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Tag Archives: invierno

Trabaja este Invierno en Parques Nacionales

Hasta el 20 de junio puedes inscribirte para trabajar en la nueva versión del programa Vive Tus Parques, donde CONAF y el INJUV buscan incentivar el aporte de jóvenes en el cuidado y protección de nuestras Áreas Silvestres Protegidas. La Reserva Los Flamencos, el Parque Llanos del Challe, La Reserva Pingüino de Humboldt y el Parque La Campana son algunos de los lugares donde puedes encontrar uno de los 450 puestos de trabajo voluntario que buscan rescatar la importancia del patrimonio natural y cultural, el trabajo en conjunto con las comunidades y promover el desarrollo sustentable de nuestro país. Continue reading

¿Cómo seguir entrenando en la temporada de frío?

“Mañana empiezo con el entrenamiento, pero me da una flojera tremenda con este tiempo tan malo, la contaminación y al final mejor ni voy”, “Tengo que volver a andar de nuevo,  tengo que quemar todo el peso que he ganado, pero tengo cero ganas”, “No sé qué hacer este año y así no hay quien salga a entrenar»
Es probable que frases de este tipo ya te las hayas dicho en helado otoño, que suele dejar fuera a muchos deportistas, aunque la mayoría de los que compite llevan ya algunas semanas preparándose a pesar de las inclemencias del tiempo y las escasas horas de luz.
No siempre es fácil encontrar la energía suficiente para empezar a ponerse en movimiento. Puede ser debido a diferentes factores tanto externos como internos: El poco tiempo disponible, la poca luz natural por las tardes, la mala climatología que no acompaña, los compañeros de siempre que no salen hasta más adelante, el saber que estamos en mal estado físico, etc. pero habitualmente el principal es el no tener uno o varios objetivos claros, y sobre todo adecuadamente escogidos y planificados.

La motivación es una de las variables psicológicas que influyen en el rendimiento deportivo, y que a su vez se divide en diferentes motivaciones, como la motivación básica y la cotidiana, y la motivación intrínseca y extrínseca.
Por lo tanto, debemos intentar elevar y buscar “las motivaciones” necesarias para empezar a trabajar con el fin de conseguir el objetivo que nos hayamos marcado previamente. ¿Y qué podemos hacer para conseguirlo?

1- Realizar una buena planificación de objetivos de la temporada.
Muchas veces nos decimos “Voy saliendo y ya encontraré algo que me motive” y por desgracia, a plantearlo así, simplemente supone que al final no salgamos o cuando lo hagamos, el efecto pueda ser el contrario (aunque no todo el mundo funciona igual y a mucha gente este método le funciona muy bien).
Los objetivos pueden ser muy diferentes dependiendo de lo que queramos. Lo más importante es tener claro qué queremos y qué tenemos que hacer para conseguirlo. Puede ser ir a alguna marcha concreta, competir en un determinado campeonato u open, superar a algún compañero en alguna salida, hacer un viaje largo, perder peso o sentirse en forma y ágil, etc. ¡Pero hay que tener algo establecido! Algo que nos “obligue” a salir cuando no tengamos nada de ganas, a cuidar la alimentación, a elongar, o lo que sea que nos hayamos planteado.
Es muy importante tener algún objetivo relativamente cerca (a corto plazo), ya que a veces es muy difícil que la motivación sea alta desde el principio, si lo que tratamos de alcanzar es dentro de varios meses, y cuando nos queremos dar cuenta, ya no tenemos tiempo suficiente para prepararnos en buenas condiciones.

2-Planificar entrenamientos
Planificar lo que vamos a hacer en cada una de las salidas, habitualmente va a ser un detalle muy importante, ya que saber “qué nos toca” hace más sencillo cumplirlo, y salir, aunque no haya ninguna gana, y por eso, el refuerzo intrínseco que tendrá el haberlo hecho. Esto no solamente es importante si compites, ya que si por ejemplo practicas un deporte por tener buena salud, ya es un objetivo aunque no sea competitivo. Eso es mucho mejor que salir por pasar el rato.
Aquí es donde entra en juego la motivación cotidiana, la del día a día, la que muchas veces cuesta mantener estable durante un periodo prolongado de tiempo, y que es la que hará que podamos conseguir más adelante los objetivos marcados al iniciar nuestro proceso.
Podemos tener objetivos muy atractivos, ambiciosos y alcanzables, pero si no somos capaces de ir trabajando día a día, de ser persistentes o de cuidarnos difícilmente vamos a llegar a ellos. Casi todos nos planteamos cosas a largo plazo, como una gran expedición de fin de año, competir en un evento, hacer un viaje largo pedaleando, que en ese primer momento, vemos relativamente sencillo, pero luego es cuando se van complicando las cosas. Cuando no queremos salir a pasar frío o mojarnos, cuando hay días que para salir una hora solamente mejor no salimos, días donde es imposible siquiera entrenar algo en casa o gimnasio por la falta de tiempo. La motivación cotidiana es por tanto esencial para ir superando esos días y no perder en ningún momento las ganas ni el interés por nuestro objetivo.

