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Desde la Cordillera al Mar: Navegando el río Puelo

Cuatro días a full, cerca de 120 Km de navegación, caminatas, algo de riesgo, mucha tranquilidad, naturaleza casi virgen y paisajes inolvidables es lo que vivieron dos amigos bajando por el río Puelo en botes inflables.

Texto y fotos: Fernando Fainberg

 

Hace un año vi unas fotos de Pablo Besser (gran expedicionario chileno) en una expedición en los fiordos patagónicos usando un bote inflable que se podía guardar en la mochila. De inmediato me di cuenta de que tenía que tener uno y hacer una aventura así. Vendí mi equipo de montaña (y de flojo, pues ya estaba cansado de acarrear kilos y kilos de fierros para subir cerros) y compré un packraft marca Alpakaraft (por sugerencia de Pablo).

Puse entonces un post en Facebook de que venía mi packraft en camino. Mi amigo Andrés Mora lo vio y me mandó un mensaje ya que también estaba planeando realizar una travesía por el Puelo. Apenas llegaron los botes, partimos a bajar el río Rapel para probarlos. A fines de Noviembre partimos hacia Argentina, pasando por Bariloche hasta llegar a El Bolsón, y de ahì al lago Puelo donde comenzaría nuestra aventura.

Cuando llegamos al parque nacional Lago Puelo, el guarda parques, la gente de aduana y de gendarmería se pusieron curiosos por los botes ya que no los conocían y fueron a ver como los inflábamos y los dejábamos listos. Fue tal la buena onda de ellos que decidieron hacer los papeles de salida del país ahí mismo y así evitarnos hacer pasar por la aduana argentina.

Navegando el río Puelo

Comienza la travesía

Al medio día partimos remando por el hermoso lago Puelo que estaba en una calma total, sin una gota de viento y con aguas transparentes que más invitaban a bañarse que a navegar. Sabíamos que si queríamos llegar a nuestro primer campamento no podíamos perder tiempo. Pasado un poco más de una hora y media llegamos a la desembocadura del lago Puelo y a los primeros rápidos. Desde la orilla los vimos un poco fuertes así que decidimos ser cautelosos y pasarlos por la orilla para meternos al río un poco más abajo. Un minuto después estábamos ya sobre el segundo rápido que nos llegó de lleno, con una buena roca y una ola que nos puso bastante nerviosos. Decidimos detenernos de nuevo y ver los terceros rápidos para ver por donde pasarlos. Nos fuimos por la izquierda, ya que por le derecha había bastantes rocas y así llegamos al lago Inferior entre medio de risas y goce después de bajar las corrientes. Ya habíamos probado los botes en aguas torrentosas y nos sentíamos más confiados y seguros.

La remada por el lago Inferior estuvo bastante más complicada que la del lago Puelo pues teníamos viento en contra y pequeñas olas nos dificultaban el avance. Paramos a mitad del lago para descansar y recuperar fuerzas a orillas de un pequeño río y seguimos remando, pues todavía nos tocaba pasar por carabineros para hacer el ingreso a Chile. Llegamos a un pequeño muelle donde estaba atracada una lancha que cruza el lago y que la manejaba un amigo de Andrés quien nos dio unos datos de cómo llegar al retén de Carabineros y lo más importante, como pasar los dos rápidos que nos separaban de nuestro primer campamento. Son fáciles decía…

Navegando el río Puelo

Los carabineros nos estaban esperando, pues los gendarmes argentinos les habían avisado que iban dos tipos en kayak, así que luego de un comienzo un poquito tenso, nos dijeron que estaba todo ok y que continuáramos el viaje.

