5 errores clásicos para salir al aire libre

Si eres de los que pasa harto tiempo al aire libre, probablemente has cometido una serie de grandes errores. Todos hemos sido víctima de alguna de estas situaciones, y con el tiempo y la experiencia, no podemos dejar de sentirnos identificados con alguno de estos chascarros. Las lecciones en la naturaleza nunca se acaban, y si bien uno puede pasar un mal rato por no anticipar un problema, al final lo que queda es el aprendizaje y los buenos momentos.

1-Mojar el saco de dormir
Un consejo de los profesionales: ¡dormir en un saco mojado es de lo peor! Aún así, este problema es una especie de rito de iniciación que todos vamos a vivir en algún momento y que es difícil de explicar hasta que realmente te ves forzado a meterte a dormir en la humedad. Lo mejor es desarrollar una obsesión por mantener el saco seco; a la primera señal de lluvia hay que meter el saco a una bolsa seca; y si no, una buena bolsa de basura también lo puede hacer. ¡Ojo que los cruces de río también son una buena oportunidad para mojarlo todo!

2-Meter demasiadas tonteras a la mochila
Si te pones a contar cada paso de un trekking, y sobre todo los tramos con desnivel, vas a pensar tres veces sobre el peso de lo que llevas en la espalda. Hacer más liviana la mochila es una técnica que se logra con años de experiencia en los senderos; entre más salgas, mejor será tu criterio para ver lo que necesitas, lo que te sobra, y lo que -de acuerdo a tus prioridades- puedes mejorar en tu equipo.
Lo más típico es llevar mucha ropa y comida, o extras innecesarios como sillas o exceso de equipamiento cocinero. Las 3 cosas fundamentales para fijarte son tu carpa o refugio, tu saco de dormir y tu mochila: es ahí donde puedes recortar la mayor cantidad de peso y hacer mejor tu experiencia al caminar y acampar.

3-Inundar tu carpa
Cuando elijas el lugar para instalar tu campamento, pregúntate: cuando llueva, ¿hacia dónde va ir el agua? Fíjate siempre en evitar los fondos de los valles, o lugares que fueron pozas de agua -se ven tentadoramente planos y cómodos-. Tienes que chequear el drenaje del terreno sobre el que acampas, ya que no es muy divertido despertar flotando dentro de tu carpa.

4-Llevar equipo que no hemos probado
La planificación de un viaje es una etapa esencial, y el saber cómo funciona tu equipo en la naturaleza, con conocimiento de antemano debería ser parte de esta etapa. Es muy común que las cosas que no hemos usado nos den problemas: puede que nos equivoquemos en el gas que llevamos para una cocinilla, que nuestra frontal tenga las pilas descargadas o que nos encontremos en medio de un ventarrón armando una carpa que no se parece en nada a las que

hemos tenido antes. Todo esto se evita probando nuestras cosas y asegurándose que llevamos todo en una lista mínima de equipamiento.

5-Ignorar el pronóstico del tiempo
La atmósfera y sus cambios pueden ser impredecibles, Las temperaturas en montaña pueden caer de manera brusca, y una condición agradable puede volverse en traicionera mucho más rápido de lo que uno pueda manejar. Estar expuesto al al tiempo sin la preparación adecuada es uno de los escenarios más peligrosos para cualquier aventurero, por lo que lo mejor es prevenir.
Independiente de la condición, siempre es bueno andar con una chaqueta de agua ligera, al igual que algo de abrigo, porque las mañanas y tardes siempre puede ser heladas y húmedas al aire libre.