Category Archives: Montañismo

Consejo experto: Enfermedad Aguda de Montaña

La doctora María Luisa Valdés es egresada de la Universidad de los Andes en 2014. Cuenta con un diplomado en Medicina del Deporte y Actividad física PUC 2015, curso formación WFR y ATLS. Además es Profesora de Taller Primeros Auxilios CAU y médico de urgencia en ACHS. Continue reading

Felipe Cancino presenta «Desde Canadá hasta la India»

El consagrado montañista y trail runner chileno Felipe Cancino, presentará hoy jueves 29 de diciembre el diaporama «Desde Canadá hasta la India». El deportista repasará sus expediciones más importantes de este año 2016, en el que conquistó el imponente Monte Waddington, en Norteamérica, y recorrió los Himalayas de la India.

Cancino destaca que «la expedición de mayo al Waddington de Canadá es una historia acerca de hacer los sueños realidad. La segunda historia, también va un poco en esa línea: Un viaje a India, descubriendo un mundo y cultura diferente en los Himalayas… Tengo súper buen material y creo que serán dos relatos interesantes para los asistentes».

La invitación es a las 21 horas en la tienda Patagonia del Mall Sport (Av. Las Condes 13.451, Local 225, segundo piso). La entrada es gratuita, con degustación de pizzas y cervezas artesanales para todos los asistentes.

Del Sur de Chile a la Cordillera Blanca

Expedición al norte de Perú. Cinco amigos de la ciudad de Valdivia viajan a Perú para ascender la Cordillera Blanca. Una expedición de 12 días donde Erwin Martínez y sus acompañantes pudieron conocer y ascender las elevadas cimas de este lugar y aprender de una cultura de montaña digna de replicar en nuestro país.

Texto y fotos: Erwin Martínez

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HOY: «Cumbres de Polo a Polo» en Patagonia Mall Sport

No te pierdas la charla de Pachi Ibarra, la montañista más seca de Chile

En la tienda Patagonia del Mall Sport, la destacada montañista chilena María Paz Ibarra dará la conferencia «Cumbres de Polo a Polo», en la que mostrará las mejores imágenes de sus expediciones por todo el continente americano y la Antártica.

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En Campo de Hielo Sur: Cordón Escondido

El Campo de Hielo Sur, con 400 kilómetros glaciares y mesetas que discurren de norte a sur es una de las zonas más remotas, inhóspitas y maravillosas del territorio chileno. Las innumerables montañas sin ascender, como también las montañas emblemáticas como el Cerro Torre, Murallón o el Volcán Lautaro hacen de la zona un lugar increíble e inigualable para la escalada y el montañismo. Desde las primeras exploraciones realizadas por el Padre Alberto De Agostini el Campo de Hielo Sur ha sido escenario y testigo del desarrollo del montañismo mundial.
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Una vuelta por el volcán Puyehue

El 4 de junio del 2011, luego de decretarse el alerta roja a nivel 6 con más de 230 sismos por hora y una fumarola de nueve kilómetros de alto, se produjo una gran erupción en el complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle. Hoy, tras años después de la explosión, damos una vuelta por el Volcán Puyehue sumando una cumbre más al proyecto de documentar los increíbles volcanes que tiene la cordillera de los Andes. Continue reading

Ascenso Monte Donoso

En una sacrificada expedición en los lindes del glaciar Tyndall, un grupo de expedicionarios enfrenta bosques, turbas, cajones llenos de nieve y el inclemente azote de los elementos, haciendo cumbre en un poco explorado cerro del Parque Torres del Paine, en la región de Magallanes

Texto y Fotos: Francisco Javier Rodríguez
Ubicado en el sector sur-oeste de Parque Nacional Torres del Paine y en las inmediaciones periféricas del gran glaciar Tyndall, el Monte Donoso resalta por su morfología cónica que le da un notable aspecto volcánico, con sus 1450 metros sobre el nivel del mar. Esta montaña debido a su acceso y lejanía, es pocas veces ascendida, a comparación de sus vecinos, sin embargo para el que ose internarse en sus laderas, ofrece una vista inigualable del área protegida que la acoge, principalmente el área sur, circundada por la cuenca del Río Serrano.
Rodeado en su base por extensas zonas de turba y cubierto hasta la cota 800 aproximadamente por densos bosques de lenga, su acceso resulta un arduo trabajo de orientación y paciencia. El acceso a esta montaña está por la ruta vehicular que dirige hacia guardería Grey o desde el río Serrano, el cual pasa a sus pies.

