriente del Río Carrao y luego por el Río churún, en compañía de guías Pemones, indígenas locales quienes con su sabiduría y conocimiento de los ríos, dan plena seguridad, respetando en todo momento la madre naturaleza. Son tres horas y media de adrenalina a millón, nos costaba creer que estábamos adentrándonos en un territorio ancestral, cuyo misticismo te llena de paz y asombro, no paramos de sorprendernos ni un segundo observando los milenarios Tepuyes (Morada de los Dioses en Pemón), montañas que son consideradas las formaciones expuestas más antiguas del planeta compuestas por arenisca, cuarcita y un poco de pizarra. Los Tepuyes son famosos también por sus mitos, leyendas y por ser hábitat de innumerables especies de flora y fauna silvestre.
TREKKING EN LA RECTA FINAL
Si piensan que después de tres horas y media navegando río arriba llegan al ansiado destino, el desafío apenas comienza, un trekking hacia el mirador del Salto Ángel de aproximadamente una hora nos esperaba. Durante esta caminata por el bosque se nos ocurrió ponernos los audífonos y conectarlos a grabadoras con micrófono omnidireccional, en muchos puntos del recorrido nos detuvimos y cerrando los ojos, pudimos recrear una imagen tridimensional en nuestra mente de todo lo que había en el entorno, sentir la naturaleza de esa forma es algo realmente indescriptible, cada sonido, cada canto, el movimiento de los árboles, el viento, el aleteo de un ave, el agua, la energía y vida fluyendo alrededor, es extraordinario.
Para este recorrido se recomienda llevar zapatos con buen agarre para no resbalar, pues los árboles tienen las raíces expuestas y cubiertas por musgo, ya que están insertas en un bosque húmedo y aunque parezca algo obvio, también es recomendable llevar baterías bien cargadas o de repuesto, el viaje esta lleno de exuberante vegetación y paisajes que bordean lo irreal, por lo que se necesitan buenas provisiones; durante el regreso si tienen suerte, podrán observar rayos sobre los Tepuyes, en estos casos no es una buena idea usar trípode de metal.
Finalmente en la cima del mirador, en la ensordecedora calma de esta creación divina llamada en lengua nativa Kerepakupai Vená, pudimos agradecer a la fuerza universal por permitirnos la oportunidad de contemplar esta maravilla sin igual, un manantial que recarga de energía positiva el cuerpo y purifica el alma, haciéndonos sentir en paz con nosotros y en armonía con el planeta; en este punto no se piensa en el cansancio, pues nada importa más que vivir el momento.
Entre los manglares de La Restinga
El Parque Nacional Laguna de la Restinga creado en el año 1974, se ubica en la Península de Macanao, uniendo el lado oriental y occidental de la Isla de Margarita. Este maravilloso oasis vegetal, se encuentra rodeado por bosques con cuatro tipos de manglares cuya generosa biodiversidad permite que coexistan muchas especies de flora y fauna.
Un recorrido en tapaitos (botes techados para resguardarnos del sol) a través de laberintos de manglares, nos permitió entrar en contacto con la naturaleza en todo su esplendor. En la tranquilidad de su entorno te olvidas de las bulliciosas ciudades de inmensos centro comerciales, discoteques, bares, casinos, bocinas y tráfico; aquí los atractivos consisten en la observación de sus 107 especies de aves (pelícanos, garzas tricolor, garzas azules, flamencos, águilas pescadoras, entre otras), además se pueden contemplar caballitos de mar, medusas y cuatro especies de tortugas marinas que anidan en sus playas.
Al final del recorrido lacustre llegamos a una larga playa de 22km, donde deleitamos exquisitos platos típicos hechos con frutos frescos del mar. Después de la sobremesa, nos arrancamos para disfrutar de la siguiente aventura.
KAYAKEANDO HACIA LO INESPERADO
Desde la playa La Restinga, la empresa Kayak Margarita nos recibe y traslada al sector donde se ubica su operación, allí nos entregan los equipos de seguridad y proceden a dictar una clara inducción sobre cómo manipular los kayak sit-on-top.
La entrada a la laguna es compleja, sobre todo para los inexpertos en este deporte, se ingresa por un túnel angosto de manglares donde hay que esquivar sus raíces para evitar hacerles daño, superado el obstáculo te encuentras con un sector abierto que es escenario de una biodiversidad sin igual.
Dependiendo de la época del año, se pueden ver las distintas etapas de crecimiento, anidación o migración de las aves, en particular los curiosos pichones de pelícano. Bajo nosotros nadan medusas, caballitos de mar y distintos tipos de peces que desfilan ágilmente permitiéndonos observarlos; la profundidad del agua no supera el medio metro y la visibilidad es perfecta para el uso de cámaras submarinas.
De pie en los kayaks (algo no recomendable para inexpertos), la visibilidad a esa altura nos da una perspectiva muy distinta de la laguna, pudiendo obtener increíbles fotografías sobre la fauna y flora marina; no desesperes si no llevas cámara fotográfica, al finalizar la excursión los dueños y operadores de la empresa toman tus datos para enviarte las imágenes.
Una sorpresa por parte de los organizadores nos mantiene a la expectativa, no pensábamos más que en remar para descubrir esa sensación inexplicable que prometen al inicio del recorrido; ya por sí sola, cada especie nueva que te topas te deja boquiabierto. Tiempo después (45 min. aprox.) divisamos entre las ramas de los manglares tonalidades rosadas, acompañadas a su vez de un fuerte alboroto, atravesamos el último túnel como intentando descifrar qué estaba pasando y como arte de magia, aparecieron ante nuestros ojos infinidad de Flamencos a menos de 70 metros, es un espectáculo que vale cada palada.
Esta actividad aunque tiene una duración programada de 2 horas, y puede ser flexible si se acuerda previamente. Para los birdwatchers, recomendamos una excursión más bien privada o con grupos pequeños, de esta forma podrán sacarle mayor provecho al lugar. El cansancio luego de la actividad prácticamente no existe, hay exceso de oxígeno en la zona de la laguna y los manglares, por lo que tu cuerpo te lo agradecerá; la actividad en sí es una terapia para el cuerpo y alma. Lo importante es andar siempre con un buen sombrero, bloqueador solar y muchas ganas de pasarlo bien, visita (/www.facebook.com/kayak.margarita).
Datos Turísticos
DONDE ALOJARSE:
Hotel Isabel La Católica, en Pampatar (www.hotelisabellacatolica.com).
Lidotel Sambil (www.lidotel.com.ve).
Hotel Venetur (www.venetur.gob.ve).
DONDE COMER:
100% recomendado el Restaurante del Hotel Isabel La Católica.
Hotel Sunsol Punta Blanca, en Isla de coche (www.sunsolhoteles.com/puntablanca).