Dr. Rodrigo Venegas Arancibia (Biofísico – Fisiólogo del Ejercicio)
Como no había hecho frío como para estimular mi inspiración literaria ni como para animar al lector a darle gran importancia, he dejado pasar el tiempo esperando lluvias. Y pensando en esto, caigo en la cuenta de que debería considerar más el excursionista inadecuadamente preparado para enfrentar la hipotermia que salir de casa con tormenta, super bototos, parka de pluma.
Dicho y hecho, este fin de semana pasado voy de médico rescatista todoterreno al mountainbike La Vacada, salgo muy temprano desde Viña en manga corta y con un viejo y delgado polerón. Al volver a Santiago veo escarcha y al bajarme de la camioneta en Hualquén a las 8:30 am i me dio frío, el polerón no me sirvió de mucho y rápidamente recordé todas las recomendaciones que ahora trataremos.
Lo primero es dejar muy en claro que hipotermia se puede dar en cualquier época del año y en cualquier lugar. Suele ser peor cuando nos encuentra mal equipados y confiados en que nada malo puede ocurrir. Es cosa de recordar miles de ciclistas mal preparados para la “Dinosaurio Blanco”, nevando en pleno diciembre un par de años atrás, en el recorrido hacia Termas del Flaco y todos con ropa de verano.
Yo mismo he peleado contra el frío pedaleando en el altiplano de noche, remando en el sur en temporales o sendereando por la cordillera vestido con lo justo o un poco menos de lo que sería considerado “adecuado” para la ocasión, principalmente por un motivo de restricciones de peso y volumen transportado algunas veces y por descuido en otras. Doy gracias a Dios, al conocimiento aprendido, y toco madera, siempre he salido muy bien librado.
Los kilos de peso transportados tienen, fisiológicamente hablando, un gasto energético aumentado y reducen el rendimiento deportivo. Y es por eso que en competencia se trata de llevar lo justo y nada más. El difícil asunto es saber cuáles serán las condiciones meteorológicas de toda nuestra aventura y en base a ello escoger nuestra indumentaria justa.
Como es mejor aprender de los errores ajenos que sufrir los propios, empecemos a ver las situaciones caso a caso acompañados de una anécdota tristemente ejemplificadora.
1ª ¿Qué es hipotermia?
Es la disminución de la temperatura corporal bajo los 34° Celsius. Lo que hay que entender es que desde la temperatura corporal normal (entre 36 a 37 grados) a la hipotermia tenemos un rango de temperatura que nos va informando escalonadamente en signos y síntomas nuestro agravamiento y el nivel de urgencia al que se va tornando la situación. Así tenemos:
37° temperatura corporal normal
36° aumenta el metabolismo para generar calor como además de tiritones musculares ocasionales.
35° máximos tiritones musculares incontrolables. Y cuando hablamos de incontrolables, realmente lo son. No te dejan abrir una botella, no puedes apretar los frenos de la bici, cuesta hablar y pensar. Estamos ya metidos en tamaño lio y lamentablemente no somos lo más inteligente que se puede ser (a causa del frio) en ese momento.
Anexo y complementario es la situación de lesiones locales por frio, las cuales son bastante variables de los 35°C para abajo, ya que dependen de la exposición del área afectada. Una nariz, oreja o dedo expuesto directamente al medio frío con el resto del cuerpo razonablemente abrigado puede tenernos sin hipotermia (sobre 35°C)
Y seguimos bajando;
34° Aun consciente, presión arterial fácilmente medible. Aquí empieza la hipotermia leve.
32° Ya va perdiendo la consciencia y es difícil medir la presión arterial. Hipotermia moderada
31° Empieza la hipotermia severa. Ya no siente frío, deja de tiritar. Incluso puede sentir calor y tendencia a sacarse la ropa, pupilas dilatadas pero aun reaccionan al reflejo pupilar (luz)
30° Severa pérdida de consciencia, cae la respiración, la frecuencia cardiaca, la presión y los músculos empiezan a ponerse rígidos.
28° Riesgo de muerte inminente por paro cardiorespiratorio, arritmias.
No comer nieve
Resulta ser verdad el mito urbano que en el colegio me contaba un amigo cuando íbamos a esquiar días de tormenta. Con el exceso de frío uno llega a sentir calor. Pero, por favor, jamás intenten probarlo ya que aprendí que es una situación casi terminal y corresponde a una alteración neurológica, nunca piensen en esto como una solución a su sufrimiento cuando anden casi congelados. Recuerdo de este amigo, que usaba el método brasilero de combatir el calor en forma inversa. Los cariocas dicen que toman café en verano para sentir su calor y que así el calor ambiente externo se perciba menor (cosa muy discutible en todo caso), entonces este genio del ski comía nieve durante los temporales, para que el frio externo no se sintiera tanto. Aparte de que eso aporta agua sin sales minerales y altera la homeostasis, se partía los labios, parecía pingüino de frio y solo sobrevivía por la sugestión y la super parka que llevaba.