Ascendiendo durante el primer día por el extenso y denso bosque que cubre las faldas del Monte  Donoso.

Ascendiendo durante el primer día por el extenso y denso bosque que cubre las faldas del Monte Donoso.

Kilómetros en plano
La expedición compuesta por Iván Gomes Torres, Romano Marcotti Murua y quien redacta, se inició en el puente Grey: allí se dejó el vehículo y dio inicio a la aproximación hacia la montaña y área de campo base. Siendo mediodía tomamos rumbo dirección hacia el Monte Donoso, distante a 8 kilómetros. La ruta inicia adentrándose en una extensa pampa, la cual a ratos es cruzada por pequeños manchones de bosque y brazos del río Blanco. Superada la zona esteparia y ya en directa dirección hacia el macizo, nos internamos de lleno en el bosque, el cual se torna el escenario hasta llegar a la zona de campamento. Zonas arbustivas, turba, ríos, bosque, es la tónica de la aproximación hacia esta montaña, siendo altamente agotador. Por algunos lapsos es posible tomar senderos generados por ganado domestico que habitan en los alrededores del sector, senderos que facilitan de sobremanera el paso por estas zonas de vegetación con difícil acceso, sin embargo, la mayor parte del tiempo es apertura de camino y orientación.
Los primeros kilómetros son planos, mientras que superando la zona de turberas, el desnivel se hace notar. Cubiertas de arbustos, las laderas se elevan interceptadas por profundas quebradas con torrentosos ríos, los cuales hay que cruzar para proseguir el ascenso hacia el área de campamento.

 Iván Gómez y Romano Marcotti divisando los escarpados Cuernos del Paine desde las alturas del Monte Donoso

Iván Gómez y Romano Marcotti divisando los escarpados Cuernos del Paine desde las alturas del Monte Donoso

Eclipse de Luna
Al toparnos con la quebrada que separa el Donoso del grupo de cerros denominado Senos de Katherine, logramos percatarnos que se trataba de una frontera natural de unos 50 metros de profundidad, levantándose escarpadas paredes a ambos lados, por lo que se hacía imperante seguir ascendiendo por el valle hasta lograr encontrar un paso apto para bajar al río, cruzarlo y montarnos finalmente sobre la falda del Monte Donoso.
Hacia el otro lado del río, ya a la cota 600 aproximadamente, se abre una extensa llanura atravesada por un delgado riachuelo, y siendo alrededor de las 19:00 horas, el lugar se tornaba excelente para montar nuestro campamento base por dos noches.
Justo en frente de esta zona de campamento, finalmente logramos divisar una parte en donde la quebrada disminuía ligeramente su inclinación, permitiéndonos así cruzar.
El lugar era idóneo, se abría un claro entre la densa masa arbustiva y boscosa, si bien algo húmedo en las inmediaciones del riachuelo, perfecto para montar campamento. A unos 10 metros del curso de agua , sobre un montículo rocoso, nuestro lugar de descanso nos entregaba además, buena vista hacia el horizonte oriental.
Cansados y con hambre, dividimos las tareas, carpa, cocina, ¡y mate! Rápidamente las acciones se ejecutaron y, al cabo de una hora, estábamos cenando sentados mirando hacia las montañas y valles. Las condiciones climáticas eran muy buenas, no corría viento, la temperatura era agradable y se esperaba una noche estrellada y eclipse lunar. Sin pensarlo mucho, sacamos los sacos y quedamos listos para el vivac.
A eso de las 23:00, cuando ya pensábamos que no era la noche de eclipse y peleando contra el sueño, comienza el espectáculo astral. Ver un eclipse de luna, justo frente al campamento en una montaña, con condiciones climáticas perfectas y vivaqueando con los amigos, es sin duda alguna, uno de los momentos más increíbles que el montañismo te puede regalar.

