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Misterioso Chiloé

Conocer el archipiélago significa mucho más que cruzar por Pargua y seguir la ruta de Chacao a Quellón, entre pintorescos palafitos y onduladas colinas. Es descubrir a sus personas, que están íntimamente ligadas a la isla

Texto: José Francisco Hurtado

Las curiosidades de Don Serafín
Para encontrar historias en Chiloé no hay que ir más lejos que el patio de la casa. ¡No es broma! A Serafín González le pasó eso, exactamente, pues su propia pala fue la que descubrió, en sus terrenos, el sitio arqueológico de Puente Quilo. Vestigios de las armas que usaban los pueblos originarios, ollas centenarias, restos fósiles y más fue lo que en ese momento , en el año 95, encontró; Serafín, y hoy su hijo Sixto González –junto a sus hermanos- se hacen cargo de la administración del Museo Puente Quilo, un emprendimiento que el patriarca de la familia ya había comenzado por ahí en los años ’60. Las excursiones de Don Serafín lo llevaban a recorrer las costas cercanas a su hogar, donde se pasaba tardes enteras buscando entre lo enterrado y lo que traía el mar, volviendo a casa con piedras llamativas, antigüedades, huesos de ballena y otras rarezas.
El puente Quilo, construcción que le da nombre al museo familiar, se encuentra más menos a 20 km saliendo al poniente de Ancud, y está rodeado por una zona boscosa, donde los antiguos tenían acceso al mar y protección de los fuertes vientos oceánicos. Hay abundantes espacios de arena y un fondo de barro perfecto para sacar navajuelas, almejas y choros, ”a pata pelá”.
Lo sorprendente de ese hallazgo, que marcaría la historia de los González, no es solo lo fortuito encuentro en el espacio de lo doméstico: resulta que la zona donde cavaba don Serafín, escondía -en el cuarto nivel de su terraza fluvial– restos de una ocupación humana de hace 5.500 años, lo que lo convierte hasta ahora en el sitio arqueológico de mayor antigüedad de todo el archipiélago.
A través de sus hijos, la memoria de don Serafín vive en la conservación de estos tesoros, enriqueciéndose día a día.

Quilo Sixto Gonzalez

Kayak en el Río Grande
Para los que gozan de las aventuras especializadas en grupos pequeños y quieren conocer, haciendo deporte, el Chiloé profundo, esta es una alternativa que hace la mezcla perfecta. Austral Adventures, empresa radicada en Ancud, no solo ofrece arriendo de kayaks de mar para expediciones autónomas, sino que también varias alternativas de tours de navegación guiados. Britt Lewis, director de la empresa, guía en zonas remotas y buceador Divemaster, cuenta que lo mejor del viaje por el río Grande –recomendación nuestra-, que toma 3 días y 2 noches, “Es que no encuentras a nadie. Son lugares prístinos que generalmente no son fáciles de hallar, muy al interior”; explica, señalando que el acceso al Grande o Carihueico, se hace por una entrada que queda, aproximadamente, a una hora de Ancud. “Cada noche encontramos una playa en el mismo río, y ahí se arman los campamentos”, dice Britt, quien advierte que esta aventura, por ser en kayaks de expedición con timón, requiere cierta experiencia navegando; se trata de embarcaciones grandes y cómodas, con faldón, que tienen mucho espacio para equipaje. “Durante el primer día, se rema en zonas estrechas y con troncos cruzados, que generan pequeños rápidos, que le agregan adrenalina a la experiencia, al tener que elegir con cuidado las líneas que se van a pasar”, comenta Britt, quien señala que en las siguientes jornadas se rema por un curso de agua más amplio y que se vuelve más tranquilo en la medida que se va abriendo.
El primer día contempla un itinerario de 4 horas remando; para el segundo día se navega a través de una zona de calmo bosque, donde con algo de suerte se puede ver huillines o nutrias de río y, con algo de suerte, avistar el sorprendente pato de anteojos. El tercer lleva al los viajeros a los bajos de Chepu y su bosque sumergido, acercándonos al Pacífico y concluyendo la jornada, que en total cumple 65 km. de kayak. “Lo más espectacular es el silencio y la bella naturaleza”, remata Britt. www.austral-adventures.com

Rio-Grande

En kayak doble por el río Grande, una experiencia de desconexión total envueltos en la vegetación nativa