Remolinos y corrientes

La salida del lago Inferior es muy tranquila y el río se demora en tomar velocidad, pero una vez que se larga, se va con todo. Llegamos al primer rápido que se sintió bastante movido y luego de golpe apareció el segundo rápido que era muy fuerte, con hartas olas y corriente. A Andrés lo sacó a la derecha y quedó al otro lado del río de donde debíamos acampar y a mí me tiró con toda velocidad hacia un remolino y unas grandes rocas en la orilla donde casi me doy vuelta. El bote quedò lleno de agua. Despuès de unas cuantas remadas rápidas (casi desesperadas) pude salir a la izquierda a un remanso donde logrè sacar el bote.

Mientras tanto Andrés tenía que cruzar como fuese el río pues sabíamos que un poco más allá comenzaba el cañón del Puelo con rápidos de clase mundial hasta V grado y donde podrìamos ahogarnos. Dio una rápida remada en diagonal a la corriente y salió a unas rocas donde levantando el bote pudo llegar al remanso y a nuestro campamento a orillas del Puelo. Ya eran las ocho y media PM y estábamos mojados, cansados y nerviiosos pero felices de nuestra aventura.

Navegando el río Puelo

Esa tarde nos encontramos con un lugareño que nos dijo que había una micro que pasaba a las 9 AM donde terminaba el camino. Esto nos venía bien pues ese día nos tocaba portear todo el equipo por unos 10 Km hasta la pasarela y así evitar ese famoso cañón del Puelo. Tomamos la micro hasta la pasarela donde inflamos los botes y al agua de nuevo.

Esta es una de las áreas más lindas del río, pues es bastante ancha, los rápidos son un poco más suaves y solo mojan, y en la parte donde se junta con el río Ventisquero se ven unas montañas nevadas de fondo que dan un marco increíble a un paisaje maravilloso. Un buen rato dejándonos llevar por la corriente nos permitió relajarnos al máximo y disfrutar del momento. Pero durò poco. Nos enfrentamos a otro rápido, que uno puede saltar por la izquierda, pero como no lo sabíamos nos tiramos por la derecha y nos agarró una fuerte corriente que nos tiró con toda velocidad contra la orilla , ramas de árboles y fuertes olas. Ahí volvimos a pasar susto y nos concentramos de nuevo en el río y ver que venía a continuación. En ese lugar empezaron a aparecer los primeros árboles semi sumergidos y que serían nuestra mayor preocupación el resto del viaje pues podían rajar nuestros botes.

Navegando el río Puelo

Pan con Palta

Sin mayores complicaciones llegamos al sector de Llanada grande, donde sabíamos que debíamos salir a la orilla derecha para evitar el rápido conocido como El Portón, pues se veía bastante grande y nos podía dar vuelta. Además, si un rápido tiene nombre, no es porque sea chico. Guardamos todo y partimos con las mochilas con cerca de 23 kilos a buscar por donde salir, pues Llanada grande queda a unos 250 metros más alto de desnivel y no hay camino para llegar allá.Decidimos seguir unas huellas de vacas, las que nos condujeron a un campo desde seguimos unos senderos hasta Llanada Grande. En el camino, mientras descansábamos nos encontramos con una señora que venía con su hija desde la escuela y le preguntamos donde podíamos comer algo. Nos dijo que no había nada más que un negocio de abarrotes . Como nos vio hambrientos nos regaló unos pancitos amasados con palta que había llevado de colación, y así mientras comíamos felices nos contaba de los vecinos, que se conocían todos y que siempre salía con varios perros porque ahí andaba el león (puma). En Llanada Grande hay unas cuantas casas, un retén de Carabineros y un negocio donde para nuestra delicia vendían cervezas bien heladas. Hicimos un trato con un lugareño que nos llevó por 5 mil pesos hasta la bajada al río en Puerto Santo Domingo (nos ahorramos una caminata de 6 Km), que no es más que una playa desde donde se podía meter fácilmente al río. Nuevamente estábamos armando campamento a últimas horas de la tarde.