3-Cómo potenciar la motivación cotidiana
Si eres de los que entrenan con planificación de un entrenador, es mucho más sencillo. Simplemente hay que remitirse a lo que nos hemos propuesto realizar. La motivación en este caso, probablemente sea alta, ya que nadie recurre a un entrenador, para luego no hacer lo que éste nos indique
Pero si no es este nuestro caso, lo ideal es ir planificando al menos lo que vamos a realizar cada semana, siempre integrándolo en nuestros objetivos generales previamente establecidos. Hacerlo así, en primer lugar nos da la tranquilidad de saber lo que queremos y sobre todo, a cuadrar esas salidas en nuestros horarios que muchas veces dejan poco tiempo libre y que hay que aprovechar al máximo.
También es importante tener alternativas cuando por cualquier causa no podamos realizar el entrenamiento. Lo ideal es siempre hacer algo, sea lo que sea, más o menos completo, pero con el fin de no sentirnos “culpables” por no haber hecho nada. Y si algún día es totalmente imposible hacerlo, buscar otro día para compensarlo. La idea es no dejar nada al azar, para no lamentarnos después, y sobre todo, fortalecer nuestra auto-confianza y auto-control al poder resolver situaciones adversas.

4- Buscar compañía.
Cuando sales con más deportistas, te das cuenta que muchos días, si no fuera porque te has comprometido, no saldrías a a pedalear, a escalar o hacer preparación física. Por tanto, una estrategia muy útil es tratar de salir con algún amigo o amiga, o compañero de club, siempre que se pueda.  De este modo, el día que nosotros no tengamos muchas ganas de salir, haber quedado de acuerdo hará que finalmente lo hagamos, y el posterior refuerzo que va a suponer para nosotros, será positivo y muy importante. En otras palabras, nos va a suponer ser menos flojos y eso es muchas veces lo importante es esta parte del año.

5- Auto refuerzos por cumplir
Es obvio, que un adecuado refuerzo es imprescindible para seguir con nuestro plan, ya que sin él, lo más probable es que en algún momento desistamos.
Como hemos comentado antes en temas de motivación, una de las divisiones de la misma, es en intrínseca y extrínseca. El refuerzo que podamos darnos nosotros, estará relacionado sobre todo con la intrínseca, mientras que el que podamos recibir externo a nosotros, se relacionará con la extrínseca.
Por tanto, independientemente de los refuerzos externos que podamos recibir de la familia, o amigos, en forma de halagos, felicitaciones, Me Gusta, por nuestro esfuerzo, lo más interesante va a ser lo que nos apliquemos a nosotros mismos. Y aquí hay que buscar y valorar qué y cómo nos vamos a premiarnos. Por una parte estará el refuerzo que vamos a obtener en forma de satisfacción, auto-valoración y orgullo  por haber sido capaces de realizar lo propuesto y ver que vamos alcanzado nuestros objetivos, que servirá para seguir aumentando la motivación y la auto-confianza, y nos servirá para afrontar más adelante situaciones en las que no podamos hacer mucho de lo planificado o no nos veamos capaces de superar algo. Y por otra, puede ser útil darnos un premio, algo que nos “auto-administremos”, cosas sencillas, pero que realmente valoremos y merezca la pena haber “sufrido” por ellas. Por ejemplo, si durante una semana hemos hecho todo lo previsto, a pesar de las inclemencias del tiempo, de la falta de ganas y de mil obstáculos más, podemos premiarnos con una comida realmente rica o tras cada salida realmente complicada “regalarnos” una cerveza artesanal. Y otro ejemplo, si hemos entrenado todo lo planificado durante un mes, pues nos auto-regalamos ese componente que queremos para nuestra bici, nuestro equipo de montaña o nuestro vestuario

 

¿Cómo disfrutar del invierno al fin del mundo?

Las actividades invernales son siempre algo de cuidado, sobre todo cuando nos acercamos al polo. En Magallanes, a diferencia de lo que piensa la persona que se acerca como turista, la primavera tiene mucha nubosidad, y el verano ofrece condiciones muy cambiantes. En Otoño e Invierno, en cambio, está mucho más despejado, y es un momento ideal para visitar las montañas y conocerlas de una manera diferente.