Primera vista del majestuoso Glaciar Tyndall, parte de Campo de Hielo Sur, durante el intento a cumbre en el día 2 de expedición.

Primera vista del majestuoso Glaciar Tyndall, parte de Campo de Hielo Sur, durante el intento a cumbre en el día 2 de expedición.

Donoso se muestra
A la mañana siguiente, el día amaneció algo cubierto, sin nada de viento, pero el pronóstico decía que durante la jornada se iría despejando. Rápidamente dispusimos a hacer el desayuno, preparar el equipo y comenzar el intento al Donoso. Debíamos alcanzar una loma de 100 metros aproximadamente por sobre nosotros, para ver cómo era la parte alta de la quebrada, que debíamos seguir ascendiendo hasta lograr divisar nuestro objetivo.
Al alcanzar el punto señalado, pudimos ver en su totalidad el largo recorrido que nos quedaba aún para alcanzar el nacimiento de la quebrada; si bien el desnivel no era importante, la cantidad de nieve era absolutamente diferente. Se auguraba una jornada agotadora, pero teníamos el día completo para el intento a cumbre. Al internarnos sobre este cajón boscoso y nevado, el terreno se presentaba a ratos transitable y a ratos con nieve hasta la cintura, Sin embargo, todo esfuerzo tiene su recompensa, ya que comenzamos a divisar, en dirección oeste, un extenso mar blanco: se trataba del gran glaciar Tyndall, y a nuestra izquierda, el imponente Monte Donoso, con un cono perfecto imponente y solitario que se alzaba sobre nosotros, y su cima de hielo, que cubierta por densa nubosidad, se mostraba cada ciertos minutos.
Eran las 12:00 cuando divisamos el macizo, es cierto, era tarde, el ascenso a la cumbre lo calculábamos por lo menos con tres horas más en el bolsillo. Esto hizo que por segundos la moral bajara un poco, ya que no pensábamos que después de toda la mañana ascendiendo, la cumbre se mantuviera aún tan lejana. El terreno oscilaba entre extensas áreas cubiertas de dura nieve y largos acarreos. Cercano a la media tarde nos ubicábamos sentados en un expuesto filo bajo la cumbre, alzándose ésta 50 metros por sobre nosotros.

¡Un saludo desde el punto más alto de esta cumbre congelada!

¡Un saludo desde el punto más alto de esta cumbre congelada!

El intento final
Por decisión del equipo, dos quedarían en el filo mientras uno intentaría la cumbre. Es por este motivo que dispuse a poner mis crampones e intentar coronar el Donoso. La ruta es muy expuesta, no recomendable en días de viento. El hielo era de buena calidad, lo cual permitió un ascenso firme y seguro. A medida que ascendía, el desnivel era más notorio y el horizonte más amplio. Finalmente a las 15:30, después de varias ocasiones fallidas de intento de expedición, debido a las condiciones climáticas, ¡lográbamos alcanzar la cima del bello Monte Donoso!
El escenario lo conformaba la cuenca del Río Serrano, Monte Balmaceda, Monte Ferrier, Cordillera Paine, Glaciar Tyndall, Glaciar Geike, etc. Un contexto espectacular. Las cornisas de hielo expuestas hacia dirección sur-este mostraban la fuerza con que el viento azota la cumbre.
Las condiciones se prestaban para sentarse, mirar el paisaje, fotografiar, grabar, por varios minutos. Es una montaña lejana, de largo acceso, por lo que merece la pena darse un tiempo para disfrutar su cima.
Decidimos tomar otra ruta de descenso para de esta forma evitar el paso por el cajón nevado y facilitar el trayecto. Mantuvimos la cota por varios minutos, siempre por sobre el nivel boscoso, hasta llegar al punto donde debíamos descender a un cajón nevado, que para nuestra fortuna presentaba excelente estado de nieve, producto de la sombra que casi día completo le daba a esta parte de la montaña. A eso de las 19:00 horas estábamos en el campamento nuevamente. Las nubes ya se anaranjaban, anunciando el atardecer y junto con ello, el descenso de la temperatura.
Para esa noche había luna llena, primera noche eclipse y ahora luna llena, ¡más no se podía pedir! Estaban anunciadas precipitaciones leves matutinas, por lo que decidimos dormir en carpa, para no despertar cuando ya las plumas de los sacos estuvieran estilando.

