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En Magallanes: Ultrafiord 2016

Tito Nazar nos cuenta su historia en esta duro evento de trail running, donde se desafió a correr 70K, explicándonos también su punto de vista sobre lo que significa ser autovalente en una carrera en estos hostiles confines de la Patagonia.

Texto: Tito Nazar
Fotos: Graciela Zanitti- iloverunn.com

Ultra Fiord (UF) hace charlas en varios países del mundo. Previo a inscribirme para correr mi última carrera, la Ultra Trail Torres del Paine, hubo una plática donde se tocó casi sin querer la Ultrafiord 2016. La UF se me incrustó en los ojos por siempre… y sólo sabía que debía correr los 70 K. Como la carrera es tan grande en términos mediáticos, si uno la estudia huele que es un evento internacional. El sitio web tiene un e-book con testimonios y fotografías, donde el comentario general es que el evento tiene una maravilla escénica épica, sumado a rudeza titánica de la Patagonia austral, a sólo 1500 K de la Antártica.
Barriales por mil, viento seguro y precipitaciones, eso se pronosticaba para los días de la carrera. Se podía sentir una tensión en el aire nunca antes percibida por mí en otras carreras: Ultra Fiord sonaba a algo salvaje y duro. Quien no asuma tal cosa se está metiendo en un desafío mayúsculo que le puede traer sorpresas contrarias.

Últimos metros para la meta de los 50/70 K. Después vendría un río de unos 10 metros de ancho, cruzando hasta las rodillas. ¡El último toque de las gélidas aguas patagónicas para éstas categorías! Foto de Graciela Zanitti

Últimos metros para la meta de los 50/70 K. Después vendría un río de unos 10 metros de ancho, cruzando hasta las rodillas. ¡El último toque de las gélidas aguas patagónicas para éstas categorías! Foto de Graciela Zanitti

Silencio y Nieve
Aún me considero más montañista que corredor. He visto gente en carreras que no tiene conocimientos de orientación, se meten a proyectos que les quedan muy grandes, no conocen de meteorología y muchas veces no son auto-valentes en la naturaleza. Van al cerro con amigos y en las carreras, por tanto si un puesto de abastecimiento no está (por dar un ejemplo), lo pagan mucho más caro que gente más experimentada en el cerro.
La montaña es un templo hermoso, que en su vertical presenta satisfacciones de tantas maneras como cantidad de personas hay en el planeta. En lo personal el circuito de UF fue de esas experiencias con mucho más sabor de lo que se vive en otros circuitos.
El sendero en general era de infinitas bajadas y subidas, pero cortas, permitiendo correr mucho. Una particular trepada fuerte, previo a la altura máxima (840 msnm) sería la zona de más exposición a los elementos cabrones de la Patagonia; sería un punto clave para el desenlace camino a la meta.
Tuve el gusto de correr con José Miguel de la Fuente (CHI) y Jordi Tosas (ESP). Al pasarme una vez me dice “tranquilo” y sigue su curso con un movimiento de manos muy peculiar y el ritmo más constante que haya visto en subidas-bajadas-plano.
Un sendero súper bien marcado que me dejaba contemplar el paisaje. Bosques tupidos otoñales rojizos, naranjos y verdes con una humedad altísima, con copos de nieve pequeños, de esos que caen lentamente como en las típicas películas japonesas, el piso acolchado por las hojas caídas.
En el bosque poco molestaba el viento, pero a la poca exposición se aparecía una sensación térmica del terror. El aire frío y penetrante, el silencio y la nieve cayendo casi toda la jornada darían un romanticismo a la carrera que me tendría embriagado de emociones profundísimas.

El otoño había llegado a los Fiordos y a pesar que las nubes no dejaban ver todo, se acoplaron al sol en tonalidades infinitas de tenues colores. Foto de Graciela Zanitti

El otoño había llegado a los Fiordos y a pesar que las nubes no dejaban ver todo, se acoplaron al sol en tonalidades infinitas de tenues colores. Foto de Graciela Zanitti