Echados a patadas

A la mañana siguiente partimos por una de las zonas más lindas del río ,un tramo que va por un cañón rodeado de paredes de piedra y con mucho bosque nativo y grandes árboles que llegan hasta la orilla. Además el color turquesa del agua es increíble y la velocidad constante y la falta de rápidos hacen de esta parte una verdadera delicia. Pasada esta parte el río se abre y comienza a formas grandes meandros que alargan mucho la ruta y que sumados a un fuerte viento y la constante amenaza de lluvia hizo que nos pusiéramos ropa para el agua (Andrés pudo por fin usar su traje seco), claro que a la media hora se empezó a despejar de nuevo, así que terminamos bastante acalorados ese día.

Navegando el río Puelo

Llegamos a media tarde al lago Tagua Tagua, donde había mucho viento y grandes olas por lo que decidimos acampar en la primera playa que vimos y que para nuestra mala suerte era la orilla del Mítico Puelo Lodge, donde fuimos echados de ahí por la administradora. De nada sirvió decirle que veníamos desde Lago Puelo en expedición, que éramos muy limpios, que teníamos todo armado y que nos íbamos muy temprano. Nada, la mala onda estaba instalada y para evitarnos pelear más aún (podríamos haber hecho uso de nuestro derecho a usar las orillas de cualquier lago) decidimos irnos de vuelta a Puerto Maldonado y acampar al frente.

El campamento igual estuvo bueno, disfrutamos de una apacible tarde y pasamos buena noche.

Rápidos por doquier

Amanecimos muy temprano porque queríamos asegurarnos de cruzar el Tagua Tagua sin viento por eso a las 7 AM estábamos con los botes en el agua. Unas horas de remada muy agradable nos dejaron en la otra punta del lago. La salida estuvo entretenida con un pequeño rápido que nos despertó, pero luego entramos al sector de la Poza, que es un mini lago bastante grande y que sabíamos que terminaba en el rápido conocido como El Salto ) y que nos tenía bastante nerviosos. Justo antes del rápido el río se angosta y se encañona con paredes verticales . Veíamos las olas y espuma a lo lejos .Decidimos subir una pequeña loma de bosque para tener mejor vista del rápido, el que para nuestra suerte salía hacia la izquierda y se podía pasar fácilmente por la derecha.

Un español que tiene una casa ahí y que estaba pescando nos dijo que después de este rápido ya no había más y que el río corría suave hasta el mar. Partimos a rodear por la derecha el rápido, justo donde el río tiene hartas piedras y avanza con poco caudal. Pude remar un poco hasta que el bote se quedó atrapado entre dos piedras grandes y se llenó de agua. Me vi obligado a bajar y tirar de él hasta la orilla. Ahí vimos que había otro rápido que estaba tapado por unos árboles y que nos obligaba a bajar más aún.

El río corría con bastante velocidad y dudábamos de lo que nos había dicho el español, así que nos fuimos por un brazo a la derecha para evitar unos rápidos que vimos al avanzar río abajo y para nuestra mala o buena suerte había más rápidos. Ya sin tiempo para salir a la orilla, nos fuimos por ellos y remamos fuerte hacia el que parecía más fácil. Andrés pasó saltando una gran roca y la posterior ola y yo por tratar de esquivarla, la pasé por la derecha pero me agarró una corriente desde la izquierda y al juntarse con la ola me pegué un gran salto y estuve a milímetros de darme vuelta.

Navegando el río Puelo

Pasado el rápido nos fuimos a la orilla y pude dar vuelta el bote y sacarle el agua. Ahí vimos que venía otro rápido y que lo mejor era pasarlo por la derecha. Partimos de nuevo y esta vez Andrés no pudo salir de la corriente y al tratar de dar una vuelta y salir de ella, la ola lo agarró y lo dio vuelta. Despuès de segundos de incertidumbre lo vi flotar al lado del bote, el que por supuesto no se hundió y que sirvió de flotador. Partí a ver si podía ayudarlo pero lo mejor era que flotara un poco río abajo hasta un remanso donde pudiera salir y recuperar sus cosas. Perdió un gorro y su botella Nalgene, pero aparte de eso, nada más. Bajamos hasta la siguiente playa y ahí descansamos una hora mientras el sol secaba las cosas de Andrés. Aprovechamos de almorzar y bañarnos.