Démosle por la turba
Al día siguiente, efectivamente la lluvia se haría presente; desayunamos, levantamos campamento y emprendimos marcha. Precipitó sin parar por largo tiempo, lo suficiente como para ablandar las turbas que tapizan los pies del Donoso, y que debíamos cruzar. Al descender totalmente de la montaña, vimos que al final de una extensa turba, de a lo menos 1 kilómetro, nacía un sendero de ganado que se internaba en el bosque, el cual nos hizo pensar que podría llevarnos hasta las pampas que conectan con el camino vehicular, ahorrándonos de este modo abrirnos paso por los matorrales, bosques impenetrables y quebradas que habíamos cruzado el primer día.
Ya mojados, cansados y con hambre dijimos “démosle por la turba no más”, y comenzamos a internarnos en el mar de Sphagnum magellanicum, conocido como “Turba Roja”, siendo este tramo sin duda el más agotador de todo el descenso de la montaña.
Una hora estuvimos insertos en el mar de turba, a ratos tirando una par de “chuchadas”, pero finalmente al lograr salir de esta e insertarnos en el sendero que veíamos desde la montaña, hasta abrirnos paso hacia la gran pampa que en cosa de minutos nos llevaría hasta el vehículo. A las 14:00 horas, bajo un radiante sol, estábamos cruzando el Puente Grey para dar así fin al ascenso del gran Monte Donoso.

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El Plomo en MTB

Un día me llegó la idea de ascender el cerro Plomo en bicicleta. Esta idea, con el tiempo, se convierte en un sueño de realizar e inicio así el entrenamiento para esta empresa. En enero 2014 pruebo ascender el Plomo en bici, pero por la vía Falsa Parva-Cancha de Carrera, llegando a 4.200 msnm, pero tengo que rendirme por un problema de aclimatación. El 2015 me entreno con todas mis fuerzas, 6 días a la semana en el gimnasio y con la bicicleta en los Alpes italianos. En enero 2016 fijo la fecha de la ascensión, con la ayuda del gran andinista Rodrigo Echeverría, y empezamos a programar la expedición Plomo Bike, programándola para el 7, 8, 9 y 10 de enero.

Texto: Claudio Lucchese
Fotos: Rodrigo Echeverría

Mi sueño comienza a volverse realidad, el 2 y 3 de enero con Rodrigo hacemos dos días de aclimatación en Laguna Piuquenes y un trekking de reconocimiento de la ruta a seguir. Después de esto, el 7 de enero y con gran emoción, empiezo mi viaje desde Santiago hasta la Parva. Esta salida es muy dura, debido al peso de la mochila, que va cargada casi con 20 kilos. El desnivel es mucho y todo esto lo debo lograr en bicicleta. Demoro 6 horas desde el comienzo del Camino Farellones; llego a la Parva y en compañía de un perro descanso.
Me acogen amablemente en el refugio del Campo Base Águilas, mientras una lluvia torrencial se deja caer. ¡Estoy listo para un segundo día! El 8 de enero empiezo el tramo de la Parva a Piedra Numerada. El tiempo no es el mejor, por el fuerte viento y las nubes, pero el paisaje maravilloso y me estimula. ¡Los colores del cerro Pintor son increíbles!

Hermosa vista del atardecer desde la zona Refugio Federación hacia el valle. El tiempo nosc quería dar una hance.

Hermosa vista del atardecer desde la zona Refugio Federación hacia el valle. El tiempo nos quería dar una chance.