Sobredosis de Belleza
Se viene una trepada dura pero de suelo firme; le pongo algo fuerte porque el cuerpo me pide darle a tope, llego a la parte alta, y un plano con un puesto de abastecimiento. Espero a José Miguel, y él toma el frente mientras Jordi aparece de nuevo. Viene un sección preciosa con un entorno tan verde que es para mirar y escuchar por horas. Un cruce de río y de nuevo a trepar por pendientes suaves y cortas. Empiezo a pillar gente de las 100 M, 100 K y 50 K. Viene por fin otra subida fuerte y se nota rápidamente que la temperatura baja, anticipo que viene la temida zona montañosa por lo que, mientras camino, para no enfriarme, voy colocándome la tercera capa y mi bandana. JM y Jordi quedan algo más atrás.
La salida de la foresta a la montaña es abrupta y hostil. El viento empieza a pegar, trayendo consigo nieve que está en el piso y que también cae de las nubes, que están no mucho más arriba. Comienzo caminando para tantear el terreno, pero al llegar al plano veo que es corrible, por lo que elijo ponerle fierro para bajar y estar más protegido de los fríos.
El paisaje es tan bello. Nadie levanta la cabeza, muchos caminan, no supe cómo podrían caminar con tanto frío. Estamos metidos en los macizos mismos y a la derecha tenemos un glaciar digno del olimpo. A pesar de que las nubes cubren mucho, la belleza es absolutamente majestuosa. Los fiordos están esculpidos por los artistas más virtuosos del universo. UF entrega una sobredosis de belleza realmente única en el mundo.
Avanzando por la parte más alta, rocosa y nivosa del circuito, por fin se pierde altura entrando en zonas vegetales, comenzando con matas y árboles bajos que van ganando altura y grosor en sus troncos a medida que la altimetría se acerca a cero. La zona es altamente resbalosa, húmeda y divertida. Pero aparece el barro y mientras lo esquivo comienzo a asumir que ésta es la famosa zona que tanto vi en libros y escuché de la boca de la gente, por lo que pronto elijo poner el pie donde sea con tal de bajar rápido y no enfriarme. Si corro genero más calor y no importa cuánto me moje los pies, el cuerpo haría su parte mientras mantuviera el movimiento.
Bajando sorteamos un valle que llevaba un río con un agua maravillosa, digna de la Patagonia indómita. Paré un par de veces a abastecerme de ella… ¡demasiado tentador!

 ¿Aguantaré el frío en los pies hasta el final? De la zona montañosa venía una bajada tan mojada, que entre hojas y ramas y barro, la cosa se volvió técnica. Acá el primer cruce de río con cuerda

¿Aguantaré el frío en los pies hasta el final? De la zona montañosa venía una bajada tan mojada, que entre hojas y ramas y barro, la cosa se volvió técnica. Acá el primer cruce de río con cuerda

Con responsabilidad
El encanto de UF es ciertamente una cosa de otro nivel. Algunas carreras son para pasar un rico momento, otras son para desafiarte al extremo por el entorno inhóspito, otras tienen un poco de todo. Aquí estamos hablando de una carrera dura, no para principiantes; como desafío es una carrera hostilmente brutal.
Muchos saben que en la presente edición murió un corredor de 100 Millas: Arturo Martínez. En los medios locales se han fundado una cantidad de opiniones infinitas, para estar leyendo días. Es por lo anterior que me abstengo de estar del lado del corredor o del lado de la organización, o más políticamente decir que es culpa de ambos sin “buscar culpables”. Sí me atrevo a agregar que creo, firmemente, en la consolidación de distancias; creo que un corredor debe meterse en tramos que le acomodan y casi le quedan chicos. Ultra Fiord es una carrera para gente preparada, para gente que entrenó responsablemente para la distancia elegida. La pregunta que deberíamos hacernos ante cualquier carrera es: ¿soy capaz de autovalerme, en caso de emergencia, por 24 horas o más? Si la respuesta es no, hay que bajarse de distancia y así sucesivamente, hasta que la respuesta sea un sí. Es muy peligroso confiar en que los organismos te rescaten. Es una opción, pero a mi forma de ver, muchos runners sin puestos de control, mapas y charlas técnicas poco podrían hacer por ellos mismos en las distancias que se meten y eso los hace, desde ya, .un peligro para sí mismos y la organización. Invito al lector en concentrarse en la auto-valencia y consolidación de distancias antes que ponerse en manos en terceros.
Estar fuera de la zona confortable requiere preparación muy seria. No estoy culpando a nadie. Sólo reflexiono qué puedo hacer yo para evitar depender del resto y evitar al máximo esperar ayuda externa y cruzar los dedos que me puedan salvar de mi apuro. Ultra Fiord fue una carrera que pienso repetir.

El frío, atacando por la lateral, nunca cesó. Moverse rápido era la clave para poder disfrutar del paisaje, mientras más lento el ritmo, de seguro más el sacrificio para salir de ahí

El frío, atacando por la lateral, nunca cesó. Moverse rápido era la clave para poder disfrutar del paisaje, mientras más lento el ritmo, de seguro más el sacrificio para salir de ahí


 

Agradecimientos
Agradezco a Volkanica Outdoors por apoyarme para ir a la carrera