Conocer la estación
Para entender el invierno hay que conocerlo, y si bien, viviendo en Magallanes esto puede sonar intimidante, la única desventaja insalvable que se tiene es que los días son inevitablemente más cortos. Por eso, la planificación se vuelve algo fundamental: hay que saber bien en qué estado están los accesos a los lugares de actividad  y tener informes de meteorología  que estén muy bien acotados. Recomiendo contar con un equipo de comunicaciones y tener al menos un contacto, fuera de la expedición, que te apoye con un  reporte en las condiciones atmosféricas; nosotros en invierno nos mantenemos en contacto por radio con Carabineros. Los días cortos significan que las actividades son prolongadas en términos de días; y que a veces también se pueda considerar la noche como un espacio para avanzar, sobre todo si hay buen tiempo y luz de luna; ¡Aquí a las 4 y media de la tarde está oscuro! Si tenías planificado llegar con luz de día y se va la luz solar, empiezas a jugar con los tiempos, ya que al escapar de lo presupuestado muchas veces se sale de los protocolos de seguridad.

La Importancia del Refugio
Aquí es fundamental que los integrantes de la expedición tengan experiencia. Con nieve profunda, hay que hacerse amigo de la nieve, pues ella es la que te permite vivir en este ámbito. Hay que saber armar un refugio, y a veces habilitarlo para poder quedarse una semana, porque te puede pillar una mala condición atmosférica, obligándote a dejar las carpas y buscar la protección de una cueva de nieve que ya esté en condiciones de habitarse.
En cualquier caso, cualquier campamento de invierno requiere de palas adecuadas, así como elementos que te permitan hacer murallas para protegerte del viento y poder mantener las carpas protegidas. ¡Manteniendo siempre en paralelo un refugio en la nieve!

Navegación por un mundo en blanco
Confiar ciegamente en un GPS puede acarrear problemas, en cambio los métodos tradicionales y el propio compás interno es algo que se puede enternar… ¡y nunca se va a quedar sin batería! A veces, por ejemplo al entrar y salir de un glaciar, se puede ir dejando balizas. Algo que usamos aquí, que es más ligero que el tubo de PVC, son las varillas con que se sostienen las plantas; a eso le atas encima una cinta de color arriba, a modo de bandera, de manera que si fallan los instrumentos siempre quedemos con alguna referencia. Obviamente al terminar la actividad estas balizas se van recogiendo.
Me tocó una vez en la península Antártica, al terminar un balizamiento para chequear la dinámica del glaciar Infantería, que se acercó una bruma del mar, que venía con precipitaciones. Íbamos con otro investigador de la UMAG  y con un militar; este último no nos había acompañado todo el trayecto, sino que hasta una torre donde finalmente decidimos refugiarnos. Para salir de ahí, el militar usó su GPS y partió para otro lado… ¡yo me quedé ahí! Preferimos chequear con las balizas de coligüe, porque yo sabía que él iba con el rumbo equivocado. En la bruma y nevando alcanzamos a ver la imagen de la base y todos cambiamos nuestra ruta. Siempre hay que tomar varias referencias, si no, íbamos directo un par de grietas.

Mantenerse secos
Este es un tema muy sensible, ya que los tiempos en campamento, durante la estación más fría, son muy largos. En la carpa hay que hacer algo, por ejemplo, ¡comer mucho! Es por eso que hay que generar espacios, habilitarla bien apisonando el ábside, para estar sentados con las piernas afuera. Y estar muy preocupados del ingreso y la salida, para que no entre nieve. ¡Y entrar lo más secos posibles! Los sacos, a menos que uno esté acostado, siempre hay que tenerlos en bolsas secas. Dejarlos extendido y caer en esa tentación puede hacer que estos se humedezcan cuando estés cocinado. Muchas veces la humedad te cubre, y al estar mucho tiempo en esta condición, empiezas a tener otras sensaciones de la humedad: lo menos mojado está seco. Así que hay que ser muy disciplinado, y por ejemplo tener una esponja para cuidar nuestro equipo de cada gotita.
Hay que entrenar esta sensibilidad, entender las condiciones en que estamos y hacer un secado específico en calcetas, guantes y ropa interior. En un campamento invernal siempre debe haber ropa seca y eso se logra manteniéndola así y no usándola para salir calentitos del saco a la actividad. ¡Da mucho frío ponerse la ropa que hemos dejado húmeda! Pero hay que sacarse lo que usaste para dormir, guardarla y ponerse esa “ropa ducha”, que te despierta al tiro y te obliga a prender la cocinilla, tomar algo caliente y apurar la salida.

