Diego Pérez se embarca junto a un grupo de investigadores de la Universidad Andrés Bello a estudiar las loberas del lobo fino austral, saliendo a un destino poco explorado por el hombre. Por tres meses experimentó la vida en este paraíso natural, donde el aislamiento, el imponente clima, los lobos marinos, la comida sencilla y la amistad fueron la tónica. Continue reading