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Ojos del salado en MTB, solsticio en altura.

El Big Mountain Bike, subir grandes montañas y bajarlas en bicicleta está tomando adeptos en nuestro país. Patricio Goycolea junto a Federico Scheuch subieron la montaña más alta de Chile, el Ojos del Salado, con bicicletas al hombro para luego lanzarse cerro abajo.


Texto: Patricio Goycoolea  Fotos: Benjamín Camus

Tenía entre ceja y ceja al Ojos del Salado; es la montaña más alta de chile y el volcán más alto del mundo, lo que lo hacía muy tentador para alguien como yo que le gusta subir y bajar cerros en bici. Quise hacer esta hazaña en bicicleta junto a Federico Scheuch y sería parte del documental “Bigmountainbike” que consta de subir cuatro montañas emblemáticas sagradas para los incas y que las consideraban “Apu wamani” que significa “Guardián del valle”: El cerro el Plomo (enero 2017), Ojos del Salado (Diciembre 2017) y Volcan San José de Maipo y el Aconcagua.
Para prepararnos realizamos salidas a cerros como el Pintor y la travesía a la Sierra de San Ramón por el día. Aparte, pedaleamos y escalamos de cuatro a cinco veces a la semana.

El miércoles 13 de diciembre a las 00:00 hrs. salí de Santiago junto a Federico Scheuch, Benjamín Camus y Benjamín Azócar en el registro audiovisual y fotográfico, a conquistar el nevado Ojos del salado de 6.893 msnm. Después de 14 horas de manejar durante toda la noche, llegamos a nuestro primer campamento base en el que nos quedaríamos dos noches: la Laguna Santa Rosa, ubicada en la entrada del Parque Nacional Nevado Tres Cruces a 3.800 msnm en el salar de Maricunga.

Cuando llegamos, alucinamos con los paisajes planetarios con montañas y planicies gigantes de pura arena y roca, sin plantas y el cielo más estrellado que he visto en toda mi vida. Al no haber nada entre un cerro y otro se hacía difícil calcular las distancias. Llegamos cansados a preparar todo para el día siguiente en el que atacaríamos nuestra primera cumbre de aclimatación antes de subir el Ojos del Salado, la cumbre del cerro Siete Hermanas de 4.800 msnm. Teníamos pocos días para concretar la hazaña ya que la ventana de buen clima era corta por lo que había que aprovechar el tiempo al máximo.

El viernes nos levantamos temprano y salimos rumbo al Siete Hermanas, un cerro muy apto para subirlo en bicicleta. Luego de seis duras horas de portear nuestras bicis, logramos llegar a la cumbre de este cerro, el cual nos regaló una vista del salar de Maricunga y la gran Puna de Atacama y sus seismiles. Después de celebrar y sacar fotos de la cumbre, vino lo mejor, una bajada de arena y rocas al más puro estilo freeride. De esto se trata el Bigmountainbike, de subir grandes montañas para después tener un lindo descenso.

Termas en altura

Después de un merecido relajo en nuestro campamento a 3.800 msnm, el día sábado salimos rumbo a nuestro segundo campamento en la expedición, la Laguna Verde, ubicada en plena Puna de Atacama a 4.350 msnm. En este lugar se encuentran unas termas naturales, lo que le da un sentido de relajo y bienestar a toda expedición que pase por ahí. Nosotros no fuimos la excepción, nos metimos apenas llegamos y disfrutamos de la calida sensación del agua caliente que camuflaba los -5 grados que había en ese momento. También ahí hay un refugio abandonado. La laguna es de color turquesa y los farellones varían entre naranjos y amarillos. Esto hacía un contraste increíble de colores entre el cerro, la laguna y las termas.