Así llego a Piedra Numerada, después de 5 horas. Aquí planto la carpa y encuentro personas muy amables que me ofrecen su ayuda en caso de necesidad. En la noche aparece Rodrigo con Rowena; ahora la expedición está con su equipo completo. Paso todo el día admirando el Plomo desde mi carpa y veo su majestuosidad, soñando conquistar su cumbre. El 9 de enero, salgo al último campamento base, en Federación, desde donde a las 03:00 empezaré mi jornada a la cumbre. Llegando a Federación, armamos la carpa, comemos y nos vamos a dormir temprano. En la noche sopla un viento consistente que me preocupa mucho, mientras sueño intensamente con la montaña. Después de tanto sacrificio lamentaría renunciar por culpa del tiempo.

En refugio Federación, instalado y preparándose para el ataque a la cumbre

En refugio Federación, instalado y preparándome para el ataque a la cumbre

Paso la noche en vela, sin saber si Rodrigo vendrá a llamarme para darme el día libre; no lo veo y me preocupo, pero de improviso veo una luz… es su linterna y me dice “¡Vamos!”. En este momento mi corazón se estremece, me siento el hombre más feliz del mundo. Así el domingo 10 de enero a las 03:40 horas comienzo mi ascenso.
Voy siguiendo la luz de Rodrigo, ya que mi linterna se ha roto. La bici en mi espalda se vuelve siempre más pesada; es una noche estrellada y las pequeñas linternas de otros escaladores se confunden con ellas, es una sensación estupenda. Llegando al refugio Agostini empieza a salir el sol, el espectáculo de Los Andes es indescriptible. Me concedo una pequeña pausa.

Paso a Paso
Empiezo a andar nuevamente, pero al ver el desnivel, pienso que será muy difícil y me vienen alguna duda de lograr mi sueño. Un viento muy fuerte me desequilibra, así Rodrigo Echeverría me hace de escudo, protegiéndome al colocarse delante mío. No miro nunca la meta en alto, para no desmoralizarme, habiendo visto la dificultad. La imagen que más recuerdo son los zapatos de Rodrigo, trato de concentrarme en ellos, así mi cerebro se mantiene lejos de las emociones negativas.

Claudio Lucchese en el ataque final, ganando metros con mucho esfuerzo en el acarreo, casi a 5 mil metros

Claudio Lucchese en el ataque final, ganando metros con mucho esfuerzo en el acarreo, casi a 5 mil metros

Sin darme cuenta llegamos a 5.000 metros, faltan menos de 430, los más duros. Salgo con pasos de 20-25 cm; cada 20 metros hago una pausa para respirar. Todo se hace más difícil, el aire te falta y mi corazón bate siempre más fuerte. La sensación térmica es de -17ºC pero soporto bien el frío. Llegando al glaciar me pongo los crampones para mi seguridad. Ahora falta la última parte, solo 200 metros.

Claudio y Rodrigo felices junto a la bandera chilena, en la cumbre del Cerro El Plomo, a 5.424 msnm

Claudio y Rodrigo felices junto a la bandera chilena, en la cumbre del Cerro El Plomo, a 5.424 msnm

Empiezo a vibrar, degustando la sensación de que lo puedo lograr. Rodrigo me anima y empiezo casi a llorar de la emoción. Veo aparecer la bandera chilena que sopla en la cumbre. Estoy llegando y mano a mano que me acerco, se abre una vista paradisíaca, con todas las montañas nevadas, creando un escenario estupendo. Un abrazo con Rodrigo, pongo una tricota de ciclista de la Italia junto a la bandera, fotos y ya es tiempo de volver. La emoción es inmensa por ser el primero a salir con una bicicleta desde Santiago al cerro Plomo, volviendo a Santiago siempre en bicicleta. Su majestad el Aconcagua nos saluda a lo lejos, quizás invitándonos a visitar su helada cumbre.


 

El deportista
Claudio Lucchese nació en Verona, Italia el 24/7/67. Mide 1.90 cm, pesa 98 kg. Amante de la montaña, deportista con un pasado de ciclista y bodybuilding. Un agradecimiento especial a Rodrigo Echeverría, que con su experiencia ha permitido de realizar mi sueño en completa seguridad y tranquilidad.

La altura, el frío y el enorme esfuerzo de llevar la MTB al hombro no pudieron contra la férrea voluntad de Claudi0