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Entrevista: Cintia Percivati, la «hormiga»

Esta escaladora argentina, integrante del equipo de The North Face, es una verdadera “hormiga”. Lleva el récord de haber sido la primera persona de nacionalidad argentina en haber subido una de las agujas del Chaltén y hoy se luce también en Boulder.

Texto: Teresa Arnaboldi.

¿Cómo te motivaste con la escalada?

Empecé hace 17 años realizando cursos de escalada tradicional en Buenos Aires. También salía a la montaña y a subir cerros. Al poco tiempo conocí la escalada deportiva y me enamoré de ella. Después me dediqué a hacer una fusión entre escalada en montaña y en roca. Además, siempre tuve amor por la naturaleza y a viajar por el sur de mi país donde sentía atracción por la montaña.

¿Qué tipo de escalada te gusta más y por qué?

La escalada es un estilo de vida junto con el amor por la naturaleza. Todos tienen algo diferente y hermoso a la vez por eso me dedico a todos ellos. Pero si tengo que elegir creo que lo que más me gusta es la escalada en roca y el Boulder.

¿Cómo has conseguido tan alto nivel en todos estos estilos de escalada?

Por sobre todo con dedicación y perseverancia. Disfrutando de cada paso en la escalada. Con amor, ya que si no amas lo que haces, no creo que se llegue a buen puerto. Con respeto, ya que la montaña es quien te alberga y enseña. Con pasión, porque es el combustible que alimenta las ganas de seguir creciendo. Y con paciencia, ya que nada grandioso cuesta poco.

¿Cuáles han sido tus más grandes logros?

En la escalada alpina mi sueño cumplido fue haber ido a El Chaltén y haber subido el Fitz Roy y el Cerro Torre. Otro gran logro, también en El Chaltén, fue la ascensión de la impresionante aguja Desmochada. Fui la primera persona de nacionalidad argentina en alcanzar esa cumbre. Fui con unos amigos de Bélgica y España, y en dicha escalada se liberó la ruta.
En la escalada deportiva logré un 8b+ en Bariloche en Valle Encantado y un 8A a vista (significa al primer intento) viajando por España en Valencia.

¿Qué lugares te gustan para escalar?

Europa me gusta muchísimo, España tiene la escalda deportiva súper desarrollada, tengo muchos conocidos instalados allá así que la paso muy bien. El sur de mi país lo adoro, la Patagonia cuenta con una energía inigualable, con mucho potencial que de a poco se ha ido desarrollando. También tuve la suerte de conocer el norte de América y África el año pasado. Ahí me encontré con Soho Langbehn, Facundo Langbehn, Lucas Gaona y Oihan Ayensa, y me encantó.

¿Cómo ves el desarrollo de la escalada en tu país?

Noto que los últimos años está creciendo muchísimo. Cuando comencé a escalar no era un deporte tan popular y todo costaba un poco: viajar o conseguir equipo. Gracias a que la escalada es ahora parte de las olimpíadas, en los últimos años se ha hecho más popular. Desde el año pasado estamos viendo grandes logros que se han conseguido gracias al apoyo económico de la Secretaría de Deportes gestionado por la Federación Argentina de Ski y Andinismo (FASA) que ha trabajado para conseguir este apoyo.

¿Cómo ves a la mujeres en este deporte?

Todavía hay menos mujeres que hombres,  pero aún así hay muchísimas que han empezado a escalar y eso me pone contenta. He visto viajes de escalada compuestos solo de chicas. Pienso que la escalada no es un deporte que puede favorecer más a un sexo que al otro, es bastante igualitario para los dos.

¿Con qué sueñas?

Es difícil a mis 35 años volver a soñar de la manera que soñé cuando subí el Fitz Roy, con la capacidad de auto sorprenderme.  En la escalada deportiva me conformo con seguir a buen nivel y disfrutar muchos años más de este deporte. Tengo un proyecto de escalada deportiva en Bariloche, en la Pared Blanca. Una vía que estuve muy cerca de lograr, un 8c. Quiero volver a intentarlo ahí y subir medio grado.

¿Quiénes han sido tus referentes en la escalada?

Lynn Hill es una de mis más grandes referentes. Desde que empecé la admiré muchísimo por los logros que tuvo en épocas en que la mujer no era tan destacada en la escalada. Ella superó algunos récords de hombres. También siempre tuve una idealización por Wolfgang Güllich reconocido como uno de los más grandes, hábiles y atrevidos escaladores de todos los tiempos. Lo recuerdo como el motivador de nuestro grupo por la manera en que se tomaba la escalada, por su motivación extrema. Con el tiempo, fui conociendo escaladores que me marcaron en pleno crecimiento. Tuve la oportunidad de compartir con Diego Marsella, y fue en ese momento que claramente hice un “clic” y subí de grado. Años más tarde tuve la maravillosa suerte de conocer a mis amigos belgas: Sean Villanueva y Nico Favresse, con ellos viajé a al sur, subimos la aguja Desmochada y hemos compartido la escalada en otros sitios. Ellos fueron mis mayores maestros.

¿Qué figuras admiras hoy?

Admiro lo que hace Alex Honnold que nunca deja de asombrarme. Yo escalé las vías que él hizo en modalidad Solo y cuando pase por ahí no podía creer que alguien pasara de modo tan suelto en ese lugar. En cuanto a escaladores más cercanos admiro a muchos, como a Facundo Langbehn que me asombró el año pasado en el Máster de Boulder cuando estuvo muy cerca de ganarle a Alex Megos. Los logros que está consiguiendo Valentina Aguado también son dignos de admiración.

¿Cómo ves a Valentina que es una de las escaladoras más jóvenes del circuito?

Por la edad que tiene (16 años) veo que le queda mucha carrera por delante, está súper bien enfocada. Ha logrado un nivel excelente y ella también justo apareció en un momento oportuno en el desarrollo del deporte en el país, lo cual la ha favorecido y eso es bueno. Ella tiene muchísimas condiciones y buena cabeza.

¿Tienes algún proyecto en mente?

Este verano tenía un proyecto de ir a subir las tres Torres del Paine, pero por diversos motivos no se pudo realizar así que queda pendiente para el año que viene con mi compañera de escalada Carol North.

¿Tienes alguna anécdota en la escalada?

He vivido muchas aventuras en la Patagonia, me cuesta citar una anécdota en particular. Tengo un recuerdo feliz en el Fitz Roy donde luego de hacer cumbre, nos encontramos con 4 brasileños que habían subido por la cara Norte, y con quienes decidimos compartir el descenso. Recuerdo que cuando estuvimos en la cumbre del Pilar Casarotto, donde pasamos la última noche antes de rappelear por completo la montaña, sentimos la felicidad que cargaban nuestras almas cuando al ritmo de la típica música brasileña de las favelas nos pusimos a bailar encima de los piedrones, clipados con los autoseguros unos con otros, hasta que el sol cayó detrás del cordón de Torre.

¿Por qué te dicen hormiga?

Mis compañeros de escalada empezaron a hacerme bullying por dos motivos: por un lado por mi casco blanco y porque cuando comencé tenía condiciones para escalar y decían que parecía la Hormiga Atómica. Además, cuando salíamos a la montaña, de atrás no se me veían más que las patitas llevando una enorme mochila.