«Podría hablar de los cursos que he realizado, o de los viajes al medio de la nada, pero creo que lo más importante es saber lo que a uno le gusta, descubrirlo y tomar la decisión de hacerlo con las consecuencias que eso lleva». Te invitamos a conocer el trabajo de este fotógrafo.
Tenía 20 años cuando comencé en la fotografía (hoy tengo 41), y rectificaba motores de autos -me encanta la precisión-, pero tuve la suerte de que me llevaran 3 meses de vacaciones a España. Andaba contento, con una cámara pocket y una reflex que me habían prestado, registrando todo lo que veía, como un mecánico perdido en Europa; cuando llegué a casa corrí a revelar los rollos y, al entregármelos ¡la decepción fue tan grande!.
Nada de lo que había mirado quedó retratado en las fotos, y esto fue el puntapié para decirme: “voy a estudiar fotografía”
Al mismo tiempo que estudiaba, trabajaba; que una revista de bicis, algún matrimonio, que alguna propaganda. Era mecánico de Trek Bicycles Argentina de día, y fotógrafo de noche y los fines de semana. Llegué un día al trabajo, agarré una llave para empezar a ajustar la bici… me quedé parado un segundo, subí donde mi jefe y le dije que me disculpara, que no trabajaba más, que iba a ser fotógrafo.
Me tiré de guata a este trabajo, que me da tantas satisfacciones, vivo full time de la fotografía desde el año ‘98, y no me deja un minuto sin sonreír. Me hizo dar cuenta de que las cámaras, lo que estudies, lo material, no es nada cuando la luz te elige para que la fotografíes, y lo que es mejor, quiero seguir haciendo esto hasta que mi corazón pare de latir. No importa que haya delante de mi lente, una boda, un paisaje, un corredor o un reportaje, una vaca o un político, siempre la fotografía me va a buscar, solamente tengo que tener los ojos bien abiertos.