En Bicicleta por las Iglesias Patrimoniales
Es sabido que la presencia católica española en Chiloé solo comienza en 1568, con la enseñanza y auxilio de los misioneros franciscanos, “aunque su ministerio fue ejercido solo en la isla grande, porque no eran suficientes para extenderse por todo el archipiélago, área que cubrirían posteriormente los jesuitas”, explican en su libro “Caguach, Isla de La Devoción” los autores Renato Cárdenas y Carlos Trujillo.
Si bien se discute el año exacto en que los jesuitas llegaron a la provincia, lo cierto es que, para quienes visitan hoy el conjunto de islas de Chiloé, la posibilidad de encontrar en sus iglesias una parte viva e importante de su historia -con construcciones que se remontan al siglo XVIII- es un atractivo de nivel mundial.
José Salas y Lito Quezada son socios en Turismo Siempre Verde, y ofrecen conocer algunas de las iglesias de la costa de Chiloé pedaleando. “Esta es una excursión que recorre parte de los caminos interiores de Chiloé, entre Dalcahue y San Juan de la Costa, dos pueblos donde encontramos iglesias que son Patrimonio de la Humanidad”, explica José, que advierte que la ruta que hacen es por viejos caminos, que no se pueden transitar más que en bici o a pie. “Hay que cruzar el estero de San Juan; y si la marea esta alta, hay que cruzar en bote”, cuenta, señalando que en la llegada a San Juan se cierra la excursión con un curanto bien particular, en una olla gigante, “que conserva mucho más el líquido; te sirven el caldo en una tacita que tiene todos los sabores”, agrega. Si bien la iglesia de Dalcahue se encuentra, al cierre de esta edición, en reparaciones, en San Juan, además de conocer los astilleros locales, se puede recorrer por completo su iglesia, subiendo a su campanario y descubriendo el sistema constructivo de estas maravillas de la arquitectura chilota. www.siempreverdeturismo.com

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Una tarde inigualable en el Centro de Ocio de Rilán con Sergio Colivoro y su banda de acordeones y cuerdas

A caballo por la playa Tricolor
Andrés Salinero llegó hace 20 años a Chiloé. Como muchos viajeros, vino mochileando y, en su caso particular, la isla de Laitec era el destino. Pero algo lo hizo ir a volver a su natal San Fernando: no lo sabía en aquel entonces, pero se iba a quedar en Chiloé, y por eso se fue y volvió al archipiélago, esta vez en compañía de su caballo y su fiel perro Montana: en 18 días completó un viaje en el más puro estilo vaquero, y hoy sigue dedicado a este tipo de aventuras. Junto a su amigo y socio Patricio Alvarado integran Palafito Trip, empresa de excursiones radicada en Cucao, donde comienzan sus viajes montados.
Uno de las expediciones a caballo que Andrés destaca es la que Palafito hace desde Cucao a Punta Checo. “Al sur del Parque Nacional Chiloé, entre imponentes acantilados sacudidos por el océano Pacifico y el frondoso e impenetrable bosque nativo, se encuentra emplazado el antiguo fundo Quilán. Este agreste lugar se sostiene de los recuerdos de un pasado exquisito, como antiguo lavadero de oro, que en los años ‘40 tuvo sus mejores días y también fue visitado por extranjeros, que venían en busca del preciado metal. En los siguientes años Quilán se convierte en uno de los más importantes fundos ganaderos ovinos de la zona, para terminar hoy solo y casi abandonado”, explica Andrés. La excursión parte en el pueblo de Cucao, donde se toman los caballos con rumbo al sur, con la playa Tricolor -inserta en el antes mencionado Fundo Quilán- como objetivo. “En el camino conoceremos a algunos habitantes de la zona y disfrutaremos del paisaje embestido por la agresividad del Pacifico”, cuenta Andrés, quien destaca entre los locales a Orlando Vera, antiguo buscador de oro y recolector de fósiles en el sector de Rahue, que puede recibir a los viajeros entusiasmado con conocer la tradición de la costa chilota, contando sus increíbles historias. “Orlando ha llegado por la costa a la Punta Tablaruca, por un camino costero que hoy está muy tapado”, asegura Andrés, que recomienda probar, en temporada alta, las empanadas de machas, queso y carne de una de las hijas de este pionero de Rahue, para luego seguir en una segunda jornada, pasando por la playa de Campihuapi, a la zona de Punta Checo, un escondido sector donde antiguamente venían agricultores de distintos puntos de Chiloé, buscando semillas de extrañas variedades de papa nativa. www.palafitotrip.cl

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Cabalgatas por la costa Pacífico de Chiloé, de la mano de Palafito Trip