Las siguientes horas fueron más tranquilas, aunque igual pasamos dos rápidos más que se movían un poco, pero en general nos dejamos llevar por el río hasta que divisamos el gran puente que une la localidad de Puelo con Cochamó, y que era uno de nuestros hitos al llegar. Desde ahí solo un par de kilómetros nos separaban de nuestro destino final que era el fiordo de Reloncaví. La marea estaba alta así que el río corría muy lento y nos tomó bastante rato llegar a la desembocadura. Cuando llegamos, nos fuimos a la orilla justo en la punta donde termina el río, pues la marea ya estaba bajando y la corriente es muy fuerte en el fiordo y no queríamos arriesgarnos a que nos llevase hacía a dentro.

Felices nos bajamos de los botes y nos dimos un abrazo pues habíamos cumplido con nuestro objetivo que era navegar el río Puelo desde su nacimiento hasta su desembocadura en el mar. Cuatro días a full, cerca de 120 Km de navegación y algo de caminata con mil aventuras, algo de riesgo, mucha tranquilidad, naturaleza casi virgen y paisajes inolvidables llegaban a su fin.

Nos íbamos a quedar en la casa de Fernando, un amigo de Andrés muy buena onda, pero para llegar a ella teníamos que remar río arriba casi un kilómetro, esta vez con toda la corriente en contra. Una hora de sufrimiento nos llevó llegar hasta la orilla de la casa de Fernando y ahí sí que dimos por terminada esta primera parte de la aventura, pues dos días después estábamos partiendo a conocer el mágico valle de Cochamó.

Selva Costera, el primer trail del año en Chile

Texto y fotos: Cristian Valencia.

Después de recorrer animando en 24 lugares diferentes dentro del país durante el 2016, regalando energía tanto en carreras de Trail como de MTB, el primer destino de este año que recién comienza fue el de una pequeña y apacible caleta llamada Maicolpué, en San Juan de La Costa, cerca de Osorno, en plena región de Los Lagos.

Este lugar convocó a cerca de 200 competidores en un evento desarrollado por Austral Ventus, llamado Selva Costera Trail, que veía peligrar su primera versión por una torrencial lluvia que se dejo caer por la noche anterior, dando un respiro justo por la madrugada antes de la largada de la distancia mayor del evento.

Carolina Peters, corredora de Valdivia

Cuando todo parecía indicar que sería una tormentosa mañana, el clima nos dio un descanso, entregándonos un hermoso cielo parcial que destacaba aun más los contrastes de esa bella tierra, que trataba humildemente de entregarnos lo mejor de sí.

Con un ligero retraso damos la largada a los corredores de 21 km corriendo raudamente tras ellos (previo acuerdo con Ignacio de la organización), motivado por captar algunas imágenes en ruta de los primeros kilómetros de costa, tanto como mis piernas me permitían hacerlo. Se acercaba la hora de partida de los 10 km, por lo que debía salir de Pichi Mallay, retornando rápidamente rumbo al punto de partida, mientras subía la primera información a redes.

Carlos Sotomayor, corredor de la Corporación Nimbus

Gracias a unos chicos del camión municipal pude evitar llegar tan justo en el tiempo y no tan transpirado a motivar a los ansiosos competidores que saldrían por la distancia menor.

Nuevamente mi motivación era tal, que repetí el proceso, pero ya solo acompañando unos 2 km, ya que debía esperar la llegada de un sólido Luis Patagón Soto, quien lideró los 21 km de competencia de principio a fin, seguido de cerca de Marcelo Sánchez y Jonathan Oberreuter.