Luego de descargar nuestro jeep y montar campamento, nos fuimos a pedalear y a buscar algunos sectores para aclimatarnos bien a la cota de los 4.000 msnm. Nos encontramos con unas verdaderas líneas lunares de freeride impresionantes, eso sí, anduvimos un par de horas y estábamos medios agotados. La altura se empezaba a sentir, sin embargo, veníamos del Siete Hermanas de 4.800 m. por lo que ya estábamos un poco aclimatados. Tuvimos una buena jornada pedaleando sobre los 4.300 msnm y volvimos al campamento a preparar todo para nuestra segunda cumbre de aclimatación; el Volcán San Francisco de 6.080 msnm, nuestro primer 6 mil.
Al dia siguiente, a las 5:00 a.m. sonó la alarma para comenzar la ruta al San Francisco. Por fin empezábamos a darnos cuenta de cómo era estar sobre los 6 mil metros de altitud. La incertidumbre, el miedo y las ganas de conquistar el Ojos del Salado se sentían cada vez con más fuerza. Después de un largo y agotador día conquistando el San Francisco, llegamos a “descansar” a nuestro campamento en Laguna Verde. Ahí nos alimentamos bien y empezamos a preparar todo para el día siguiente y salir a nuestro tercer campamento, el Refugio Murray ubicado a 4.525 msnm.

El refugio Murray

El lunes despertamos en Laguna Verde y aprovechamos la mañana para hacer unas tomas de freeride y sacar algunas fotos en los farellones de este lugar paradisíaco. Anduvimos un par de horas en bici (no sé de dónde sacábamos fuerzas), cargamos nuestro jeep y salimos hacia el Refugio Murray, una casita de madera de dos pisos y techo en A, con numerosas literas que en algún momento funcionó como hostal para los montañistas. Llegamos relativamente temprano (15:00 hrs.) por lo que nos sobraba luz y tiempo para ir a reconocer el camino que nos llevaría dos días después a nuestro último campamento, el campamento Tejos a 5.800 msnm. Al llegar a Murray dejamos gran parte de nuestro equipo (comida, sacos, carpas etc.) y partimos rumbo a Tejos. Al llegar al campamento Atacama (5.300 msnm), nos dimos cuenta de que el camino al campamento alto (Tejos) estaba muy complicado de hacer, pero igual quisimos ir a reconocerlo ya que el día de cumbre tendríamos que hacer esa parte durante noche y era muy fácil perderse. Salimos desde el campamento Atacama rumbo a Tejos y logramos pasar la parte más difícil, bueno, eso pensábamos, ya que a los 5.600 msnm nos topamos con un arenal casi imposible de pasar así que decidimos llegar hasta ahí, bajar nuestras bicicletas y ponernos los cascos para disfrutar de una bajada épica de puro freeride en arena a más de 5.600 m. de altitud.
Fue una larga jornada reconociendo el camino a Tejos y aprovechamos de aclimatarnos (ya que nos pusimos una andada en bici a más de 5.600 msnm). Bajamos nuevamente a Murray, nuestro campamento base. Durante la noche, descansamos y compartimos con otras expediciones que se encontraban ahí. Estábamos agotados por lo que decidimos que el próximo sería un día de descanso y planificación para el pegue final, el ataque de cumbre al Ojos del Salado.
Era ya nuestro sexto día de expedición sobre los 4.000 msnm y no habíamos parado. Las dos cumbres, y las varias horas de pedaleo y manejo se hacían sentir, por lo que ese día era esencial para lograr la cumbre del volcán más alto del mundo.

Jugando UNO

Fue así como pasamos todo el dia jugando UNO, un juego de cartas donde Federico mostró sus habilidades ludópatas y nos ganó a todos.También aprovechamos de alimentarnos bien y en las horas de ocio fuimos en busca de algunos “boulders” y nos pasamos gran parte de la tarde escalando entretenidos bloques a 4.500 msnm.
Después de un buen día de descanso llegó el momento de atacar el campamento alto, para el día siguiente atacar la cumbre del Ojos del Salado. Todo tenía que salir perfecto si queríamos lograr el objetivo. A eso de las 17:00 hrs. salimos en nuestro Jeep rumbo al campamento Tejos a 5.800 msnm. con toda la fe de que esta vez sí lograríamos llegar y no quedarnos tirados en el camino. Conducir hasta Tejos significaba ahorrarse cuatro horas en bici de subida el día de cumbre por lo que era esencial llegar. Pasamos el campamento Atacama y ahora venía lo mas duro del camino, una subida parada de arena suelta muy difícil. Casi toda la gente generalmente deja el auto en campamento Atacama (5.300 msnm) y desde ahí ataca la cumbre al volcán ya que el camino a Tejos es muy complicado, eso si, sin una bicicleta al hombro.


