Los cascos de bici vienen en una gran cantidad de formas, pero la mayoría de ellos son esencialmente idénticos en su función. Quizás la disposición de los orificios de ventilación o el ajuste de las correas difieren entre los modelos, pero son escencialmente lo mismo: un casco rígido que protege la cabeza. No se desarman ni se pliegan para un fácil almacenamiento.
El casco Closca Fuga vino a revolucionar el mercado. Se compone de tres secciones de espuma moldeada, todas dispuestos concéntricamente. Sus anillos están especialmente diseñados para amortiguar los golpes y amoldarse a la cabeza de quien lo utiliza. Al plegarlo se reduce notablemente el volumen del casco (60 mm en posición de plegado). Está certificado y homologado en Europa, Estados Unidos y Asia.
El Fuga es fruto de casi dos años de colaboración entre la startup valenciana Closca Design y el equipo de la consultoría creativa CuldeSac. El diseño de Closca ganó el premio Red Dot 2015, y la compañía española utilizó el crowdfunding a principios de este año para aumentar la producción. Los cascos cuestan $us 100 cada uno y se empezarán a comercializarse en octubre. Por ahora solo están disponibles en blanco y negro.