 

Luis «Patagón» Soto, Marcelo Fuentes y Jonathan Oberreuter, ganadores de los 21 km.

Por su parte, hizo lo suyo la sólida neozelandesa Amber Philpp, quién no le dio chance alguna a sus oponentes, ni si quiera a la «Pantera» Cindy Ramírez, quien lamentablemente no llegó en buenas condiciones al momento de partir, evitando que viéramos esa anhelada batalla en los senderos de esta primera versión, pero que sí se dio durante gran parte de la carrera con Gloria Schopf por obtener el segundo lugar.

Amber Philpp, neozelandesa radicada en Chile, ganadora de los 21 km

Para la distancia menor, los protagonistas fueron Carlos Jaramillo, Javier Ramírez y Fabián Ritter en hombres y en mujeres Nataly Castro, Jaqueline Cárdenas y Paula Toledo.

No dejes de visitar

La calidez del sur reflejada en el terminal rural Feria Rahue, uno de esos mágicos lugares donde encuentras ese sabor de campo puro, donde te das cuenta que aun hay gente que vive alejada de atochamientos y desconectada de la vorágine del mundo actual. Tuve la suerte de conocer este lugar, donde obviamente no dejé pasar la oportunidad de comprar una buena pieza de queso y su respectiva tortilla de rescoldo que me sedujo desde que la vi.

Si bien mi experiencia gastronómica no fue de la mejor en Maicolpué, por un sinsabor que no vale la pena nombrar, puedo destacar la atención y comida del Newén Pu Domo, lugar que acogió a muchos de los hambrientos corredores una vez que terminó la competencia y, por supuesto, a este hambriento, pero en ese entonces enfermo animador, que solo buscaba compartir un rato con mas amigos locos por este exquisito deporte.

Quedaron muchos lugares por recorrer y datos por visitar, por lo que queda la tarea pendiente para una próxima versión, donde claramente estaré brindando energía y recibiendo el cariño de los corredores del sur de nuestro bello país, en una competencia que seguramente apostará por aumentar kilómetros de bellos senderos para atraer más gente de distintas latitudes, sedienta de nuevas rutas en esta generosa zona de Chile.

Si quieres ver imágenes de la competencia, no olvides visitar el fanpage https://m.facebook.com/cvalenciatrail/

Kayak por el Maullín

Un grupo de amigos decidió cumplir un sueño de infancia: bajar por el río Maullín. Durante tres días exploraron lugares recónditos de bosques milenarios , viajaron por aguas cristalinas y también vieron cómo la contaminación empaña el paradisiaco paisaje.

Texto y fotos: José Cardenas Vejar

Nuestra travesía nació de una conversación entre un grupo de amigos de infancia que nos topamos con las mismas inquietudes: investigar el largo recorrido del río Maullín hasta su desembocadura en el océano pacífico y proteger ese entorno del cual nos sentimos orgullosos y conocimos desde niños.

Queríamos conocer en profundidad el lugar Río Maullín, que nace en la desembocadura del lago Llanquihue en la regíon de Los Lagos y se extiende por 85 Km. Su entorno es ideal para practicar Fly fishing.

Kayak por el Maullín

Vista de Caleta Carelmapu.

Decidimos prepararnos para descender en Kayak por el Río. El objetivo del viaje era simple: recorrer y conocer la  flora y fauna aledañas al río, ver con nuestros ojos las huellas que la historia dejó por medio de la glaciación que existió en el lugar y conocer el entorno que alguna vez habitaron los Chonos. Además teníamos antecedentes de que los antiguos habitantes del sector “Monte Verde” viajaban hasta el río Maullín a recoger algas y usarlas con fines medicinales. Vestigios de Terrazas y morrenas nos esperaban en la ruta.