Generalmente (si tienes suerte y el camino esta bueno) desde Atacama a Tejos en un auto 4×4 te demoras alrededor de 35 minutos, nosotros nos demoramos cuatro horas. Nos quedamos pegados a 5.500 msnm y tuvimos que palear varias horas y poner piedras gigantes en el camino y desinflar los neumáticos para pasar hasta el campamento Tejos. A las 22:30 p.m. llegamos a Tejos muy cansados, el cerro ya nos decía “esto no va a ser nada fácil”. Teníamos cuatro horas para tratar de dormir a 5.800 m de altitud. Difícil.

Por fin la cumbre

Jueves 21 de Diciembre, solsticio de Verano. 03:30 a.m. sonó la alarma, -20 grados Celsius marcaba el termómetro. Había que levantarse. Nadie hablaba. Agua, mate, un par de sopitas y a las 4:40 a.m. partimos a conquistar la cumbre. Pasando la cota de los 6.000 msnm, el frío de la noche, el peso (las bicis de 15 kg. más la mochila de 7 kg. Aprox.) y la falta de oxígeno se empezaron a notar. Dábamos 40 pasos y parábamos dos minutos por reloj a descansar. Ya después de 5 a 6 horas aproximadamente y con el sol calentándonos un poco, pasamos el largo y cansador acarreo que nos llevaría directo a los 6.500 msnm; el agotamiento era bastante. Dábamos 20 pasos y descansábamos ahora cinco minutos por reloj. A las 11 de la mañana aún nos faltaban cerca de cuatro horas para llegar a la cumbre. El tiempo que teníamos estimado para llegar a cumbre era nueve horas, por lo que íbamos muy atrasados. Después de unas 20 horas aproximádamente llegamos recién al cráter del volcán a 6.700 msnm, donde, por primera vez, logramos divisar la cumbre.

Debíamos subir aún dos horas más. Las energías volvían, nos sentíamos seguros y fuertes nuevamente, un segundo aire llegó, el volcán nos daba la bienvenida. Después de dos horas acarreando y porteando la bici por un paso de bloques gigantes con arena muy resbalosa, sobre los 6.800 msnm llegamos al crux, la parte mas difícil de la ruta. 30 metros de escalada vertical sobre los 6.830 msnm nos esperaban. Aquí se nos complicó un poco el asunto y fue más lento de lo que pensamos, pero, finalmente, después de 14 horas y media, logramos portear las bicis hasta la cumbre del volcán más alto del mundo y la montaña más alta de Chile. Aquí nos abrazamos y sacamos un par de fotos, pero teníamos que bajar lo antes posible ya que era muy tarde y se veía venir una tormenta eléctrica de nubes cumulonimbos gigantes. Ahora tocaba bajar el agotador acarreo de arena interminable. Esta ladera de arena fue muy difícil de subir pero bajarla en bici resultó un privilegio. Andábamos 45 segundos y teníamos que parar a descansar ya que la altitud sobre los 6.500 msnm cansa demasiado, aparte de que llevábamos mas de 15 horas sin parar y casi sin comer nada (a esa altitud te da poca hambre) y el frío en las manos era insoportable. Pero bajar el Ojos del Salado en 43 minutos no tiene precio, todo el sufrimiento valió la pena y bajar ese acarreo de arena interminable en menos de cinco minutos, y que nos costó seis horas en subirlo, explica el amor por esta nueva disciplina; el Bigmountainbike.

Muy felices de haber logrado el objetivo, bajamos rumbo a nuestro campamento base, el refugio Murray. Para rematar, nos quedamos en pana. Tuvimos que armar un vivac en la mitad del desierto a 5.000 msnm con -12 grados Celsius. El cerro no nos quería soltar.

Al día siguiente, con más de 35 horas sin comer casi nada y muy cansados, con la ayuda de un motorista alemán (que por suerte pasó, ya que por ahí no pasa nadie), logramos reparar la rueda y seguir rumbo a Murray. Aquí llegamos, armamos todo y partimos rumbo a Bahía Inglesa. Ese mismo día, nos bañamos en el Pacífico. El gran privilegio de vivir en Chile, un país bendecido por su geografía y que resulta ideal para la práctica del Bigmountainbike.

Quiero agradecer por toda la logística y producción de la expedición a Inner Mountain Chile (www.innermountain.cl) y a Redbull, Cerveza Royal Guard, Mall Sport y Zolkan Outdoors por creer en este proyecto y apoyarnos para que fuese posible. Pronto se viene un video para que estén atentos.