Jornadas de Marcha
Como a veces uno sale muy temprano y sin luz natural, hay que tomar las precauciones para cuando aparezca el sol, y calcular bien también dónde va a estar uno al mediodía, o al momento en que atardezca. Todos estos momentos producen dinámicas en la nieve y el hielo, donde puede haber avalanchas o deslizamientos.
Al moverse por terreno helado hay que evitar la pérdida de calor por contacto con hielo o nieve; podemos hacer uso de nuestra mochila como asiento o improvisar sillones con algunas estacas, usar nuestra creatividad para generar espacios que nos den comodidad sin enfriarnos. Al caminar uno va generando calor, y ese calor hay que evitar que escape por las “chimeneas” naturales que tenemos: manos, cabezas y pies. Con esas chimeneas cortadas, no hay escapes, pero tampoco al punto de humedecerse por dentro; yo recomiendo por ejemplo ir jugando con una balaklava, que puede ir controlando la apertura y ventilación de la cabeza.

Pasarlo Bien
Generalmente estas expediciones invernales son largas, hay poca luz, y pasas mucho en las carpas. El ambiente en cada carpa, si se motiva, debe tener un sello especial: puede haber una carpa que es buena para la cocina; o una donde hayan buenos juegos: un alumno hizo una vez cartas para jugar truco con una libreta, con 44 hojitas, a mano. También se puede hacer juegos alrededor del campamento, o si las condiciones lo permiten construir comedores fuera de la carpa, o quizás elaborar dentro del refugio de nieve repisas, mesas y asientos. Si la expedición dura muchos días es bueno ir cambiando los grupos carpa; hay grupos de marcha y  viaje y, por otro lado,  grupos de carpa, que se van volviendo un espacio social para contar lo que sucede con las otras personas y generar un vínculo social. Encerrarse genera copuchas cahuines y hasta amotinamiento, ¡hay que evitar esto! En la naturaleza, una persona sin experiencia se encuentra consigo misma y empiezan a aflorar cosas distintas a lo que uno le conoce.
Algo que funciona bien para sacar al grupo del aislamiento es la cobertura radial, que ayuda a mantener la moral y motivación en alto.  Por ejemplo, en nuestras primeras actividades en zona de la Cordillera de Darwin, sabíamos bien sobre la existencia de faros de la Armada, que están habitados. SI veíamos barcos, les dábamos nuestras coordenadas a través del personal del faro Yamana, Cordillera de Darwin. Para la gente que está aprendiendo y quiere sentirse segura y sin temor, era muy especial  escuchar el saludo de estas grandes naves, con sus bocinas, saludándonos a la distancia.


 

Alfredo Soto es profesor de Educación Física de la Universidad de Magallanes, Director Alterno de Gaia Antartica y un apasionado organizador de actividades deportivas de investigación  y apoyo científico en su región y el territorio Antártico Desde hace más de 15 años está haciendo actividades invernales al aire libre con sus alumnos de la UMAG, para conocer la montaña en la estación que antes de su experiencia pionera, muchos esquivaban.

Kayakeando en el embalse El Yeso

Esta excursión nació por las necesidades de probar kayaks con nuevos materiales (polímeros) de la empresa Universal Kayak  de Juan Pablo Cerón en el agua. Además Pablo Espinoza y Pablo Oliva aprovecharon de entrenar con canoas polinésicas para competir en el campeonato sudamericano de canoas polinésicas que se llevara a cabo en noviembre en la Isla de Pascua. La gracias de entrenar en el Yeso es que a mayor altura hay menos concentración de oxígeno por lo que el cuerpo genera más cantidad de glóbulos rojos. Luego al bajar a nivel del mar se tiene más energía.

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Guía de chaquetas de polar para el frío

Empieza a hacer frío y hay que pensar en tener un buen polar técnico que  sirva para tus días de escalada, o tus travesías con bajas temperatura . Lo mejor de todo es que los diseños y colores de estos nuevos productos los hacen también perfectos para usarlos en la ciudad. Continue reading

Esquí en Jackson Hole y el Teton Range

Andar en los Andes es mi vocación desde siempre. Esquiando, andando en bici, escalando, guiando, enseñando y disfrutando con mis amigos. Aquí comparto mis aventuras y lo que más me gusta en la vida. Queriendo esquiar en todo el mundo, hace varios años llegue a Jackson Hole y el Teton Range en Wyoming; ahí descubrí estas montañas increíbles, con fácil acceso y la mejor nieve del mundo. Continue reading