Reserva Tablaruca
Con un sendero que acaba de terminar su etapa de marcación, la Reserva Tablaruca es un lugar donde tienen que viajar quienes desean conocer la costa chilota en su estado más virgen, y en un viaje mucho más breve que el que se pueden hacer en áreas protegidas vecinas.
A principios de diciembre de 2014, un equipo multidisciplinario integrado por expertos forestales y en ecoturismo, ingenieros en proyectos éolicos, pescadores, reporteros y jóvenes exploradores, realizaron el primer cruce guiado de la Reserva, desde la zona de bosque quemado donde se emplaza la antena de medición eólica –asociada a un parque que producirá esta energía renovable- hasta la desembocadura del estero Tablaruca, en el Pacífico.
Para llegar a Tablaruca es necesario seguir el desvío que nos acerca al lago Natri y Tepuhueico, para luego tomar rumbo al Sur-Oeste, conduciéndonos por caminos forestales que ponen a los conductores una desafiante prueba de 4×4.
Diego Retamal, coordinador del proyecto ecoturístico de Tablaruca, estima que para conocer el sendero de la Reserva, lo ideal es hacerlo en 3 días. La primera jornada consiste en la aproximación al claro de bosque y campamento cercano al primer cruce del estero, que desemboca en el Pacífico; el segundo día nos lleva a cruzar al puente que cruza el cristalino curso de agua, pasando por una encajonada zona de pangales o nalcas, que antecede a los bajos del delta del Tablaruca, que nos llevan a la arenosa playa de la Punta. En este spot la pesca de salmones y robalos es una posibilidad comprobada por los expedicionarios del pasado diciembre, y un dato que pocos conocen… ¡hasta el momento!
El tercer día y final significa volver todo el camino de la reserva, cruzando todas las zonas de tepual, bosque siempreverde y monte chilote que tiene Tablaruca. Como dato de cierre, una buena idea es aprovechar, en el último día, el quincho que está cercano a la zona de estacionamientos del principio del sendero: con dos estufas, mesas y un añorado techo, puede albergar a los viajeros en una pausa antes de caminar los últimos 20 minutos de vuelta al auto. Más información contactando a www.reservatablaruca.cl.

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Muy cerca de llegar a la costa Pacífico en la Reserva Tablaruca

Dónde Comer
-Restaurant Travesía
Además de ofrecer un ambiente hogareño, ideal para capear los fríos días en Castro, Travesía es un verdadero taller de gastronomía, donde el saber de la cocina local junto al conocimiento de los orígenes nos hablan de Chiloé, contándolo desde la cocina. Centolla fresquísima, chanchito tentación, vinos, cerveza, mistela… y la chicha de manzana de Calen en este santuario de los sabores chilotes. FB: RestauranTravesia

-El Mercadito de Chiloé
Con un ambiente que mezcla una cocina gourmet con una decoración ecléctica, Mercadito es un restaurant ubicado muy cerca del Mercado de Castro, con atención ágil, sabores autóctonos y detalles que le dan una presentación chic. Dentro de su carta recomendamos “Mar Dentro”, un congrio grillado sobre una chorrillana de vegetales agridulce y puré de camote. www.elmercaditodechiloe.cl

-Palafito Cucao
Recomendamos decididamente probar sus exquisitos curantos en hoyo; su ceremoniosa preparación, con milcao y chapelele, es algo necesario de reservar anticipadamente, y puede ser el broche de oro para cerrar una expedición a caballo o en kayak desde Cucao. www.hostelpalafitocucao.cl

Dónde Dormir
-Centro de Ocio
En la península de Rilán está emplazado este hotel y SPA, que tiene una vista increíble al paisaje costero de Castro. Con un staff realmente amable y cercano, ofrece una arquitectura que se mezcla bien con el entorno y un espacio armónico y sencillo, sin alejarse demasiado de la ciudad. www.centrodeocio.cl

-Fresia Peranchiguay
Quien quiera conocer la isla de Caguach no va a encontrar hoteles de 5 estrellas, pero si la atención de los amables locales, acostumbrados a las visitas esporádicas. No vamos a entregar mucha más información, pero si llegan a la llamada “Isla de la Devoción”, pregunten por ella.

-Rai Ecolodge Tepuhueico
Ubicado en el Parque Privado Tepuhueico, este pequeño y exclusivo lodge de 7 habitaciones ofrece una pequeña playa, bicicletas para salir a conocer la zona y un espacio donde se busca lograr el menor impacto de la naturaleza, haciendo un uso muy respetuoso del agua y electricidad. www.parquetepuhueico.cl
Imperdible