Preparación

En una exploración en kayak por un río con un caudal medio de 75 m3/s se pone a prueba el estado físico de cualquiera. Consideramos entonces realizar la travesía en siete días. No queríamos competir ni hacer algo que perjudicara nuestra integridad física así que decidimos irnos con calma. Al ser una exploración debíamos ser minuciosos con todo lo que viéramos y registráramos.

Kayak por el Maullín

Descanso en sector El Gato.

Lo primero que hicimos fue estudiar la ruta y conocerla como la palma de nuestras manos. No sabíamos si ciertos sectores eran navegables debido a la baja profundidad del río y tampoco sabíamos si existían rápidos o cascadas. Recurrimos entonces a imágenes satelitales y a relatos de vecinos del sector. Rápidamente nos enteramos de que la navegación se dividiría en dos partes. La primera iría desde el lago Llanquihue hasta un sector aledaño a Nueva Braunau. Sólo las primeras 6 millas del río son navegables. Las siguientes 9 millas se ven imposibilitadas debido a la existencia de arboles que cruzan el río, cercos y alambres de los lugareños. Decidimos navegar la ruta más expedita y de mayor longitud que se sitúa desde el sector Las Quemas hasta el Maullín.

Los preparativos comenzaron tres meses antes de la exploración. Solicitamos el zarpe en la Capitanía de Puerto de Maullín. Ahí nos dieron una charla y nos entregaron un listado de los requisitos que debíamos cumplir para que nos otorgaran la autorización. Necesitábamos saber nadar, tener chalecos salvavidas, llevar agua dulce, alimento para dos días adicionales al de recalada, ropa seca, GPS, brújula, mapa, bengalas, teléfono satelital y radio VHF con banda marina. Por suerte cumplíamos a cabalidad los requerimientos. Paralelamente seguimos planificando la ruta, los sectores donde haríamos una pausa y los lugares donde acamparíamos.

Kayak por el Maullín

Descanso en sector El Gato.

La flora terrestre que rodea al río principalmente es del tipo Bosque Húmedo templado con características de Bosque Valdiviano y marcada presencia siempreverde. También, al ser bosques de renovales, todo el viaje tendríamos árboles a nuestro alrededor. Eran muy pocos los sectores donde podríamos detenernos. Además, la depresión intermedia, esta zona presenta una topografía fuertemente ondulada, esto hace que el río en algunos sectores, presente un escurrimiento meándrico con valles fluviales estrechos. Tendríamos que estar concentrados en la navegación para no golpear los árboles que se encontraban caídos a los costados del río y volcarnos.

Tuvimos que poner en pausa por un momento los planes de viaje debido a nuestros trabajos. De los que integraríamos la travesía, Ricardo, mi amigo de infancia, trabajaba en el Hospital de Maullín, y Alejandro y Francisco eran ingenieros de profesión. Ellos residen en Puerto Montt y Frutillar respectivamente. Por mi parte, Aysén Films, la productora cinematográfica científica en la que trabajo, me encomendó viajar a Coyhaique para hacer registro fotográfico de una actividad invernal.

No teníamos muchos recursos para el viaje. Los kayak fueron facilitados por amigos que creyeron  en nuestra taventura. El equipamiento para acampar también era básico. Llevamos una carpa de 4 estaciones MSR Fury, sacos de dormir -20º y linternas frontales, pilas para recambio, cocinilla con gas butano y bolsas para la basura. Solo debíamos costear la alimentación y combustible para pagar el flete que nuestro amigo Michel, quien se desempeña como Bombero y contador, nos haría desde Maullín a las Quemas.

Kayak por el Maullín

Descanso en sector El Gato.

Comienza la travesía

¡Finalmente llegó el día! El pronóstico meteorológico estaba a nuestro favor durante los días que remaríamos. Estimamos la recalada final en tres días. Michel nos dejó en el Puente Maullín Nº 4, cerca del Retén de Carabineros de las Quemas. Allí chequeamos que nuestros kayak estuvieran en óptimas condiciones y estibamos la carga.