La hipotermia avisa
Las manifestaciones básicas de aviso de hipotermia son los tiritones musculares incontrolables, piel absolutamente pálida, incluso grisácea, hablar lenta y pastosamente, tartamudeo a veces, presentar pérdidas de memoria, comportamiento irritable enojón, agotamiento y fuertes ganas de detenerse a descansar para luego ser muy difícil animarse a volver a moverse. Otra anécdota: con otro amigo oriundo de Villa Alemana pero huaso de corazón, con el que salíamos muchos años atrás a largas excursiones de mountainbike, tomábamos un mapa Turistel, escogíamos un manchón blanco entre dos ciudades o pueblos (lo que significaba que no había calle entre ellos), pedíamos que nos fueran a tirar a la partida y en la tarde fueran a recogernos a la pronosticada llegada y empezábamos a buscar la ruta por el sendero que fuera. Cada vez que se nos pasaba la mano porque no había camino, ni sendero ni huella quedábamos varados luego de cargar al hombro la bici todo el día. Mi amigo nos animaba a puro grito de huaso e insistía cada vez que nos sentábamos de noche en pantaloncillos y manga corta: “¡Párate, se te va a echar la yegua!”. Qué sabia es la cultura popular. Ahí si tenía plena razón, buen método para prevenir la hipotermia.
Por suerte hasta ahora, yo nunca he pasado de los tiritones musculares incontrolables y les aseguro que eso ya es muy desagradable. Pero si me ha tocado numerosas veces constatar que los músculos empiezan a perder fuerza notoriamente antes de ese punto. A los 30° corporales ya somos casi una paleta helada rígida, tiesos, pero a 35 grados ya no te puedes colgar de una cuerda y caes, ya no puedes empujarte con los brazos otra vez para intentar subir al kayak y vuelves a la fría agua, los dedos ya no frenan como antes y te accidentas en la bici.
Entonces antes de que la hipotermia llegue al punto de que nos mate de frio, nos accidenta.
2° ¿Qué tan rápido da hipotermia?
No a todos nos afecta a la misma velocidad. Existe la adaptación al frio, uno puede aclimatarse y resistir más. Esto se logra exponiéndose gradualmente a más frio y a periodos más prolongados de frio.
Y sí, los gordos toleran un poco mejor el frío. Cuando se da la vasoconstricción de la piel (que tiene sus vasos sanguíneos más superficiales que la grasa subcutánea), los gordos pueden llegar a tener unos 4 °C la piel más fría que los delgados antes de que se dé el estímulo del tiritón. Pero la capa de grasa subcutánea no los hace inmune y la nariz, orejas y dedos no tienen particularmente mucha grasa subcutánea. Ser gordo no es la panacea. Yo soy gordo pero muy feliz cambiaría ese “forro” corporal y el esfuerzo de transportar 10 kilos de grasa extra por solo llevar 200 gramos de un cortaviento de gorotex. Me cansaría menos, correría mejor y probablemente estaría mejor abrigado.
Tal vez el ítem más relevante de la velocidad de aparición de la hipotermia tenga relación con el medio ambiente. Para una misma temperatura ambiente, la hipotermia llega más rápido cuando uno está dentro del agua, luego le sigue cuando a uno lo están mojando constantemente (ejemplo: la lluvia), luego cuando uno tiene la ropa mojada, luego la ropa húmeda y lo más lento es con ropa seca.
De la misma forma, para una misma temperatura ambiente, mientras más viento más rápido nos llega la hipotermia y la mezcla frío ambiente + mojado + viento y sin sol es la peor mezcla que puede haber.
La pérdida térmica se da 25 veces más rápido inmerso en el agua que comparada con el aire y el balance térmico cero, cuando no hay ganancia ni pérdida térmica, se da en aire a 21°C y en el agua a 33°C. Cualquier temperatura menor a eso va provocando pérdida térmica.
Caso 1: ¿Mejor, me saco la ropa para no mojarla y así luego me la puedo poner seca?
Lo primero es que sacarse un rato la ropa para cruzar un río y luego tenerla seca el resto del día frío es lo adecuado. Si la exposición al frío es de corta duración, es un tanto peligrosa por lo expuesto, pero luego puedo, con ropa seca y actividad física, recuperar temperatura corporal. Ahora si es que estoy mojado entero porque ha llovido todo el día y me toca pasar un río, evidentemente que lo paso vestido, no hay para que darse la molestia.
Lo segundo es saber cuándo nos mojaremos, cuantas veces nos mojaremos y cuanto rato estaremos mojados, si lo podemos saber antes. Y lo otro, si estamos con el tiempo suficiente para en cada charco o riachuelo: que me saco la ropa, cruzo, me seco, me pongo la ropa. Si mi partner de carrera hace eso, lo mato yo, no la hipotermia.
Caso 2: Si me mojo, ¿qué es mejor, quedarme vestido con la ropa mojada o sacármela pese a quedar sin ropa?
Esa pregunta si que es difícil y súper importante. Por ello, la dejaremos para la siguiente columna.