Zarpamos y de inmediato nos impregnamos de la paz y armonía del río y sus alrededores. Navegar bajo un cielo azul, sin viento y dejarnos llevar por la corriente era un deseo que hace mucho tiempo anhelábamos. Comenzamos a ver muchos árboles que cruzaban en 45º el río.  También vimos flotando desde neumáticos y bolsas plásticas, hasta animales muertos. Incluso nos encontramos con restos de botes y remos de fibra.

Kayak por el Maullín

Navegación en Puerto Toledo.

Nuestros conocimientos de navegación indicaban que en los sectores que el caudal era más tranquilo, la profundidad era menor y se situaban bancos de arena o piedras. En muchos sectores la profundidad era de solo centímetros. En el fondo del río, lográbamos ver muchos troncos. A medida que descendíamos el río pudimos observar que el Maullín recibe varios afluentes menores, como Estero el Rosario, Río Oscuro, Río Chinchiguapi y Río El Gato.

Kayak por el Maullín

Tarde de Primavera en Muelle Maullín.

En este último sector, que es límite entre las comunas de Los Muermos y Maullín, el año 2015 se presentó un proyecto para instalar una “Central Hidroeléctrica de Pasada”. Por suerte este proyecto no se llevó a cabo, gracias a la gestión del municipio de Maullín y de un movimiento ciudadano conocido como ‘Río Maullín libre’ se logró retirar el proyecto de impacto ambiental, ya que carecía de información relevante, no incluía la línea de transmisión ni contemplaba a la comuna de Maullín dentro del área de influencia del proyecto.

En este sector nos detuvimos a descansar y dimensionar el proyecto cancelado. Pudimos evidenciar con mucha pena, la contaminación existente. Ya se nos hacían familiares en la ruta los cartones, botellas, restos de fogatas, bidones de combustible y muchos otros residuos domiciliarios de gente que no entiende la importancia del río y su entorno limpio. El primer día de navegación culminó en el sector de Puerto Toledo. Llegamos rápido. En algunos sectores la velocidad de navegación fue de 7 nudos, casi 13 km/hr. Temprano armamos campamento mientras una copiosa lluvia se dejaba caer, la que hizo el descanso mas relajante. El día siguiente comenzaría muy temprano.

Kayak por el Maullín

Tarde de Primavera en Muelle Maullín.

Segundo día

A las 7 am preparamos el zarpe. Secamos y guardamos todo para continuar nuestro viaje. En la ruta nos encontramos con un sin fin de aves. Cisnes Coscorobas, patos colorados, Taguas, Cormoranes. El sol y la tranquilidad que desde ese sector del río en adelante entrega, hacía que no dejáramos de agradecer ese regalo que recibíamos. Nos internamos en los humedales del sector de Puelpún, lugar que junto a otros, fueron incorporados a la Red Hemisférica de Aves Playeras. Es el quinto lugar en Chile. Esto demuestra la importancia que Maullín tiene para la conservación de Biodiversidad a nivel Internacional. Muchas Garzas grandes y Cucas, Playeros de Baird y Chorlos nos recibieron en el sector del ‘Bosque Sumergido’. Muy cerca de allí, frente a Río Guarne, armamos el campamento en nuestro segundo día de navegación. En ese sector existe un camping el cual aún es prácticamente desconocido para los mismos Maullinenses. Don Jorge Yañez nos recibió muy feliz y nos contó sus proyectos para ese lugar.

Después de cenar e indicar nuestras coordenadas a personal de la armada, la noche completamente estrellada nos cobijó  para el merecido descanso.

Kayak por el Maullín

Campamento en sector Puelpún.

Tercer día

Para el tercer y último día, teníamos prevista la recalada para cerca de las 18:00 hrs. También teníamos considerado que el río cambia de agua dulce a salada, además de vientos y oleaje. Y así fue. Luego de unas horas de remar llegamos al sector de Lolcura. Allí de frente nos topamos con vientos de 10 nudos, casi 20 km/hr. y olas de medio metro. Desde ese sector cruzamos el río en su totalidad para llegar a Chuyaquén donde se encuentran los restos de una antigua Salmonera. Era nuestro último descanso para finalmente llegar a casa. La marea estaba subiendo y remar los últimos 5 kilómetros hacia Maullín se hicieron eternos. Finalmente y cerca de las 20:00 hrs. recalamos en el Muelle Cariquilda. Nuestros amigos nos esperaban en ese lugar. Querían escuchar nuestras historias y ojear el registro fotográfico que habíamos hecho de toda la ruta. Un saludo y un gran abrazo con ellos selló nuestra memorable hazaña. Todo salió como lo teníamos contemplado.

Kayak por el Maullín

Comienzo de jornada en Puerto Toledo.

Dos ciudades Entre Lagos: Primera parte: Puerto Varas

Puerto Varas y Bariloche, ubicados en la Patagonia Norte, comparten diversas características que los unen y nos hablan de su prístina naturaleza, como su flora, fauna, costumbres, gustos, raíces, que los convierten en destinos predilectos por turistas del mundo. En esta primera entrega del Cruce entre Lagos, se conocen las atracciones de ciudad chilena y sus alrededores camino hacia Bariloche en el país vecino.

Por Reicni Zambrano y José Manuel Jiménez / @reicni_17 @jmjrue
Fotos: www.jmjrphotography.com
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Isla Guafo, Chiloé. Aventura en una isla prístina

Diego Pérez se embarca junto a un grupo de investigadores de la Universidad Andrés Bello a estudiar las loberas del lobo fino austral, saliendo a un destino poco explorado por el hombre. Por tres meses experimentó la vida en este paraíso natural, donde el aislamiento, el imponente clima, los lobos marinos, la comida sencilla y la amistad fueron la tónica. Continue reading

Chilwe, la Isla de las Aves

Este cortometraje da a conocer por qué llegan las aves migratorias a Chiloé, y sus distintas rutas de migración. Muestra como son vitales los humedales para albergar estas aves, y también cuales son sus amenazas. Al mismo tiempo, se aprecia como las aves han formado parte de la cultura chilota, a través de instancias como el festival de Aves Migratorias.

 

 

Los Chinook

Cualquiera que ha visitado el sur de Chile estará de acuerdo en decir que los paisajes de la X región son hermosos y sobrecogedores, con cumbres nevadas e impresionantes cuerpos de agua a sus pies, selva húmeda y exuberante, incontables kilómetros de vegetación donde el verde exhibe su más extenso abanico de tonalidades, prueba innegable de lo que siempre he afirmado y es que nuestra lengua es demasiado pobre para describir tanta variedad tonal.  Aquí, usando el lenguaje de las imágenes, les cuento algunas de las dudas que tengo sobre una de las especies que se ha sido introducida en la zona: el Chinook o King Salmon.
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Expedición al archipiélago de las Guaitecas

Todo empezó mientras intentábamos elegir donde hacer nuestro Proyecto de Título: las cuatro estábamos seguras de querer hacerla en el sur de Chile: dos de nosotras queríamos ir a Tierra del Fuego, pero las otras dos pensábamos en algún lugar más al norte, y fue así como nos topamos con la Isla Grande de Chiloé. Por supuesto no fue allí nuestra parada, sino que miramos ese olvidado lugar que se encuentra en mar abierto, hacia el sur cruzando el Golfo del Corcovado, un paraíso aislado y silencioso de cómplices islas hermanas: un lugar de historia y cultura en la sangre de sus habitantes, de cantos de ballenas, risas de delfines y gaviotas; frío, lluvia y viento. Por supuesto, me refiero al Archipiélago de las Guaitecas. Continue reading